Del Egoísmo al Amor I

Del Egoísmo al Amor IES

Romance
Última actualización: 2025-07-30
Darcycalderonn  Recién actualizado
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Resumen
Índice

¿Era simple deseo carnal o aquello que sentía iba más allá de lo que yo podría llegar a imaginar? Mi identidad, mi respetuosa imagen y, sobre todo, mi elegancia me había caracterizado y me habían llevado por el camino más prestigioso del mundo de los negocios. No me cabía en la cabeza como aquel hombre, si, nada más que mi futuro socio, había logrado sacarme de mis casillas. ¿cómo sus ojos azules me habían penetrado en lo más hondo de mi alma y de mi cuerpo? No entendía, sobre todo, el cómo hacia que sus manos paseasen por mi cuerpo llevándome por un camino lujurioso y pecador. Si, ese hombre que tanto detestaba se había convertido en la única persona capaz de salvarme de mi misma y, sobre todo, de todo aquel que se atreviese a tocarme el más mínimo cabello. No podía mentir, había acabado por enamorarme perdidamente de él. ¿Mi karma? Una terrible obsesión que me perseguiría dejando huella para siempre en mi camino. ¿Mi única salvación? Un hombre cuyos ojos azules no me dejaban tranquila ni en mis sueños, un hombre cuya bondad me sacó de mi propio abismo. ***** Primer libro de Trilogía #prejuicios

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Capítulo 1

Caítulo 1

"Cuando te digo que quiero convertirte en Arte, quiero decir voy a sostenerte contra una pared y pintar tu cuerpo con mi lengua."

-Ron Israel.

Alyssa

Un día antes....

Si hubiera tenido el poder de arreglar las cosas probablemente lo haría, ¿Pero cómo? si ya todo estaba dicho y hecho, no me agradaba la idea pero todo había sido culpa de mis padres por haber creado ese estúpido negocio, desde que me había enterado de mi mudanza había tenido problemas de salud, me dolía constantemente la cabeza, mis uñas se habían comenzado a partir y me había dado una gripe horrible. Si, la noticia me había caído como un balde de agua fría, pero no podía decirles nada, sabía que no me escucharían y mucho menos cuando era para beneficio de ellos.

Aunque claramente no puedo mentir, también me beneficiaria a mí. Principalmente mis padres decidieron mudarse fue por mí, yo al igual que mi padre también quería ser empresaria y quería formar mi propio imperio, no podía siempre vivir pagando todo a costas de mi padre, quería surgir y trabajar por mi propio esfuerzo y muchas veces se lo había platicado a mi padre, todo comenzó fue cuando me dio la noticia de que había firmado un negocio con otro empresario el cual vive exactamente en California, donde él al igual que mi padre tienen varias empresas, pues en la empresa más cercana yo tomaría unas prácticas junto a los hijos de su socio, prácticas que iban desde; Papeleo, conteo, calculadoras, manejo de dinero y todo los que se les pueda imaginar, sin embargo, aunque al principio la idea de compartir una empresa con otras dos personas no me agradó, mi padre me había convencido de que era un excelente comienzo para empezar. La manejaría unos años y eso mientras lograba formar mi propia empresa independientemente.

Y era exactamente por eso que tomaría las practicas, si en realidad era capaz de aprender todo lo que me enseñarían en seis meses probablemente sería la Jefa y mi objetivo era ocupar el lugar de Directora General de la empresa que se comenzaría a construir en dos meses aproximadamente, por ahora yo procuraría concentrarme en las prácticas y en el instituto por supuesto.

