En un mundo donde el amor parece tener un límite, Asher y Evelyn descubren que su conexión es más fuerte que la muerte. Desde el momento en que se conocen, saben que su amor es especial, pero no imaginan que será puesto a prueba de manera tan dramática. Cuando Asher desaparece, Evelyn se queda con el corazón roto y la sensación de que su mundo se ha derrumbado. La pérdida es tan intensa que Evelyn se pregunta si alguna vez podrá recuperar la felicidad. Pero ¿qué pasa cuando Asher regresa, cambiado pero con el mismo amor que siempre tuvo? A medida que Asher y Evelyn se reencuentran, deben enfrentar los obstáculos que los separaron. Deben superar la dolorosa realidad de su pasado y encontrar la manera de reconstruir su amor. Pero ¿será suficiente para mantenerlos unidos? En este relato apasionado y emocionante, descubre cómo el amor verdadero puede trascender incluso la muerte. Sigue a Asher y Evelyn en su viaje a través del dolor, la pérdida y la redención, y descubre que en un mundo donde la muerte parece ser el fin, el amor puede ser el principio de una nueva eternidad. Con una narrativa intensa y emocional, "Un Amor para Siempre" te llevará a reflexionar sobre el poder del amor y la conexión humana. ¿Qué significa amar sin límites? ¿Qué significa perder y encontrar de nuevo? ¿Qué significa vivir para siempre en el corazón de alguien?
Leer másAmar... esa palabra que el mundo recita con tanta ligereza, como una melodía pegadiza sin comprender su partitura. Creen que es un baile de cuerpos, un intercambio de promesas al viento, una posesión egoísta disfrazada de entrega. ¡Qué necios son! ¿Qué pueden saber del amor aquellos que no han caminado descalzos sobre el filo de la traición, aquellos que no han sentido el alma desgarrarse en el silencio de la duda? El amor verdadero no se encuentra en los jardines floridos de la perfección, sino en el yermo desolado de la imperfección compartida. Es la paradoja sublime de sentirse absolutamente solo en medio de una multitud y, al instante siguiente, hallarlo todo en la mirada de un solo ser. Es la danza silenciosa de dos almas que se reconocen en la oscuridad, dos astros errantes que encuentran su órbita en la cercanía del otro. No es la monogamia impuesta por la moral o la costumbre, sino la elección visceral, la certeza inquebrantable de que en este universo vasto e infini
Amar, dicen. Una palabra tan sencilla, tan manoseada, que ha perdido su filo, su peso verdadero. Nos llenamos la boca con ella, la gritamos al viento, la grabamos en corazones superficiales. Pero, ¿quién sabe realmente lo que significa desentrañar la madeja compleja de un alma y encontrar allí la fibra que vibra en sintonía con la tuya? No es la posesión voraz de la intimidad, ese breve incendio de la piel que nos hace creer, por un instante fugaz, que hemos conquistado la esencia del otro. El cuerpo es un mapa efímero, un territorio de placeres pasajeros que no cartografía la profundidad del ser. Tampoco son las palabras melifluas, los "te amo" lanzados al aire como conjuros vacíos, esperando que la repetición constante conjure una magia que no reside en la lengua, sino en las entrañas. El amor no es un mantra, sino una melodía silenciosa que se teje en el día a día, en la comprensión tácita, en la mirada que lo dice todo cuando las palabras fallan. Amar de verdad es despojarse
El silencio que siguió a las palabras de Evelyn fue como una puñalada en el alma. Verla alejarse, subir las escaleras con la espalda tensa y la cabeza gacha, me destrozó por dentro. Cada paso era un recordatorio de la distancia que mis errores habían creado entre nosotros, una distancia que parecía crecer con cada nueva revelación. Me quedé de pie en medio del salón, sintiendo el peso de mis palabras y mis omisiones aplastarme. La llegada de Lena había sido un puto desastre, abriendo viejas heridas y sembrando nuevas dudas en el corazón de Evelyn. Mi intento de ser honesto anoche se había desmoronado ante la verdad a medias que había admitido sobre mi tiempo en California.Suspiré profundamente, pasándome una mano temblorosa por el cabello. Sabía que mis explicaciones sonaban huecas, insuficientes para borrar el dolor y la desconfianza que veía en sus ojos. El miedo a perderla me había llevado a ocultarle una parte de mi pasado, la ironía era que ese mismo miedo era ahora la may
La sorpresa en el rostro de Lena fue casi palpable, como si hubiera tropezado con algo inesperado y ligeramente decepcionante. Sus ojos oscuros me escrutaron con una curiosidad fría, deteniéndose brevemente en mi ropa cómoda antes de volver a Asher con una sonrisa apenas perceptible. —Asher, querido —dijo con una voz suave y melosa, como si yo no estuviera allí—No esperaba encontrarte... acompañado. Su tono insinuaba una intimidad que me hizo sentir incómoda al instante. Asher se tensó ligeramente, pasando una mano por su cabello. —Lena, ella es Evelyn. Evelyn, esta es Lena. Lena me dirigió una mirada fugaz, una sonrisa educada pero distante curvando sus labios pintados. —Encantada, supongo. Asher siempre ha tenido... sorpresas. Había un matiz en su voz, una ligera insinuación de que yo era una sorpresa inesperada y quizás no del todo agradable Asher suspiró, su incomodidad evidente. —Lena, Evelyn es mi novia. La sonrisa de Lena se mantuvo intacta, aunque sus ojos oscuros
El sol que se filtraba por las cortinas me despertó con una calidez suave en el rostro. Me sentía extrañamente renovada, como si la tormenta de la noche anterior hubiera limpiado algo dentro de mí. Al moverme, noté el hueco vacío a mi lado y una punzada de anhelo me recorrió, pero no era el vacío helado de la desconfianza, sino más bien la ausencia física de alguien a quien, a pesar de todo, aún amaba. Me levanté con una ligereza que no sentía en días y me di una ducha larga y caliente. El agua corriendo por mi piel se llevó los últimos vestigios de tensión, dejando en su lugar una sensación de calma y una extraña certeza de que, aunque el camino por delante fuera incierto, no estaba sola. Me vestí con uno de sus suéteres grandes y suaves, sintiendo su aroma familiar reconfortarme. Bajé las escaleras con una tranquilidad que me sorprendió. Al llegar a la cocina, lo encontré de pie junto a la ventana, con dos tazas de café en las manos. Se giró al escuchar mis pasos y una suave
La cercanía de Evelyn era un bálsamo para mi alma herida. El roce de sus labios contra los míos, aunque breve, había encendido una chispa de esperanza en la oscuridad que nos envolvía. La abracé con suavidad, atrayéndola hacia mí hasta que su cuerpo se acopló al mío. Sentir su calor, su fragilidad, despertó en mí una oleada de ternura protectora. —Quédate conmigo, Evelyn —susurré contra su cabello, aspirando su aroma suave y familiar—. Permíteme amarte de verdad, sin sombras ni secretos. Ella se aferró a mi camisa, su agarre temblaba ligeramente. No respondió con palabras, pero el silencio entre nosotros ya no se sentía tan frío. Había una conexión palpable, un hilo tenue pero resistente que aún nos unía a pesar de todo el dolor. Lentamente, levanté su rostro entre mis manos, mis pulgares acariciando suavemente sus mejillas húmedas. La miré a los ojos, buscando en su profundidad alguna señal de que el amor que una vez compartimos aún existía, aunque estuviera oculto bajo capas de d
Último capítulo