Aquel que traiciona:
Habían pasado apenas cuatro días desde que alguien intentó secuestrar a Alma. Cuatro días que parecían años. Desde ese momento, Santiago no dormía más de dos horas seguidas. Su oído estaba siempre atento a cualquier crujido, su mano siempre cerca del arma, su vista clavada en cada persona que respirara cerca de su familia.
Santi ya no era el mismo. El joven que alguna vez había soñado con recuperar Danma City para los suyos ahora se movía con la mirada dura, analizando a todos como si fueran posibles asesinos. Y con razón. Ya lo habían intentado una vez, y estaba claro que lo volverían a hacer.
Se había prometido no fallar otra vez. Por eso, su obsesión se centró en las niñas. Alma, su hija, no salía de la habitación sin él o sin Sara. Indira dormía con Luna, quien mantenía la pistola cargada debajo de la almohada. Y Zarella… ella era la que más problemas le traía. La chica empezaba a cansarse del encierro. Después de todo, tenía doce años, no podía comprender del