Mañana viajaríamos a primera hora, y lo peor de todo es que mi padre había matado cada una de las esperanzas que tenía por volver aquí, a mi hogar, el lugar en el que había nacido y crecido completamente feliz. Alejarme de Boston era demasiado duro, creo que principalmente porque extrañaría el clima frío y tal vez porque estaría lejos de mis amigas, los cambios no eran muy favorables para mí y yo era una persona demasiado exaltada, aceptaba que mi genio no era el mejor pero en estos últimos días había procurado calmarme y no escaparme por la ventana de mi cuarto para no tener que mudarme. Yo era una chica prestigiada, respetada y sobre todo muy bonita, me gustaban los vestidos y tan solo tenía al menos unos pocos pantalones en mi armario ya que solía llevar vestido siempre a todo lados, fuese uno muy elegante o uno muy formal siempre mi armario estaría lleno de ellos, las joyas eran algo que tampoco que podían faltar, el labial y el maquillaje era un gran tesoro en mi vida, y ni hablar de los zapatos ya que tenía más de cincuenta pares por todos lados y acepto que siempre llevaba los mismos de siempre,mis favoritos.

Y en cuanto a los chicos, para ser sincera no es que confiara mucho en ellos, es más, creo que esa era la razón principal del por qué no tenía novio. Siempre terminaban rompiéndote el corazón y aunque los hombres me llovían por montones siempre había una excusa para rechazarlos y eso me hacía sentir jodidamente bien, ya que muchos de ellos por supuesto jamás me merecerían.

Jamás me había enamorado y jamás lo haría, el amor no estaba en mis planes ni ahora, ni mucho menos en el futuro.

— ¿Que ropa te piensas llevar para el viaje?— La voz de Pam hizo que despegara la vista del suelo y que saliera del trance de pensamientos que estaba teniendo en aquel instante.

—Sí, tienes que verte fabulosa, seguramente habrán chicos guapos en California.— Pam y yo soltamos unas carcajadas al escuchar las ocurrencias de Madison.

—Sabes que si me arreglo jamás será por causa de un hombre. — Dije con total ironía.

Me levanté de mi cama y me dirigí hasta el closet, ya había escogido la ropa que me llevaría puesta para mañana así que tome el vestido blanco y los tacones de punta fina y se los exhibí a mis dos mejores amigas.

—¿Acaso estas bromeando?— Gritó Madison tomando el vestido en sus manos.— Dejaras a más de uno con la boca abierta.

Eso era obvio, llevaría mis mejores prendas y sabía que crearía demasiada envidia en más de una chica.

—Te extrañaremos tanto— Esta vez fue la voz de Pam a quien se le había caído la primera lagrima, saltó a abrazarme y luego Madison hizo los mismo, y comenzamos a lamentar.

Era tan difícil soportar la idea de que te ibas a separar de dos personas demasiado importantes en tu vida, y no solo lo decía por ellas, también lo decía por mis abuelos, por mis compañeros de instituto, y hasta las personas insignificantes como la cocinera y la lavandera de la casa. Me mudaría por el simple hecho de mi padre y su estúpido negocio. Bueno, no tan estúpido.

Madison y Pam lo eran todo en mi vida, desde que las había conocido las cosas en mi vida había comenzado a tener mucho más sentido que antes, el tener padres adinerados nos beneficiaba y bastante ya que salíamos y comprábamos cuanta cosa se nos pasara por el camino, alejarme de ellas iba hacer bastante duro, estaba completamente segura de que no conocería en California a alguna chica que por lo menos se asemeje a ellas. El vacío se iba a notar bastante y seguramente no dejaríamos de enviarnos mensajes de texto todo el tiempo, las pijamadas se acabarían o por lo menos para mí ya que ni modos de hacer una con otras personas ya que probablemente no volvería hacer amigos otra vez, para mí las apariencias eran demasiado importantes, Madison y Pam llenaban todas las expectativas que a mí me gustaban para que fuesen mis amigas, aunque yo no fuese rubia ellas si lo eran y eso las hacia hermosas, eran altas y ambas parecían tener cierta fascinación por las mismas cosas que a mí me gustaban y creo que principalmente por eso eran mis amigas, aunque fuésemos populares por encima de todo la sinceridad era primero.

