Las palabras de Brandon eran lo único que acompañaba el opresivo descenso del ascensor en el hospital.
Tayron mantuvo la vista fija en la pantalla de su teléfono, intentando controlar el latido desbocado en su pecho. Una sonrisa genuina se dibujaba en sus labios; el hecho de que Vivían no se negara a que él fuera su acompañante esa noche lo llenaba de una extraña esperanza.
Por otra parte, Sofía movía su pierna con nerviosismo. Había recibido varios mensajes de Sergio preguntando cosas al azar: su comida, su color, su vino favorito... Su mente era un caos.
—¿Quién te escribe tanto? —preguntó Brad al ver que Sofía revisaba y contestaba nuevamente su teléfono.
Ella tragó saliva, movió sus manos rápido y puso el celular en su bolsillo.
—Una amiga —respondió, ocultando el temblor en su voz.
—¿Tienes planes para hoy, querida? —preguntó Sahara, devolviendo una sonrisa ladeada a Sofía.
—Sí... —Sofía vaciló y unió sus manos en un gesto nervioso—. Pero los acompañaré a casa, con t