Mila Ellington y Axel Ridley fueron inseparables desde el momento en que se conocieron en la universidad. Lo que empezó como una amistad espontánea se convirtió en un lazo irrompible, a pesar de que ella desconocía la verdad sobre él: Axel era el heredero de una de las familias más poderosas de Norteamérica. Cuando le ofreció el puesto de asistente, Mila no imaginó que su vida cambiaría para siempre. Pero el legado de Axel está en peligro. Su abuelo, cansado de sus escándalos y su vida de playboy, le da un ultimátum: casarse y asumir su papel en la familia o perder su fortuna para siempre. Axel se niega a renunciar a su vida de privilegios, pero tampoco está dispuesto a ceder su libertad. Su solución parece perfecta: proponerle matrimonio a su mejor amiga. Lo que Axel no sabe es que Mila lleva años amándolo en silencio. Y lo que para él es solo una perfecta mentira, para ella podría ser la promesa de un amor... o la herida más profunda de su vida.
Leer más⤝MILA⤞
El sonido de la puerta al abrirse y cerrarse con un golpe sordo hace que levante la mirada. Frunzo el ceño al encontrarme con el rostro desencajado de mi jefe y mejor amigo. Axel Ridley. Con calma y sin ninguna m*****a prisa, cierro la carpeta con los documentos que revisaba antes de la abrupta interrupción. —¿Se puede saber el motivo por el que irrumpes en mi oficina sin llamar? —pregunto, prestándole toda mi atención. Axel es un tipo hermoso, como si al nacer los dioses lo hubieran llenado de gracia, elegancia y un maldito carácter de m****a. Afortunadamente, siempre estoy en el lado opuesto de su furia. ¡Ah! Se me olvidaba mencionar que, también es todo un playboy y un jodido imán para los escándalos que tienen a su abuelo al borde de un ataque cardiaco. Y no dudo que sea el mismo motivo por el cual esté en mi oficina. Axel da tres vueltas, como un perro rabioso, e ignora mi pregunta. Me levanto de la silla y camino unos pocos pasos, recargo la cadera contra la fina madera de mi escritorio y me cruzo de brazos. —Dime, ¿qué sucede? —insisto con calma. —¡Él no puede estar hablando en serio! —grita. Se detiene unos segundos y lanza un jarrón de colección al piso. El ruido que hace al quebrarse me estremece; sin embargo, me obligo a mantenerme serena, cuando todo lo que deseo es estrecharlo entre mis brazos. —Cálmate, cuéntame lo que sucede o lárgate. Estoy ocupada revisando el contrato que enviaremos a California. Sus ojos se detienen en mi rostro, resopla con fastidio y se acerca. —Esta es mi empresa —refuta, y me encojo de hombros. Es algo que no necesita decirme. Genio. —Por si no lo has notado, esta es mi oficina, y… —hago una pausa y con el dedo señalo la habitación—, es mi lugar privado. —¡Aah! —gime como si algo le doliera—. No estoy para juegos, Mila. Estoy que me lleva el diablo. ¿Qué clase de persona amenaza a su nieto para que cambie su estilo de vida? —pregunta. Se alborota los cabellos con frustración y no necesito más para saber lo que sucede. —Tu abuelo, por supuesto —respondo—. ¿Qué fue lo que hiciste ahora para despertar la furia de la fiera Ridley? Él hace una mueca. —¿Por qué siempre tienes que pensar que todo es culpa mía? —me cuestiona. Axel afloja su corbata y se deja caer sin ceremonia sobre el sillón. Lo miro con diversión. —Tal vez…, porque siempre eres el protagonista de las portadas y no precisamente por tus capacidades empresariales —le recuerdo—. Tus aventuras y escándalos son dignos de un récord Guinness. Axel me mira con cara de pocos amigos y bufa como un toro en el ruedo. —¡Es ridículo que se preocupe por esas cosas, estamos