Joder, sí que sería duro el tener que mudarme.

Dos suaves golpes me hicieron salir de mis pensamientos, las tres nos dejamos de abrazar y abrí la puerta intentando limpiar las lágrimas que había derramado inconscientemente.

—Su madre me ha dicho que me necesitaba, señorita Beckham. — La voz de la señora de la limpieza hizo que rodara los ojos ¿Por qué el personal era tan estúpido?

—Sí, hace exactamente media hora.— Dije molesta por su retraso mientras observaba mi reloj.

—Lo sé señorita, pero estaba ocupa...

—Déjalo así, no me interesa que estabas haciendo o no. Te llamaba solo para que empacaras mi ropa, y espero que lo hagas rápido no quiero verte por mucho tiempo en mi habitación.

Definitivamente me cabreaba que el personal de limpieza fuese tan demorado, yo no disponía del tiempo suficiente para tener que soportarlos, y aunque le había dicho a mi madre que los despidiese ella se negaba a hacerlo. Por lo que tenía entendido la mujer de la limpieza Janne era la única que vendría con nosotros a California, y aunque no me agradó la idea tenía que aceptarlo.

Mis padres contaban con bastante dinero en sus cuentas bancarias, ambos eran personas de gran prestigio y sabían cómo lucir bien en todo momento, me había criado bajo muchas cosas, a veces me corregían y bastante fuerte pero jamás me habían negado nada, si yo quería algo en cuestión de segundos mi padre me lo compraba. Y así habían pasado los años, tengo diecisiete y los cumplí hace una semana, ya era grande y tal vez, solo tal vez probablemente mis padres me podrían tomar enserio por una vez en sus vidas.

Luego de un par de horas, la mujer terminó de empacar mis cosas y mis dos amigas terminaron de despedirse de mí, y el resto de la tarde la pasé leyendo un libro, aunque no estaba muy feliz por la mudanza si sentía algo de curiosidad por saber cómo sería mi vida de ahora en adelante, tendría que convivir con personas diferentes y eso era algo que odiaba.

Lentamente fui cerrando mis parpados haciéndome caer en un profundo sueño.

*********

Dos días después....

Mientras trazaba pequeños círculos con la cuchara en la comida, me había puesto a pensar en que haría en el infernal año que me esperaba. Sabía que no iba a ser muy fácil el estar en un lugar nuevo ni mucho menos con personas nuevas, aunque ya me había resignado tenía que encontrar algo para hacer, por lo menos conseguir una amiga que se midiera a mi clase social para así poder ir de compras y poder distraerme un poco. Tenía pensado inscribirme y pagar una mensualidad a un gimnasio, por lo menos para ir y hacer un poco de ejercicio, que viniese a california a vivir no quería decir que me iba a descuidar. La belleza siempre había sido mi mayor fuente, era bonita y lo sabía, por eso mismo trataba de siempre verme bien, mis padres y yo salíamos en los periódicos cuando mi padre tenía cenas importantes a las que asistíamos y esos eran mis eventos favoritos, conocía gente nueva y con cada cena mi madre iba conmigo a comprar un vestido que quedase perfecto con aquel evento.

Hace ya dos días que nos habíamos venido a vivir a california, no me iba a quejar ya que la casa estaba bastante perfecta incluso y aunque me duele aceptarlo, la casa de california era mucho más grande y bonita que en Boston, esta daba vista al mar y se podía apreciar bastante bien la ciudad, mi cuarto por otro lado mi padre lo había logrado decorar a mi estilo con el color de paredes de un metálico brillante, una alfombra del mismo color y una estantería para todos mis libros, ya que eran mi tesoro más preciado. También tenía un lugar para mi ordenador y un balcón bastante amplio con una mesa afuera por si quería tomar aire, una habitación perfecta para mí. Y por otro lado, la casa constaba de dos platas, veinticinco habitaciones, una piscina bastante grande, y un jardín. Y con eso en realidad que no me podría quejar.

