Los ojos de Burak destellaban fuego, como si quisiera quemar a Esra. Ella, en el suelo, casi de rodillas ante él, se sentía pequeña y temerosa.—Burak ¿De qué manera he lastimado a Vanea?No sabía de que se la acusaba, si ella, en toda su vida, nunca había lastimado a Vanea. No eran las grandes hermanas, pero se toleraban porque se criaron en la misma casa, aunque una con mayores comodidades.Los padres de Vanea y Esra ingresaron, al verla en el suelo, sintieron ganas de patearla, y el padre, no se contuvo.—¡Te has atrevido a asesinar al hijo de Vanea, sin importar que la vida de mi hija corra peligro, eres una mal agradecida! —una patada se estrello en las piernas de Esra, lo que la dejó momentáneamente sin aliento— Te dimos cobijo, comida, y es así es como nos pagas —la agarró del cabello y estrelló su mano en el rostro frágil de Esra, quien solo pudo cubrir su vientre para proteger a la criatura que llevaba dentro.Ella no recordaba haber ocasionado un aborto a Vanea, ni siquiera
Leer más