en otros tiempos! —expresa aireado. —Eso díselo a tu abuelo, no a mí, cariño. Axel presiona el puente de su nariz con el dedo, conozco muy bien ese gesto. Está controlándose para no maldecir a su abuelo, aunque, dudo que lo consiga. Su lengua a veces es más rápida que su cerebro, sobre todo si está enojado. —Hablar con el viejo es como hablar con una piedra. No entiende razones. —Entonces, ¿me dirás lo que te hizo esta vez? Él me mira, respira hondo y luego suspira. —Me ha dado un ultimátum. O enderezo mi camino o me dejará fuera de su testamento. Me quitará la dirección de la empresa y… —hace una pausa y se pone de pie—. Está dispuesto a entregarle el patrimonio al idiota de Zane. Abro los ojos con sorpresa. Zane Ridley es el primo de Axel y es menor solo por unos pocos meses. Lo que lo convierte en el segundo en la línea para manejar los negocios de la familia: sin embargo, sus capacidades no pueden compararse con las de Axel. Y todos lo saben muy bien, sobre todo, el abuelo. —Esas son palabras muy serias —comento. Daxton Ridley tiene que estar muy desesperado o muy cansado de los escándalos de Axel como para pensar en Zane como la cabeza de Ridley Energy Solutions Inc. —¿Serias? ¡Se ha vuelto loco! —grita Axel, alborotando sus cabellos con frustración. —Por lo que sea, Daxton Ridley es quien tiene la sartén por el mango y si quieres continuar al frente de la empresa, será mejor que hagas lo que te pide. —Necesito soluciones, Mila, no que te pongas del lado del viejo. —Eso es lo que estoy haciendo, Axel. Eres un hombre inteligente y no deberías buscarle tres pies al gato cuando sabes que tiene cuatro. —No, no puedo ceder, Mila. Mi abuelo no tendrá el control de mi vida, no va a manejarme como al resto de los hombres de la familia —insiste colérico—. No me hará lo mismo que les hizo a mis padres. Niego y me alejo. Mis tacones golpean el piso con cada paso firme que doy, mi cabello cae ligeramente sobre mi rostro y lo aparto antes de servirle un vaso de whisky, le coloco solo dos cubitos de hielo, tal como a Axel le gusta. Vuelvo a su lado en cuestión de segundos, pero parece que se ha distraído. Espero que no sea con la curva de mi trasero. El pensamiento casi me hace reír. Axel jamás me ha visto como algo más que su amiga y asistente. Mientras yo tengo que fingir, ocultando indiferencia para que no descubra mis sentimientos hacia él. Mis dedos se aprietan alrededor del vaso y antes de que cometa una locura, le doy un golpe para llamar su atención. —Bebe —le ordeno. Mi tono no le deja lugar a réplicas. Axel bebe un sorbo y hace una mueca. Mira el líquido ambarino en su vaso antes de mirarme de nuevo. —¿Me estás escuchando? —pregunta. —Te he escuchado muy bien, Axel. Y sigo pensando lo mismo —respondo sin vacilar—. No se trata de darle el control de tu vida, sino de que cambies tu manera de vivirla. —¡Es prácticamente lo mismo! —No, no lo es. —¿Lo defiendes? Muerdo el interior de mi mejilla mientras respiro para no perder la paciencia. —De ninguna manera, pero me pongo en su lugar. No debe ser nada agradable para tu abuelo verte en las portadas una vez sí, y la otra también. —¡Yo soy tu amigo, no él! —Deja de comportarte como un niño conmigo, Axel. Es simple, si no quieres que él tome decisiones sobre tu vida, da tú el primer paso y escoge entre tu ganado la mejor opción —espeto. Las palabras que salen de mis labios son como ácido quemando mi propio corazón, pero no soy tonta. Axel y yo solo podemos ser amigos, por lo que, él jamás debe sospechar de mis sentimientos o todo terminará entre nosotros. —¿Y