Habían empleados nuevos y todo parecían estar muy apartados de mí y eso lo agradecí ya que no quería tener que convivir tan cerca con gente tan corriente como aquellas personas, según mi madre ella no volvería a trabajar en la empresa, decía que ya era tiempo de pasar tiempo conmigo para que así no me sintiese tan sola como ella pretendía que estaría, aunque acepto que le daba la razón, este año probablemente no tendría muchos amigos que digamos, no era tan sociable, o por lo menos no en el que sentido en el que yo consiga amigos, hablo de que todas las personas que conseguí en Boston se debieron a que ellos entablaron una conversación conmigo primero, era lo bastante orgullosa como para yo ser la primera que establece una conversación con alguien.

—Alyssa. —Dijo mi padre llamando mi atención—Quiero que te vistas en media hora te espero en el auto.

Fruncí el ceño, no sabía que saldríamos hoy.

—¿Iremos a conocer la ciudad? —Pregunté mientras tomaba la servilleta y limpiaba mi boca.

—No, iremos a conocer la empresa de mi socio, donde tomaras tus prácticas. —Dijo con una sonrisa enorme, una mueca recibió de mi parte, joder había acabado de llegar y él ya quería que conociese la empresa.

— Está bien. —Dije levantándome de golpe. —Pero iremos en mi auto. —Tiré la servilleta en la mesa y me di la vuelta sin esperar una respuesta de su parte.

Me había puesto de mal humor, le había insistido a mi padre desde que habíamos llegado que yo quería conocer la ciudad, sin embargo él decía que estaba lo bastante ocupado como para ir conmigo, y ahora me decía que me llevaría a la empresa de su socio. Pensé que lo haríamos cuando comenzaran las practicas pero mi padre me tenía sofocada con eso, sabía que era importante para él que yo estuviese en esas prácticas, y obviamente no lo iba a defraudar pero simplemente me daban ganas de ponerme a llorar, ahora si tenía que valerme por mi misma porque sabía que si yo desobedecía a mi padre él me bloquearía las tarjetas y dejaría de darme dinero, así que no me quedaba de otra.

Subí rápidamente las escaleras hasta llegar a la segunda planta, mi habitación era la única que estaba habitada en esa segunda planta ya que mis padres dormían abajo y los empleados que trabajaban en la casa Vivían al fondo, aunque al principio me daba un poco de temor el tener que vivir sola en un solo piso ya me estaba acostumbrando, además dejaba muy bien cerrada mi habitación en la noche. Siempre había sido muy ecéptica era una persona que creía en todo y a la vez en nada, era impresionante el nivel de sospechas que cualquier persona creaba en mí ya que yo no confiaba en mucha gente.

Apenas cerré la habitación de un portazo me encamine hasta el cuarto de baño, si hoy conocería la empresa y mis nuevos compañeros de prácticas era mejor que me viesen bien presentada, mi humor estaba decayendo poco a poco, me daban muchas ganas de llorar y a veces tenía la tentación de coger las cosas de mi cuarto y desparramarlas por todo lado, sin esperar más fui quitándome la ropa mientras intentaba hacer que la ducha se pusiera en modo caliente para ver si así me relajaba un poco.

No demore más de quince minutos en salir, había optado por ponerme un vestido rojo de vuelo con el torso ceñido y que dejaba una parte de mi espalda descubierta, era nuevo y siempre había estado esperando el momento perfecto para usarlo, y aunque este no fuese el momento los demás vestidos que tenía en mi guardarropa no eran exactamente para ir a una empresa. Me maquillé como de costumbre y dejé mi cabello suelto. Bajé rápidamente hasta la primera planta en la sala principal pude divisar a mi madre ayudándole a hacer el nudo de la corbata a mi padre, rodé lo ojos ¿Es que acaso mi padre no sabía hacerlo solo?, mi padre posó su mirada en mí y le dijo algo a mi madre en el odio.

