¿Cómo puedes estar enamorada de la misma persona por años sin que se entere? Eso le paso a Liliana Montalvo, una chica que sufre con su amor en silencio por su mejor amigo Roger, Roger nunca se da cuenta de esto, vive la vida saliendo con diferentes chicas gozando de la vida sin darse cuenta que la persona que más lo aprecia está a su lado sufriendo por él y la vida desinteresada que lleva, complicaciones llegan y ellos se separan. Roger se da cuenta de todo lo que pasaba en el corazón de Lili muy tarde, la chica a la que mas aprecia y nunca quiso lastimar. El tiempo es sabio y reparador, pero eso no significa que olvide el recuerdo que dejaste en mi…
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Podría decirse que después de una fiesta y pasar la noche con el chico que amas y al que le entregas tu virginidad es lo mejor.
Pero en mi caso resulta un error…
Esta es mi corta historia de amor, puede que crean que es como cualquier otra y si puede ser igual a otras, pero les aseguro que esta es la más corta que existe, con el hombre que amé durante años.
Bien dicen que en el corazón no se manda y yo soy testigo de eso, después de sufrir durante años un amor secreto por miedo a perder a mi mejor amigo, un día decidí ser valiente… demasiado valiente y a la vez muy tonta porque mi felicidad duró unos cuantos días…
Mi nombre es Liliana Montalvo soy estudiante en la Universidad del Norte, aquí hay diferentes carreras que puedes cursar y los jóvenes más prestigiosos de la ciudad cursan aquí.
Soy una chica de estatura media, tez clara y ojos cafés, mi cabello es largo, lacio y negro, me gusta llevarlo suelto para cubrir parte de mi cara, curso la licenciatura de música, he aprendido a tocar diferentes instrumentos musicales, pero me encanta tocar el piano y el violín, soy buena en ello, son mis favoritos.
Regresando a mi historia les contaré lo que viví esos días que fueron trágicos para mi…
Después de una noche loca, en donde yo parecía James Bond en una misión imposible, despertar en los brazos de Roger, era lo mejor que me pasaría en esta vida.
Un día en particular, él tomó demasiado, esa novia suya le puso algo en la bebida, la escuché decírselo a sus amigas, no entiendo porque ella tenía que usar ese método para estar con él si a leguas se notaba que Roger moría por ella, se la vivían de besos y abrazos todo el tiempo, yo presenciaba todo eso.
Mi amigo Roger estaba demasiado perdido cuando lo saqué de la fiesta, afortunadamente nadie me vio y lo traje a su casa.
Lee escuchando esta canción…
Arcade - Ducan Laurence
Observé por la ventana, los rayos del sol entraban, sonreí al recordar lo que pasó anoche.
Estaba desnuda a un lado de Roger que dormía pacíficamente boca abajo, su mano pasaba por mi cintura, observe sus facciones mientras dormía, hacia algunos gestos curiosos entre sueños, era realmente muy guapo, ante la gente era fuerte, narcisista y arrogante, solo yo conocía a su verdadero yo, un chico amable y atento que siempre me trató como una princesa.
Él frunció el ceño y empezó a moverse en la cama, abrió los ojos tratando de acostumbrarse a la luz, yo lo observaba en silencio cubriendo mi cuerpo con la manta, esperando con ansias que después de esto podamos estar juntos, le diré cuanto lo amo y cuanto me ha gustado durante años.
Se acomodó en la cama y se sentó, miró alrededor para al final verme a mí, abrió asombrado mucho sus ojos y se vio a sí mismo que estaba desnudo.
“¿Tuvimos sexo?”. El preguntó confundido y asustado.
Yo solo asentí nerviosa, creo que él no lo estaba tomando muy bien…
Se levantó apurado buscando su ropa, yo lo miraba y me puse inquieta por su comportamiento, busqué mi ropa rápido.
Él se vistió completamente, caminaba de un lado a otro estirándose el cabello frustrado, y apretando su cara con sus manos, estaba completamente conmocionado, enojado, desesperado. Repetía constantemente. “Esto no está bien, esto no está bien, no debimos...”
Al terminar de ponerme mi ropa me acerque a él caminando despacio, me dolía mi parte inferior un poco, la noche fue larga, los besos y caricias de Roger de anoche me dejaron exhausta, nunca antes había estado con un chico, pero puedo decirles que fue increíble, cada sensación, cada roce, cada movimiento me hizo llegar hasta las nubes.