crees que Daxton Ridley aceptará a cualquier mujer? —cuestiona, bebiendo el contenido de su vaso—. Lo más seguro es que ya haya elegido una candidata entre las hijas de sus amigos o la hija de algún socio codicioso que desea emparentar con nosotros. Paso la punta de mi lengua sobre mi labio para humedecerlo. El solo pensamiento me ha secado la garganta. —¿Tan malo es casarte y tener una familia? —pregunto. Mis uñas se entierran en la tela de mi blusa hasta sentir el filo rozando mi piel. Tengo que aprender a cerrar la boca. —¿Te estás escuchando? —pregunta y me mira como si me hubiese vuelto loca—. ¡No quiero casarme! Ya he tenido una mala experiencia en mi vida y no pienso repetirla dos veces. —No todas las mujeres son como Piper Sinclair. —¡Ni siquiera menciones su nombre, Mila! Tú no —pide. Es evidente que aún le duele; sin embargo, es necesario recordarle que, por culpa de esa mujer y de esa relación fallida, hoy tiene los problemas que tiene. —Entonces, no hay nada que pueda hacer por ti, Axel. Deja que Zane se haga cargo de la empresa y sigue disfrutando de tu vida y de tu libertad como hasta ahora, o, busca una novia falsa y convierte tu vida en una perfecta mentira.32. Epílogo ⤝AIDEN⤞Observo detenidamente a mi familia. Ríen y conversan mientras los niños corren de un lado al otro. Totalmente confiados.Estos últimos cuatro años han pasado demasiado rápidos o, tal vez, es que la felicidad que he experimentado en este tiempo me tiene en el limbo.—¡Papi! ¡Papi! ¡Ven a jugar!Sonrío al ver a Amira agitar su pequeña mano, llamándome para ir a su lado. Aún me parece que fue ayer el día que la vi y la sostuve por primera vez entre mis brazos. Y hoy cumple cuatro años.—No hagas esperar a la princesa, papá —dice Knox, moviendo la cabeza, invitándome a levantarme y unirme al pequeño ejército de niños que corre por el jardín.Ha pasado tiempo y, aunque mi hijo se ha convertido en un hombre totalmente diferente. Sigue teniendo esa tristeza en la mirada. No hablamos sobre Nova o Nikki, pero en el fondo. Sé qué piensa en ellas. Más, cuando estamos reunidos como hoy.—¿Quieres unirte? —pregunto y niega.—Ni, aunque quisiera. Tu pequeña garrapata no me dej
31. Amira Ridley ⤝Zaria⤞Abro los ojos de par en par al ver a nuestra familia reunida, esperando por nosotros.¡Dios! Estoy tan hormonal que no puedo evitar que las lágrimas se derramen por mis mejillas.Mila con Axel y los trillizos, mis tíos, Daxton y Livia, Soren con Greyson. Roman y Katia. Me cubro la boca para no gritar de la emoción.—Bienvenidos a casa, Zaria, Aiden. —Amelia sale detrás de la columna con un pastel rosa en las manos y el doctor Walton a su lado, con un pequeño oso de peluche.¿De qué me he perdido? Más que compañeros de trabajo, parecen pareja. ¡Inclusive vienen vestidos como gemelos!—Gracias —murmuro, recibiendo el oso de peluche y Aiden el pastel.—¿Por qué siento que hay alguien que hace falta? —pregunta Aiden y no puedo evitar pensar en Knox.No debe ser nada fácil para él reunirse con su familia luego de lo de Nova y Nikki. Es una pena que no haya podido encontrarlas y arreglar las cosas. Un nudo se instala en mi garganta, distraídamente acaricio mi vien
