Sebastian Parrow, millonario, guapo, y muy cotizado, había anunciado su matrimonio con su novia María, con la cual llevaba años de relación. Dueño de una empresa de vinos de alta calidad, justo el día, en que iba anunciar su exquisito vino estrella, un accidente automovilístico acaba con la vida de sus padres, los cuales iban a celebrar junto a él, pero para desgracia de Sebastián, queda con vida y una ceguera total. Su vida se había convertido en un infierno, y su única esperanza era su novia María, la cual, lo abandona días antes de su boda sin importar los sentimientos y la condición en la que él se encuentra actualmente. La peor pesadilla de Sebastián se había hecho realidad, quedarse solo por ser un hombre ciego, el cual lo volvió un hombre lleno de frialdad y arrogancia. Una noche, una chica hermosa, la cual había sido drogada por un hombre maligno queriendo abusar de ella, logra escapar de sus garras, su única salvación fue subir a un auto, ya que su cuerpo no daba para más, debido a que la droga estaba haciendo de las suyas, y justamente, es el auto de Sebastián Parrow donde él se encuentra con un genio de los mil demonios porque su mano derecha estaba tardando. Aquel encuentro del destino, arrastró a Anastasia a ser la esposa Sustituta de Sebastián Parrow, a cambio de que él pagará los gastos médicos de su madre, ya que tiene cáncer avanzado y necesita atención con carácter urgente.
Leer másLos angeles, California.
Hacienda Parrow.Sebastián Parrow, siente cargo de conciencia y se siente tan desdichado todos los días de su vida.Era un sábado cálido, junto a su padre habían planeado el día que se llevaría a cabo, el evento del lanzamiento de su exquisito vino de alta calidad. Ese día para él era una fecha especial, pues le daría la sorpresa a su madre; ya que quería que ella se sintiera más orgullosa de él, de lo que ya estaba por todo lo que él ha logrado. Lo que Sebastián no se llegó a imaginar, fue que ese día sería el más desgarrador de su existencia, aquel día perdió a sus padres de la forma más escalofriante.Un conductor bajo los efectos del alcohol le arrebató la vida de sus padres, haciendo que el perdiera el control de su auto , aquel se convirtió en trizas; Allí sus padres perdieron la vida de manera aterradora y él, para su condena sobrevivió. Las heridas y sus golpes no eran de mayor importancia para él; lo grave fue que el hombre perdió la vista, quedó totalmente ciego. Esta noticia lo desgarró por completo, llevándolo a un precipicio sin salida y adentrándose a una vida llena de oscuridad, donde solo tenía la compañía de su novia María, con la cual ya se había comprometido para casarse, pues ella se ha convertido en su guía y única esperanza de seguir adelante.Siendo las horas de la mañana Sebastián está sentado en el comedor de su jardín, poco a poco en él se ha ido despertando sus otros sentidos, así él está alerta a todo lo que ocurre a su alrededor, incluso cuando alguien se está acercando.—Señor parrow, su desayuno— habló la empleada con gran respeto, él hace señas con su mano derecha, para que ella prosiga a servirlo.—¿algo más señor?— pregunta ella, sin verlo a los ojos—¡largo!— ordena él y la empleada asiente y se retira.Sebastián acerca su mano a su taza de café, a pesar que ahora es ciego, no perdió esa esencia de glamour y de elegancia al ingerir alimentos.Lleva su taza de café a sus labios y este los humedece dándole ese sabor amargo que a él le apetece, pero un ruido extraño lo alerta.Una maleta rodante, lo hace poner su taza de café en la bandeja.—Sebastian— la voz nerviosa de su novia María lo hace fruncir su ceño—¿Qué sucede? — pregunta él tratando de ser lo más gentil posible, no quiere que su arrogancia la aleje de su lado.—Me voy Sebastián— responde María con firmeza—¿vas a viajar? ¿por qué no me lo habías comentado?— pregunto algo enfadado, pues ella sabe que él, la necesita.—No. me marcho de tu lado— ella traga grueso, ni siquiera se inmuta en sentir algo de compasión.—¿¡Que!?— se pone él de pie, ella no lo puede dejar, eso él no lo acepta.—lo siento creí que iba poder aguantar y saber llevar mejor la situación de tu ceguera, pero no puedo seguir a tu lado— María sostiene el anillo de compromiso en su mano izquierda—¿En que falle?— pregunta él, María hace silencio —¡habla m*****a sea!— dice él perdiendo el control.—¿Quieres saber? Bien, te responderé ¡eres una persona ciega! Puedes tener mucho dinero, puedes ser el hombre más varonil, caballeroso y hermoso, pero no puedo tener un novio o estar al lado de un hombre que esté ciego, así que, no me pienso casar contigo— ella coloca el anillo en la mesaAquellas palabras tan crueles de Maria terminaron por romper en pedazos el corazón de Sebastian.—¡¡Dijiste que mi ceguera no te impediría y que no te importaría para estar a mi lado!!