“Roger…” Toqué su hombro y él solo me apartó empujándome hacia atrás rechazándome, choque contra la pared, no me dolió tanto como sus palabras… “Esto estuvo mal Lili ¿No lo entiendes? Tengo novia y tú… eres mi mejor amiga”.
Creo que sus palabras me devolvieron a la realidad, desperté del sueño que yo misma creé toda la noche. Realmente no era como yo esperaba que él reaccionara, algo en mi pensaba o deseaba que Roger me aceptara y me amara tanto como yo lo amaba a él.
Ni siquiera sentí cuando mis lágrimas caían, él levantó su mano y estaba por limpiarlas, su mano se quedó en el aire sin llegar a tocarme, fue cuando se alejó saliendo de la habitación. ¿Furioso? ¿Desconcertado? ¿Arrepentido?...
Amarte es un juego perdido…
Me quedé un momento de pie recargada en la pared donde él me había lanzado y lloré… Lloré como una magdalena, lloré tan fuerte que casi quedé ronca, todo se derrumbó, sé muy bien que nuestra amistad nunca va a volver a hacer igual y él nunca me verá de nuevo como antes, salí de la habitación, este era su departamento, él vivía solo, tenía problemas con su madrastra y cuando tuvo suficiente edad para trabajar decidió mudarse para vivir tranquilo, aquí convivimos, hacíamos las tareas, preparábamos la comida juntos, veíamos películas y escuchábamos música, yo traía de vez en cuando mi piano eléctrico y tocaba para él, me gustaba cómo me miraba en silencio mientras yo tocaba las piezas que él me pedía y cantábamos juntos.
Observé alrededor de la habitación, la cama destendida, las cortinas medio cerradas, todo estaba en un silencio que dolía, sentí por un momento que las risas, la música y las pláticas con Roger que teníamos antes quedarían en el pasado a partir de hoy.
Me fui de la habitación, él ya no estaba en el departamento, se fue a toda prisa para no verme más…
Salí y bajé por las escaleras, era el tercer piso. Me encontré con una vecina muy amable.
“Hola Lili ¿Cómo estás?”.
“Hola señora Gómez, bien”.
“Vi a Roger salir a toda prisa ¿Pasó algo?”.
-¿Qué si paso algo? No se imagina- Pensé.
Los meses pasaron, Roger viajaba de la isla a la ciudad seguido, su madre había decidido quedarse en la isla, era un lugar más tranquilo para ella, Clarissa estaba feliz, vivir en un lugar como ese era muy natural y una experiencia inolvidable, Fabricio hijo de la señora María, esposo del padre de Lili regreso de un viaje largo por unas semanas sin querer volver a irse cuando conoció a Clarissa, ellos dos empezaron a salir y formalizaron tiempo después. Omar y Roger seguían comunicándose de vez en cuando, la gira se había extendido a otros países y Omar no volvería en un buen tiempo, Lili y él tenían conversaciones de vez en cuando, ahora eran amigos y Omar deseaba que fuera feliz. Mientras miraba el escenario, una linda chica se acercó. “¿Está listo?”. Los ojos de la mujer brillaban al verlo, lo amaba con locura y le dolía la tristeza en su corazón, quería acercarse poco a poco sería paciente. Omar le sonrió despeinando su cabello, era muy pequeña de estatura. “Si”. El avanzó al
José seguía en los separos junto a su madre, el abogado llegó, José se acercó molesto. “¿Por qué no me dejan ir?”. El abogado le informó. “No hay más pruebas que las grabaciones, estoy pidiendo un exhorto para tu liberación y la de tu madre, espero la resolución en unos minutos”. José entendió y se alejó, revisando la hora ya habían pasado casi 24 horas desde que Bianca y Clara estaban en la cueva, ya podrían estar muertas, el sonrió y regresó a la pequeña banca acostándose sin remordimientos, más tarde Roger entró a las celdas, se quedó de pie mirando a su hermano que estaba recostado en la banca de lo más calmado. “¿Qué es lo que quieres para decirme dónde está mi hija?”. Roger estaba desesperado, no había señales de Clara ni de Bianca. José se levantó caminando hasta su hermano solo las rejas los separaban. “Entrégame todo, trataré de recordar su he visto a tu hija”. Ambos se miraron retándose, Roger suspiro, este chico era su hermano menor, no había estado con él cuando creci