—Alyssa, por favor alista el auto. —Mi cara se descompuso pero el habló antes de que yo pudiese protestar. — Se me han quedado unos documentos en el despacho y no quiero que nos retrasemos. —Ni modo, solo lo fulminé con la mirada y me encamine hasta el estacionamiento.

Mi humor mejoró cuando vi a mi Audi descapotable rojo en la cochera, corrí hasta el con cuidado de no caerme debido a los inmensos tacones que llevaba puestos y sin más me subí en el, tomé el pequeño control que abrían las puertas de la cochera y comencé a dar reversa, realmente volver a manejar mi auto era lo mejor que me había pasado desde que nos habíamos mudado, según mi madre aun no podía manejar en la ciudad ya que seguramente me perdería o chocaría con algún otro auto, pero eso solo eran tonterías.

Cuando ya estaba a punto de salir completamente de la casa, sentí un estruendo y por unos momentos mi cabeza se agitó, miré por el espejo retrovisor y lo que vi a continuación me dejó completamente descolocada.

¿En realidad este día podría ser peor?

Mi auto había acabado de ser chocado por otro que aparentemente también iba saliendo de la casa que quedaba justo al lado de la mía. Bajé rápidamente de mi auto dispuesta a romperle la cara a quien sea el culpable de que ahora mi auto tenga su parte trasera completamente destrozada, justo cuando ya estaba mirando el golpe de mi auto, bajó una chica la cual era la culpable de aquel desastre, su cara parecía estar bastante sorprendida y parecía que sus ojos no podía creer lo que estaba viendo.

—Yo...—Hizo una pausa mientras pasaba sus dedos alrededor del golpe de mi auto. —Yo de verdad lo siento, saliste de la nada y no pude....

—Esto es tú culpa. —Dije mirándola con suma ira. —Ahora tendrás que pagar su arreglo, y créeme que el arreglo de un auto como este te va a costar unos cuantos dólares.

Quería romperle la cara aquella chica ¿Quién se creía que era? ¿Acaso suponía que con una simple disculpa iba a arreglar lo que había acabado de hacer? Pues ni de coña, esa chica iba a tener que pagar la reconstrucción de mi auto, y si no lo hacia probablemente haría que me comprase uno nuevo.

— ¿Pero qué ha pasado? —Esta vez fue la voz de mi padre, y por un momento mi ego se hizo mucho más grande y me sentí un poco más protegida.

—Pues esta chica choco mi auto y cree que con una disculpa va a arreglar todo. —Ella apenas miró a mi padre una sonrisa se dibujó en su rostro. ¿Qué m****a le pasaba a esa mujer?

— ¿Señor Beckham? —Dijo unos segundos después. Mi padre la miró confundido.

— ¿Nos conocemos? —Respondió mi padre.

—Sí, bueno por mi parte. —Soltó una risa. —Soy la hija de John Donovan. —El ceño fruncido de mi padre cambió por una sonrisa. —Mi padre me ha llamado diciendo que debía ir a la empresa para conocerle.

—Mucho gusto señorita...—Mi padre hizo una pausa intentando descifrar el nombre de la chica.

—Bethany—Concluyó mientras se estrechaban las manos.

Los dos parecieron ignorar por completo mi existencia.

—Siento haber chocado tu auto. —Dijo la chica que ahora tenía nombre. —Llamare a Joseph para que lo arreglen, no demorara tan solo unos días en que lo tengas de vuelta, y ahora que tengo la oportunidad, soy Bethany Donovan. —Dijo estirando su mano hacia mí, primero la observé a ella y luego observé su mano por mi cara supongo que se dio cuenta de que no me iba a presentar así que bajó su mano y me brindó una sonrisa mientras yo seguía permaneciendo seria.

— ¿Qué tal si vienes con nosotros en mi auto? —Dijo mi padre mientras Bethany asentía con la cabeza.

