Esra se casó por amor, y por salvar de la ruina a su familia adoptiva, pero después de la boda, ellos y su esposo comenzaron a tratarla mal y despreciarla, todo por ocupar el lugar de su hermana adoptiva, a quien Burak amaba. La destrozó y la humilló, hasta el punto de hacerla escapar de su lado, pero cuando descubrió que era la mujer a quien había prometido cuidar, suplicó y movió el mundo entero para salvarla, prometiendo dejarla libre, si vivía.
Ler maisLos hombres que Vanea había contratado para que se hicieran pasar por secuestradores y abusadores, acusaron a Esra de la mente maestra. Eso fue suficiente para declararla culpable. Esra fue llevada a prisión, encerrada en una celda hasta que se diera el juicio. Las lágrimas caían de sus ojos, manchando su mejilla de porcelana. Acarició su vientre con ternura, dándole fuerzas a sus hijos, prometiendoles que pronto saldrían de ahí, y que tendrían una vida maravillosa. Esra se rio internamente, sabiendo que no podría salir de ahí, que si Burak la encerraba, usando todo su poder, no volvería a ver la luz del día. Sus bebés nacerían en la cárcel, y probablemente serían adoptados o llevado a un orfanato. Ahí serían separados, porque nadie los adoptaría juntos. Recordó que cuando apenas llegó, una pareja fue a adoptar un bebé, los niños tenían no más de dos años, pero la pareja no se llevó a los dos, solo a uno. Pensar en eso, hizo estremecer el corazón de Esra, pues sus hijos pod
Esra volvió a casa, sola y silenciosa, sabiendo que nadie la esperaría al ingresar.Su esposo no había ido ni a visitarla, menos la esperaría al llegar.Quien si la esperaba era Vanea, con una sonrisa y aura de poder, como si ahí ella fuera la dueña, y Esra la empleada leprosa que todos evitaban.—Que lamentable te ves, querida hermana.—¡No soy tu hermana! —rugió Esra, con su corazón ardiendo de ira.Las comisuras de los labios de Vanea se curvaron en una sonrisa.Esra la miró con desprecio. Después de como esa familia la había tratado en los últimos días, no podía seguirlos considerando como parte de su familia.—Esra —musitó suavemente Vanea—. Para mí siempre serás mi hermana, mi hermanita menor.—¡Deja de fingir! —rugió apretando los dientes— Burak no está aquí. Estamos solas. Quítate la falsa máscara, porque no te creo nada.Vanea se rio entre dientes.—Cierto, Burak no está —pasó la mano por sus cabellos—. Él está de viaje, buscando a los que me lastimaron.Esra se rio.—¿Te las
Esra salió de la oficina del director desdichada, con el corazón doliendo porque el hombre que amaba, le estaba arruinando su futuro. Salió de la universidad, subió a un taxi y fue a buscar a Burak. Iba a recriminarle por la injusticia que estaba cometiendo con ella. Su anhelo, su sueño, su más grande deseo era graduarse, obtener una carrera, para un futuro ejercer su profesión, y tener con que criar a sus hijos. Pero él estaba acabando con todas su ilusiones. El taxi se estacionó frente a la empresa Baris, Esra fue detenida por los guardias de seguridad, los cuales no la dejarían ingresar si no tenía identificación de la empresa. Estaba discutiendo con ellos, haciéndoles ver qué era la esposa de Burak, cuando esté salió. Su porte alto, imponente y glamuroso pasó por las puertas giratorias, y cuando sus ojos se encontraron con la presencia de Esta, se sorprendió, pues ella jamás había ido a la empresa. —Burak —sus voz salió en un hilo— ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué me
Esra se levantó de la cama, cuando intentó caminar, su rodilla dolió. La forma en que Burak la empujó anoche, había hecho que cayera al suelo y se lastimara profundamente la rodilla. Esra sopló mientras aguantaba el dolor, seguido fue al baño, hizo sus necesidades, se metió a la ducha y lavó la herida. Salió de casa, fue a la universidad, dónde se encontró con Ekrem. —Ekrem ¿Que haces aquí? —Estudiando, como tú —dijo, con una sonrisa. —¿No estabas estudiando en la ciudad vecina? —Sí, pero... ¿Y si nos sentamos? —le indicó una banca cercana. Esra miró la banca, seguido su reloj. Había salido algo temprano, y aún faltaba para su hora de clases. Decidió sentarse un momento con Ekrem. —Decidí regresar, apliqué en esta uni, y pude entrar sin ningún problema —explicó—... compartimos algunas materias, ya que ambos queremos lo mismo —dijo con una sonrisa. —Estoy atrasado en algunas materias, ¿será que me pasas tus apuntes? —Esra asintió— ¿No te gusta que esté aquí,
La mira de Burak, fría como un glaciar estaba fija en Esra, quien estaba congelada. —Sabías Burak, que, incluso Ekren y Kenan se pelearon en el colegio por Esra... Vaena continuaba hablando. Todo lo que decía era cierto, pero más allá de pelarse por Esra, fue por una tonta apuesta que Ekren había hecho. Pues su acercamiento a Esra era solo para cumplir una apuesta, y para eso debía protegerla de todos, así se ganaría el corazón de Esra, y la combertiria en su novia. Aunque al principio, Ekrem lo hizo por la apuesta, la cual no cumplió, porque no pudo conquistar el corazón de Esra, ya que dentro de este había alguien más, terminó adorandola como a ninguna otra chica. Por ello, cuando Kenan lo desenmascaró, Ekrem no pudo continuar mintiendo, y confesó la verdad. Eso arruinó su amistad con Esra. Él no tuvo cara para mirarla a los ojos. Prefirió retirarse del colegio, y terminarlo en otra parte. —Esta chica a tenido muchos novios, Burak —agregó Sirin—. No me alcanzan lo
Vaena se restregó con ira la parte afectada, se suponía que debía dolerle mientras lo hacía, sin embargo, no hubo dolor, y era porque no había quemadura. En el momento que Vanea se lanzó el te encima, este verdaderamente no cayó en su cuerpo, sino en la mesa, lo que cayó sobre su cuerpo, fue agua fría que tenía en la mesa. Cuando Burak la llevó al hospital, y se quedó sola con el médico, Vaena lo convenció de que no dijera nada. Al fin de cuentas, su cuerpo si estaba enronchado, pero no era por el agua caliente, sino, porque la piel de Vaena era sumamente sensible, si ella se restregaba con furia, está se enronchaba, y la ronchas permanecían por varias horas y días. --- En la quietud de la noche, Burak observaba a la mujer de la cama. El cuerpo de Esra estaba encogido en modo fetal, mientras dormía profundamente. La mano de Burak se deslizó sobre la piel suave de Esra, pero no la tocó. La pasó a un milímetro de distancia, mientras sus pensamientos estaban hechos
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