— grita él con furia—¡si, si me impide y si me importa! todos hablan de ello, soy el hazmerreír de mis amigas y de la sociedad, soy la vergüenza de mi familia, no puedo estar contigo, lo siento Sebastián— María empieza a caminar, pero él no se da por vencido, intenta caminar sin el apoyo de su bordón y eso fue una mala elección; ya que tropieza y cae al suelo.—¡Maria no me abandones!— Suplica él —te daré todo lo que tú me pidas, lo que tú desees, te pondré el mundo a tus pies, incluso falta pocos días para casarnos, serás la señora Parrow; siempre quisiste que yo te hiciera mi esposa, tendrás la mejor boda la de tus sueños.María se detiene, se gira y lo ve con incredulidad.—¡No Sebastián! —exclama ella —no se puede retroceder el tiempo y yo no puedo permitir que mi vida, mi juventud, pasen al lado de un hombre que no sabe por donde caminar— al decir todo aquello, ella gira sobre sus talones y sigue su camino, sin mirar atrás.—¡María!— exclama él, con un grito desgastante, pero ella no le da importancia y sigue su camino.La mano derecha de Sebastián; el cual es su amigo de la infancia. Leandro se acerca rápidamente al observar a su amigo en el suelo.La expresión en el rostro de su amigo es de dolor, decepción, tristeza y repulsión. De Sebastián Parrow ya no queda nada, ni el más mínimo sentimiento de amor y piedad.—Déjame que te ayude— se acerca Leandro, pero Sebastián no se lo permite—¡déjame solo!— grito lleno de frustración—¿qué sucedió?—¡me abandonó! ¡María me abandonó!— habló él con resentimiento por la decisión que ella tomó.—Ella no te merece amigo, déjame te ayudo—¡¡Maldito sea el momento en que perdí la vista!!— lo escucha vociferar Leandro, se compadece de su amigo. El hombre estaba tan aferrado a María, ahora que ella se ha marchado ¿qué será de Sebastian?Sebastián logra ponerse de pie al sostenerse de la mesa, luego descarga toda su furia lanzando todo lo que en ella hay.—Ella no vale la pena amigo, te haces daño— aconseja Leandro y trata de tranquilizarlo al verlo tan furioso y destrozado.—¡¡Ninguna mujer vale la pena!! Juro que jamás voy a volver a tener ningún sentimiento por alguna mujer, todas son iguales ¡todas lo son!.A medida que pasan los días, la vida de Sebastian se volvía rutinaria, se transformó en un hombre frío, inexpresivo y despiadado. Este a pesar de su ceguera no dejaba de lado, el estar pendiente de su empresa vinícola y todo gracias a su amigo Leandro que jamás lo ha dejado solo. De regreso a la hacienda Parrow.—Sebastian necesito hacer una parada— le informa Leandro—¿qué pasa?— le pregunta Sebastián con una fría expresión en su rostro—Necesito hacer el pago de una deuda, prometo no tardar demasiado, voy a estacionar el auto aquí, es un lugar seguro.—No te tardes Leandro, odio tener que esperar—lo sé, lo sé, solo dame cinco minutos—las agujas del reloj ya empezaron a girar ¡Muévete!. Sebastián escucha cuando Leandro abre y cierra la puerta, pero al minuto él se alerta cuando la puerta trasera del auto es abierta.—¿Qué haces Leandro?- pregunta él con prepotencia —no quiero que por ser el día de mi cumpleaños me salgas con una patética sorpresa que no deseo— pero sucede algo extraño y es que un dulce aroma de perfume a rosas de mujer, se impregna en el olfato de él llamado así, su atención, cierran la puerta y escucha que la persona que ingresó al auto está delirando.—¿Quién eres?— pregunta él, ya preparado con su bordón para defenderse—¡Ayudame…! ¡Ayuda por favor!— una delicada, sutil y débil voz de una mujer lo pone en alertaLuego de aquella ceremonia tan esperada, Sebastián Parrow y Anastasia de Parrow, fueron a su luna de miel, pasaron dos dulces semanas de vacaciones mientras que la abuela Camelia cuida de sus nietos junto a Leandro.Anastasia le hizo una trampa a su madre, diciéndole que necesita que se reuniera con un empresario, y no podía atrasar esa reunión, por lo tanto la mujer de buen corazón asiste a esa supuesta reunión dónde terminó encontrándose con el abogado.Aunque al principio fue difícil para Camelia, pues lo conoce de muchos años atrás, el abogado no perdió el tiempo en hacerla sentir como una reina, y confesando su amor por ella, que la amaba muchos años atrás, pero debido a que ella amaba al padre de Sebastián, no quiso intervenir en esa relación. Camelia, aquella noche la paso excelente, volviéndose a sentir viva, teniendo la atención de un hombre importante y que a pesar de su edad es guapo.Luego de aquella cita tuvieron más, conociéndose y dándose ella la oportunidad de amar