Aunque no me pareció la mejor idea el tener que compartir el mismo espacio con esa chica no me quedaba de otra, mi padre me había pedido que me hiciera en el asiento trasero y que dejara que Bethany tomaran el del copiloto, joder eso sí que hizo que mi enojo estallara ¿Por qué siempre prefería a otras personas que a su propia hija? Aunque debo admitir que en ese momento no puse objeción, opte por mantenerme callada en el resto del camino mientras ellos hablaban de cosas ajenas a las que solo en alguna partes había estado poniendo atención.

Resultaba que su socio casualmente vivía justo al lado de nosotros, también sabía que Bethany tenía al parecer mi misma edad y que estudiaba en el instituto donde yo estudiaría de ahora en adelante, lo que más me irritaba de ella era su manera de ser, siempre estaba sonriendo como si la vida fuese increíble, aunque claro, ella no era la que tenía que mudarse a la otra mitad del mundo solo por un estúpido negocio. Luego de eso no puse más atención a lo que hablaban ya que ellos parecían ignorarme completamente, me dedique a observar por la ventana, debía aceptar que california era un lugar demasiado bello, las casas y sus alrededores era bastante elegantes y el verano lucia muy bien aquí. Sentí una punzada en mi corazón al darme cuenta de que todo iba a cambiar de ahora en adelante, sabía que ya me estaba poniendo demasiado fastidiosa con el tema de mi mudanza pero no podía superarlo, no aun.

—Es aquí. —Escuché decir a Bethany mientras mi padre estacionaba el auto enfrente de lo que yo supongo, era la empresa de su socio.

Fui la primera en bajar del auto, con mis manos intenté arreglar mi vestido y esperé unos segundos a que se bajaran del auto.

Mientras Bethany hablaba ciertas cosas sobre la empresa mi padre le prestaba suma atención mientras yo, por otro lado, me dedicaba a observar cada rincón de aquella empresa.

—Rosie ¿Dónde se encuentra mi padre? —Le dijo Bethany a la mujer que se encontraba en la recepción de la primera planta.

—En la oficina de prácticas, señorita Bethany. —Ella le sonrió ampliamente mientras Bethany asentía con la cabeza. Joder, ¿En realidad dejaba que los empleados la llamasen por su nombre? Yo ya los hubiese mandado a la m****a. Juntos nos encaminamos hasta el elevador. —La empresa consta Noventa y cinco plantas, las prácticas las tomaremos en la planta número veintiocho por lo que subir en el elevador no será de mucho recorrido. —Las puertas se abrieron exactamente en la planta veintiocho.

Mis ojos recorrieron la planta por completo, en realidad que era inmensa la empresa, había varias personas trabajando mientras estaban sumergidas en sus computadoras, otras por otro lado, parecían estar descansando mientras tomaban sus tazas de café y otras tan solo se les veían llevar el papeleo de un lado a otro. Bethany nos dirigió hasta el fondo del pasillo, paró justo en frente de la última puerta, dio unos leves golpes en ella y casi enseguida la puerta se abrió. Un hombre con alrededor de unos cuarenta años apareció vestido con un traje gris, sus sonrisa se hizo mucho más grande al vernos allí parados y con un ademan de sus manos nos invitó a entrar. Aquella oficina era de los más amplia y tenía un ventanal donde se podía apreciar bastante bien la ciudad, los pisos parecían relucir de lo limpios que estaban y no podía ignorar el hecho de que había tres escritorios, dos a ambos lados del lugar y uno que quedaba en el centro justo dándole la espalda a la vista de California.

Estaba tan asombrada que ni siquiera había escuchado cuando mi padre se había puesto a conversar con su socio.

—Ellas es mi hija. —Dijo segundos después de que yo saliese de mi ensoñación. —Alyssa Beckham. —Concluyó mi padre sonriendo. El hombre estrechó su mano con la mía y entonces posó la vista hasta el ventanal, ahí me di cuenta de que no estábamos del todo solos.