30. ¡Sorpresa!⤝Zaria⤞Regresar cuatro meses después, no era el plan. Pero, ¿quién puede negarse a unas largas vacaciones por Europa? Yo, por lo menos, lo intenté sin conseguir buenos resultados. Al final, Aiden se salió con la suya y estuvimos disfrutando no solo de los países en los que estuvimos, sino de largas noches de amor y pasión.Acaricio mi vientre de ocho meses y medio mientras el auto se desplaza por la ciudad. Aiden toma mi mano y deja un beso en el dorso.—Tengo una sorpresa para ti —murmura, viéndome de esa manera tan única y especial.—¿Una nueva luna de miel? —bromeo. El chofer toma una ruta distinta al edificio de mi apartamento, lo cual me sorprende—. ¿A dónde vamos? —pregunto.—Te lo he dicho, cariño, te he preparado una pequeña sorpresa.—¿En casa de tu padre? —inquiero, cuando el chofer gira en la siguiente esquina.Aiden sonríe, pero no responde mi pregunta.—Aiden.—Relájate, mi amor. Te aseguro que es algo sencillo y sé que va a encantarte —asegura, pero no es
29. Combo de tres⤝KRISTEN⤞Juro que no he pasado un momento más agradable como el que compartimos durante la cena. Ewan y las niñas son una curita al corazón. Sus sonrisas y preguntas inocentes me han hecho reír como no lo hacía desde hace mucho tiempo.—¿Se han quedado dormidas? —musito en tono bajo, cuando Ewan cierra la puerta de la habitación en el apartamento.—Sí, las dos se han quedado dormidas. Ha sido una gran noche para ellas, gracias a ti —responde, tomando mi mano.Sus ojos me miran con una abrazadora intensidad que siento como si un enjambre de avispas revoloteara dentro.—No me eches tantos laureles, Ewan. Todos hemos contribuido para disfrutar de la cena —responde, dándole un beso en los labios. No puedo resistirme, es como una vela atrayendo a la polilla—. Aunque, creo que la elección de la comida no fue la mejor —agrego.Él sonríe.—Ellas te lo agradecieron. Además, son niñas, las calorías no durarán mucho tiempo en sus cuerpos. No puedo decir lo mismo de nos
28. ¡Me encantan las papas!⤝KRISTEN⤞Miro a Ewan y luego a las niñas. Los tres esperan una respuesta de mi parte; sin embargo, cualquier cosa que diga, será muy apresurada y no quiero equivocarme. Me gusta Ewan, es más, me encanta y estoy segura de que es un auténtico caballero fuera de la cama, pero asumir la responsabilidad de dos niñas no es cualquier cosa.Y, no. No es porque quiera tener a Ewan solo para mí, me aterra que fuera de la cama no lleguemos a entendernos y entonces, ¿qué pasará con Jessia y Kala? Como adultos, nuestra prioridad es cuidar de la estabilidad de las pequeñas.—Cariño, sé que esto te ha tomado por sorpresa.—No me la esperaba —murmuro. Cierro los ojos cuando sus dedos acarician mi mejilla—. ¿Niñas, pueden sentarse y esperarnos unos minutos? —pregunta y el útero se me derrite con tanta ternura.—Sí, papi —responde Jessia, acomodándose en el sillón mientras Kala coloca una almohada bajo el brazo enyesado de la pequeña. A pesar de su edad, la cuida con demasi
27. Reina mía⤝KRISTEN⤞Conduzco hasta el apartamento de Ewan como si la vida se fuera a acabar, pero bajo la velocidad cuando estoy cerca del edificio. ¿Estoy realmente preparada para saber la verdad?No lo sé.Sin embargo, necesito sacarme la espinita del pecho. Luego de la manera en la que me trató, me niego a pensar que solo hemos sido la aventura de una noche. Y si fuera así, me quedaré con lo bueno y me olvidaré de él. Seguiré mi camino, volaré a Europa o buscaré a mi hijo.Pero no me quedaré a ser la burla de nadie. Ya he tenido para dos vidas con la traición de Ezekiel y aunque la gente no lo grita, sé que debo ser el tema de conversación en algunas reuniones. La rica heredera que fue engañada.Entro al estacionamiento y aparco el auto cerca del ascensor. Bajo con más valentía de la que siento y me dirijo al último nivel del edificio. El pent-house de Ewan, el mismo lugar donde nos entregamos sin medida.Cuando estoy frente a su puerta, dudo en llamar, pero ya estoy aquí y coba
Último capítulo