PRÓLOGO:Dicen que cuando un barrio muere, no lo hace de golpe. Muere de a poco… calle por calle, alma por alma. Danma City fue tragada por su propia sombra. Primero desaparecieron las risas. Luego vinieron los rumores: casas tomadas por narcos, cuerpos encontrados sin ojos, niñas vendidas por comida. Después, llegaron los gritos, los disparos, las sirenas que ya no llegaban a tiempo… hasta que dejaron de llegar por completo. La gente empezó a vivir con miedo, y luego se acostumbró al miedo. Aprendieron a callar, a mirar al suelo, a sobrevivir. Los buenos se marcharon. Los que no podían huir, se pudrieron con el barrio. Los gobiernos hicieron promesas vacías. La policía vendió sus placas por un fajo de billetes. La justicia se volvió un chiste sin gracia. En Danma City solo mandan las mafias… y sus reglas se escriben con sangre. Entre el caos, entre las ruinas de lo que alguna vez fue un hogar, surgió alguien diferente. No un héroe. No un salvador. Un chico roto, un alma quemad
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