Vivian observo las bolsas oscuras bajo sus ojos reprochándose, no había podido dormir y mucho menos descansar, la mirada de desconcierto mezclada con una especie de tristeza y vulnerabilidad de Tayron la noche anterior la habían dejado desubicada.

Se puso unos parches y ingreso a la bañera.

>>Deja de pensar en ello, hay cosas más importantes<<

Pero le era imposible, había trabajado sus emociones y su mente para encontrarse con ese hombre durante más de dos meses, cuando recibió la noticia de parte de su tío que sería la nueva directora general de la firma en el mediterráneo.

Ella deseaba encontrar esa mirada fría, calculadora y cruel, así le era más fácil seguir odiándolo, en cambio esa expresión perdida y desolada la había tomado por sorpresa, llevándola a sentir empatía.

>>Mis cojones, deja el tema y concéntrate<<

Salió de su habitación, mientras los primeros rayos de sol luchaban por colarse por las persianas de aquel departamento.

—Buen día señorita ¿Gusta café?

Pregunto Martha ya