—¿Estás molesto?—¿Debería?Anastasia baja su mirada, pero al percibir el acercamiento de su amado, su corazón se acelera. —¿Por qué no me lo dijiste?— pregunta suavizando su voz —todo fue muy rápido cariño, no quiero que pienses que no confío en tí—no me vuelvas a ocultar nada, así estemos al último minuto, es importante saberlo todo— ella lo mira a los ojos —pero te quiero confesar algo— coloca sus manos en el rostro de su amada —te veías demasiado sexy hablando de manera determinante y siendo tan precisa, de paso estás preciosaAnastasia sonríe, por fin, estaba preocupada de que se le complicarán las cosas con Parrow.—soy yo el que debe protegerte —pero mi amor, las mujeres también podemos tener poder, e incluso una mente maestra para destruir al enemigo— ella se coloca de pie y se sienta encima de Parrow —no es que sea machista mi amor, pero quiero ser yo el que te proteja ¿Estamos?— ella asienta con la cabeza y Parrow al tenerla así en esa posición está deseando poseerla —m
—¡Mi mujer no haría algo así! Deja de ser una maldita interrupción, acepta el rechazo, acepta que ella no te quiere en su vida —¡No lo aceptó! Ella es para mí y así será, además, no se han casado, y si no me crees sobre el poder que ella me dió, aquí tengo una copia, si la quieres destruir es tu problema, yo procedí a hacer todo legal, así que vamos a sentarnos para dialogar sobre la repartición, porque no quiero ser parte de este viñedo de mierda, exijo una cantidad de dinero favorable— Hamilton está disfrutando su momento de gloriaEl abogado le entrega la copia a Parrow, el cual la recibe con desprecio y se dispone a leer para darse cuenta de la situación y que allí está la firma de su mujer, la ira empieza a incrementar en él. —¡Esto es imposible!— exclama Sebastián arrugando el papel —¡Ella jamás haría algo así!—no pienso hablar más sobre cómo pasó, te aconsejo que llames a tu abogado porque vengo a destruirteSebastián pierde el control, no asimila lo que está pasando, así que
—Sebastian por favor, no discutas más, vámonos y usted señor Hamilton, lo mejor es que se vaya— Anastasia agarra la mano de Parrow, quiere darle tranquilidad y seguridad—Ana, solo venía a darte mi apoyo— Hamilton trata de estar tranquilo—¡Ella no te necesita!— gruño Sebastián—Sebastian piensa en nuestro bebé, necesito estar en un entorno de paz, por favor...— súplica ella y él tensa su mandíbula, odia con todas las fuerzas de su ser a Hamilton—esta bien, me marcho, no quiero que por mi causa enfermes, después de todo, yo, sí soy un caballero, por cierto, necesito que nos reunamos, tenemos trabajo pendiente— sonríe forzosamente y Parrow no le quita la mirada de encima —programare una cita para hablar sobre el trabajo del señor HamiltonHamilton pasa por el lado de la pareja, y aunque está celoso, no lo aparenta. —¡No quiero que estés a solas con él— Sebastián empieza con sus celos, aquello que enojan a Anastasia, pero tambien la enamoran e incluso la hacen sonreír —es solo trab
—Ana, estoy nervioso— confiesa Parrow y ella se lanza a sus brazos, Parrow la agarra y ambos caen al suelo—¡Hija estás embarazada!— le recuerda su madre —lo sé mamá, sé que Sebastián me iba a sostener, claro que quiero ser tu esposa, pensé que no me ibas a dar un anillo, es que querido sin anillo no hay pedida de mano— sonríe Ana y luego lo empieza a besar —¡Yupi!— exclama de felicidad Aurora —mis papitos se van a casar y llevaré los anillos, que emoción mamá se pondrá un vestido de princesa— Aurora abraza a sus padres y luego se unen los niños, la familia se ve muy tierna conmoviendo el corazón de Camelia, la cual derrama lágrimas de felicidad, a diferencia de Leandro, que sí está feliz por su hermana y mejor amigo, pero la tristeza luego lo invadió, aún así, se mantuvo mirando la escena conmovedora—es hora de cenar, luego se va a enfriar y así no apetece— sugiere la señora Camelia y toma asiento, Leandro se acerca al comedor y luego cada quien toma su lugar—¡Por fin! Pensé que
La información que le dió la señora Camelia a Anastasia la hizo saltar de la felicidad, tanto fue su dicha que se fue a la clínica rápidamente en compañía de Channel.Al llegar a la clínica, Ana está concentrada en estar con Leandro. —¡Hermano!— lo menciona con sus ojos llorosos y manos temblorosas por la emoción, él le sonríe forzosamente—Ana...—no hables, no lo hagas hermanito, bendito Dios que estás con vida, te amo Leandro, gracias por salvarme, ¡Ay por Dios! Estoy feliz de verte despierto es un milagro —pense que era mi fin, pero como tú dices... mis sobrinos me necesitan—claro que si hermanito, y también mereces amar y ser amado, aprovecha está oportunidad de vida que te está dando Dios y disfruta tu vida —lo voy hacer hermana, tambien estoy feliz pero, deja de llorar ¿Dónde está Parrow?—trabajando pero, lo llame y no respondió mi llamado, quizás está trabajando mucho, lo mejor es ir a la empresa, estaba baja de animos por tí, pero con este gran milagro volví a la vida— An
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