—Ya que conociste a mi hija Bethany ahora quiero presentarte a mi hijo. Él es Andrew. —Pronunció esas palabras y entonces mis ojos volvieron a desviarse hasta el chico que se encontraba dándonos la espalda.

Cuando aquella persona se dio la vuelta para dirigirse hasta nosotros una corriente atravesó todo mi cuerpo, iba vestido con unos simples vaqueros y una camisa blanca mientras tenía sus manos en sus bolsillos, su cabello era castaño y un poco rizado en la parte de arriba, era alto y su mandíbula estaba muy bien definida algo que le hacía ver bastante varonil ante los ojos de cualquier chica, su padre lo presentó con el mío y entonces mi padre se dirigió a mí.

—Ellas es Alyssa, mi hija y tu nueva compañera de prácticas. —Dijo y los ojos del chico se encontraron con los míos.

Justo en ese momento me fije en el color de sus ojos, era un azul bastante bonito, la manera en la que me miraba era seria y podría decir que en aquel momento me dio poco de miedo sentirme observada por él ya que segundos después me recorrió el cuerpo con sus ojos. Pensé al principio que me estiraría la mano para presentarse, pero él no lo hizo, simplemente me observó y aparto la vista como si yo fuese algo insignificante.

Y eso hizo que me diera un poco de cabreo, acepto que al principio pensé que se haría el galán y me coquetearía pero al parecer era un hombre bastante serio, a simple vista se notaba que aquel no pasaba de los veintitantos pero tampoco parecía más menor, él ya tenía facciones de ser mayor de edad y eso se podía decir por su actitud y por su atractivo físico.

—Deberíamos dejarlos solos. —Dijo El señor Donovan a mi padre. — para que puedan conocerse mejor. —El socio de mi padre se acercó al chico mientras le susurraba algo en el oído y él cerraba los ojos como si estuviese irritado.

Sin decir nada más, ambos salieron de la oficina dejándonos completamente solos. El silencio se instaló en la habitación y la tensión podía cortarse con un cuchillo de eso estaba completamente segura.

—Y bien...—Bethany fue la primera que se habló. — ¿Cuál escritorio escogerás? Te aconsejo que sea esta porque tiene un excelente espacio y.... —Dijo señalando el escritorio de la izquierda. Ella me hablaba como si fuésemos amigas, la confianza y la manera en la que sonreía sabía que con eso cualquiera pensaría que éramos amigas de años, antes de que pudiese seguir hablando yo la interrumpí.

—Prefiero el del ventanal. —Dije respectivamente seria. Sus ojos dejaron de brillar y su sonrisa se había borrado.

Estaba claro que la había hecho sentir mal.

Una sonrisa torcida salió de mis labios, caminé ignorando a Bethany y a su hermano y me senté en el que ahora sería mi nuevo escritorio, ignorando por completo todo mi alrededor, estaba explorando cada objeto de aquella oficina y por un momento me había preguntado si en realidad era capaz de convivir con personas como ellos. Y con eso quiero decir que aunque ellos tuviesen un muy buen estatus social como el mío, no me habían caído del todo bien.

—Perfecto, la vista es perfecta. —Volvió a hablar la chica. ¿Acaso no se cansaba de intentar ser tan agradable? — Tal vez pueda decirle a mi padre sobre mandar a pintar las paredes a tu gusto, si estás de acuerdo, claro.

Mis ojos volvieron a repasar aquellas habitación y si, ella tenía toda la razón. Aquel espacio necesitaba pintura y algo de decoración, ella por su parte me miró con suma atención esperando a que yo por enésima vez si le contestara de una buena manera. Pero justo cuando estaba por decirle que si, que aceptaba su propuesta sobre la remodelación de aquella oficina, fui interrumpida por una voz masculina.