José regresó a su casa, había una patrulla afuera, él quiso entrar, pero los policías lo detuvieron. “¿Es usted el señor José Adams?”. José se quedó quieto pensando. “Lo soy ¿Qué quieren?”. Los policías se acercaron esposando al hombre. “Está usted detenido como sospechoso del secuestro de la niña Clara Adams”. ¿Qué dice? ¿Quién es esa? No la conozco”. Le leyeron sus derechos mientras lo llevaban a la comisaría, Roger llegó junto a Lili al lugar, ya estaba interrogando a José, pero él no decía nada. Su abogado estaba presente, ambos se mostraban reacios a cualquier declaración. Lo importante es que dijeran dónde estaba, pero no decía nada. El policía preguntó. “¿Sabe dónde está su esposa?”. José miró al oficial negando. “No la he visto, debe estar trabajando o en un viaje”. EL policía acercó la computadora y reprodujo las grabaciones, era José y su madre hablando de dinero y de un secuestro. José se acomodo en la silla nervioso. Al terminar el policía le comentó. “Su madre est
Bianca le dijo a la pequeña. “Te pareces tanto a tu madre…” Ella acarició su rostro delicado. Los ojos de Clara brillaron. “¿Conoces a mi madre?”. Se sentó a un lado de ella. Bianca asintió. “Fuimos a la misma escuela”. “¿Eran amigas?”. A pesar de la situación Clara quería saber más. Bianca se quedó callada por un momento. “No… yo me porte mal con ella muchas veces”. Clara estaba intrigada. “¿Por qué?”. Bianca seguía riéndose de todo. “Creo que es porque le tenía envidia… Ella siempre fue bonita e inteligente… y le gustaba al chico que a mí me gustaba… por eso no me portaba bien con ella”. Clara entendió y miró fijamente a Bianca. “Pero… eso era antes ¿Pueden ser amigas ahora?”. Bianca tosió sangre, Clara buscó algo con lo que ella pudiera limpiarse, la ayudó amablemente. Bianca le regaló una sonrisa. “No sé si tu mamá quiere ser mi amiga ahora”. Clara le contó cosas de su madre. “Mamá es muy buena, ella te perdonará, yo misma le hablaré bien de ti”. Bianca pensó en las palabr
Roger verificó la hora y miró al policía quien asintió listo, bajo cargando la bolsa con el dinero, cada paso que daba hasta el basurero era eterno, se paró frente al lugar mirando a todos lados, cuando no había nadie mirando, hecho la bolsa rápidamente, pero se quedó ahí de pie por unos minutos. Su teléfono sonó. “¿Tienes el dinero?”. Le preguntaron desde el otro lado con ansiedad. Roger afirmó. “Si, lo he dejado donde quedamos, ahora entrégame a mi hija”. El hombre le advirtió. “La verá cuando tenga el dinero en mis manos, ahora, aléjate del lugar no quiero verte cerca, te llamaré para darte la ubicación de donde está tu hija”. Colgó inmediatamente. Roger volvió al auto, se subió al asiento trasero y el policía iba como su chofer, se miraron entre sí y Roger pronunció. “Dice que me llamará cuando tenga el dinero en sus manos, después me dirá dónde está mi hija”. El policía asintió encendió el auto para salir del lugar, los minutos pasaron, los policías encubiertos vigilaban la z
La policía volvió a negar, los tipos no duraban en la llamada. El teléfono sonó de nuevo, era Pilar. “Roger… He puesto a tus hombres a buscar, pero no hay ninguna pista, seguiremos buscando ¿Tienes alguna noticia?”. Pilar también estaba preocupada, era solo una pequeña. Roger le contó lo que había pasado, hablaba muy tranquilo y con confianza, Lili notó eso, Pilar y Roger eran muy unidos, “Estaré al pendiente y te avisaré cualquier cosa”. Ella colgó el teléfono. Bianca había escuchado la conversación, cuando Pilar se fue, ella le preguntó a la secretaria. “¿Pasó algo?”. La secretaria hizo un puchero. “La hija del jefe está desaparecida, dicen que la secuestraron”. Bianca se quedó inmóvil recordando a la niña, salió de la empresa rumbo a su casa, al llegar noto que estaba vacía la sala, subió las escaleras y escucho como Johanna gritaba molesta a José. “¡¿Cómo se te ocurrió algo como eso?! ¿Qué pasa si se enteran que tú te la llevaste?”. Bianca se quedó de pie en las escaleras, aso
Último capítulo