—Por favor, Bethany. —Dijo su hermano Andrew mirándola con incredulidad. —No seas patética, la niña caprichosa no quiere que seas amable con ella.

Y entonces mis ojos recayeron en él. No hizo contacto visual conmigo, simplemente metió una de sus manos a su bolsillo trasero y pude divisar que era una caja de cigarrillos, mientras lo prendía yo lo miraba con mi ceño fruncido, joder. ¿En realidad se había atrevido a decir eso en mis narices? Sin ninguna pizca de miedo, me levanté de golpe y me acerqué hacia él para enfrentarlo, apenas lo hice me di cuenta de lo alto que era y me sentí bastante pequeña ante su cuerpo, sin embargo eso no me detuvo para soltarle unas cuantas palabras.

Era un total gilipollas.

— ¿Acaso sabes con quien estas tratando? —Dije mientras él le daba una calada a su cigarrillo y me miraba sin ninguna expresión en su rostro.

—Claro que sé quien eres. —Dijo soltando una risa sin ganas.

—Y si lo sabes... ¿Por qué me has hablado de esa manera? ¿Quién te crees que eres? —Dije mientras me cruzaba de brazos y lo miraba con seriedad esperando una explicación de su parte.

— ¿Por qué te he hablado de esa manera? —Mencionó mientras hacia un gesto como si estuviese pensando en que contestar, pero era obvio que él me estaba viendo la cara de tonta. — Porque no me importa quién eres. —Dijo muy cerca de mi rostro y pude sentir el olor de su cigarrillo entrando por mis fosas nasales.

— ¡Eres un completo Hijo de p...!—Levantó su rostro de manera amenazante y antes de que yo pudiese terminar la palabra...

—No tenemos que hacer esto, chicos. —Dijo Bethany mientras se posaba en la mitad de nosotros. —Recuerden que nuestros padres están aquí y no les gustará para nada vernos en esta situación.

Andrew soltó una risa de lo más falsa y creo que desde ese instante me comenzó a fastidiar ese gesto de su parte, hizo que su hermana se apartara y volvió a acercarse amenazante a mí mientras susurraba lentamente las palabras que hicieron que una electricidad desconocida me cubriera el cuerpo entero.

—Que te quede claro una cosa. —Sus ojos parecían brotar llamas ya que se veía bastante enojado. —Primero; me importa una m****a quien seas. Segundo, la empresa donde tomaras las practicas le pertenece a mi padre y no al tuyo eso quiere decir que yo mando y tú no. —Me miró por última vez como si estuviese pensando las palabras muy bien. —Tercero, si no te parece puedes irte por dónde has venido, a nadie le importa tu presencia. —Se alejó de mi rápidamente y mientras tomaba a su hermana de la mano y juntos se dirigían hasta la puerta, dejándome completamente sola.

Solté un chillido lleno de fastidio, me había humillado, era un completo estúpido, ¿Quién m****a se creía que era para hablar de esa manera? Mi día no había podido estar peor. Era obvio que con lo que me había dicho había dejado en claro que no me quería cerca de él, pero no me importaba en lo absoluto, no era nadie importante y claramente no se merecía que le diese importancia, así que sin más, decidí salir también de la oficina e ir a buscar a mi padre de una buena vez para poder largarme de aquel lugar y dar por terminado el infernal día que había tenido.

*********

Muchos han estado inconformes con la forma de ser de la protagonista. Pero es romper lo cliché de la protagonista Bonita, Bondadosa, nerd. Esto es algo diferente, igual ella tendrá su evolución y ahí es donde entra el protagonista.

Espero que esta novela les trasmita todo lo que con ella siento, espero que se enamoren tanto de sus personajes como yo lo hice. Si sigues la historia hasta el final estaré eternamente agradecida.

Si quieres saber más sobre la novela o tienen alguna duda, no duden seguirme en mis redes sociales, Un beso!!

I*******M: ttatianacalderon

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