Anya está a poco tiempo de casarse con su prometido Chad, mientras intenta ocultar su amor prohibido por su hermanastro el poderoso CEO Emerson Carrigan, a quien ama desde adolescente. Resignada a casarse sin amor, descubre la infidelidad de su prometido, y como último atisbo de esperanza, decide desenmascararlo y terminar el compromiso, lo que no espera es que Chad se encuentre en la cama con la mismísima Bianca Carrigan, esposa de su hermanastro. Emerson está roto y con deseos de venganza, entonces Anya le hace una extraña y tentadora propuesta: —Vamos a vengarnos de los traidores, cásate conmigo y hagamos que sufran. Emerson acepta, ya que no puede confiar en ninguna otra mujer, pero sí en la pequeña a la que considera su “hermanita” convencido de que un amor entre ellos es prohibido, y de que ese compromiso es una apariencia para hacer sufrir a su ex, y proteger su roto corazón; sin saber que Anya está luchando por conquistar su amor. ¿Podrá Anya hacer su amor prohibido realidad, aunque su familia e incluso el mismo hombre que ama estén en contra?
Leer másAnya estaba frente a ese departamento, oprimió una contraseña en la cerradura electrónica, conocía esa clave, la puerta se abrió al instante.
Ella se adentró, con pasos muy lentos, trató de ser muy cuidadosa solo por no hacer ni un ruido y conservar el aliento.
Sus manos temblorosas tomaron su teléfono, lo puso en silencio, pero activó la cámara de video, estaba dispuesta a todo.
Cuando esos inconfundibles sonidos íntimos resonaron en sus oídos, no tuvo duda alguna, se acercó de puntillas hasta la puerta de la habitación.
No tuvo que hacer mucho esfuerzo, la alcoba estaba abierta de par en par; al entrar había una pared, debía rodearla para ver la cama, siguió muy lenta, y lo que vio a continuación le congeló el corazón.
Sí, era su prometido en la cama con otra mujer, eso no le importaba tanto como la identidad de la amante.
Controló sus impulsos para no saltarles encima con rabia, su sangre no era fría, pero lo intentaba, grabó el video donde se apareció muy bien el rostro de esa mujer, por si cabía duda alguna, su novio Chad Montgomery gritó su nombre.
—¡Eres deliciosa, Bianca!
Sus rostros estaban en el video, ella pudo captarlos, con video, con fotografías.
Cuando tuvo suficiente, dio la vuelta, caminó sin hacer ruido, tanto como pudo, pero cuando salió, no le importó que la puerta hiciera tal ruido, que espantó al par de amantes.
Dieron un brinco de miedo, que les bajó el buen ánimo.
Chad salió de Bianca, se visitó tan rápido como pudo, corrió a ver, la puerta estaba entreabierta.
—¡Alguien nos vio! —exclamó Bianca horrorizada—. Si Emerson se entera, sería mi fin, Chad.
—¡Cálmate! Averiguaré, espera aquí, vístete, debes irte.
La mujer corrió a su alcoba para obedecer.
Anya salió corriendo del edificio, se alegró de que el portero no la hubiese visto, la conocía bien, subió a su auto parqueado a dos cuadras adelante, y manejó de prisa, necesitaba llegar a la Corporación Carrigan.
Ella estaba comprometida en matrimonio con Chad Montgomery desde hace seis meses, los mismos que su hermanastro Emerson Carrigan tenía de matrimonio con Bianca, iban a casarse a fin de mes, pero hoy era la fiesta de compromiso.
Ayer, luego de la cena en casa, Anya quiso romper el compromiso, ella no amaba a Chad; pero no pudo hacerlo, tenía miedo de lo que su madre diría, de hacer sufrir a Chad y las habladurías.
Cuando Chad desapareció de su vista, y dejó su móvil en la mesa, ella lo escuchó sonar con varias notificaciones, supo qué hacía mal, pero poco le importó; lo tomó, revisó, buscaba algo, cualquier cosa que fuera una justificación para terminar con ese compromiso, entonces leyó esos mensajes, eran de un número desconocido y no registrado;
«Te extraño, quiero verte esta noche, mi amor, quiero volver a hacer el amor contigo»
Al leer el último mensaje supo dónde encontrarlos, estaba lista para desenmascarar a Chad Montgomery y terminar con él, sin embargo, jamás esperó el vuelco que daría la historia, nunca esperó que la amante de Chad sería Bianca Carrigan, la esposa de Emerson Carrigan, su hermanastro y su amor prohibido.
Cuando llegó a la Corporación Carrigan, pidió hablar con el CEO Carrigan.
—Ahora está en una junta de inversionistas, señorita Byle, debe esperar —sentenció la asistente.
—¡No puedo esperar! Tengo que verlo ahora mismo, dile que es urgente.
La asistente asintió, tomó su teléfono y llamó. Un segundo después, el CEO respondió.
—Señor Carrigan, su hermana, la señorita Byle está aquí, dice que necesita verlo con urgencia.
Los nervios estaban estrujando el corazón de Anya, sentía que temblaba, pensó si la habían descubierto, necesitaba gritar lo que vio, ella conocía el amor de Emerson por Bianca, tan cegador, que temió que no le creyera, o peor, que la perdonara, tuvo miedo.
—Dile que ahora no puedo atenderla, dile que espere media hora o que vaya a casa, y la veré —dijo el hombre.
La asistente colgó la llamada, miró a la mujer.
—El CEO dice que espere o que la verá después, ahora no puede atenderla.
Anya estaba frustrada, observó la sala de juntas, nunca se atrevería a ser tan descortés con Emerson Carrigan, pero no pudo soportarlo más, caminó hasta ahí.
La asistente quiso detenerla, fue inútil, ella estaba decidida, abrió la puerta de la sala, irrumpiendo repentina.
Emerson alzó la mirada severa sobre ella, estaba desconcertado.
—Anya, ¿Qué haces? Estoy ocupado —sentenció
—Debemos hablar, es urgente, esto es más importante que todos tus negocios.
Emerson frunció el ceño, serio e intrigado, miró a sus socios.
—Arreglen esto sin mí, y háganlo bien, no quiero errores —sentenció, los hombres tenían los rostros débiles, casi asustados, parecían aliviados de su partida, el hombre dirigió a Anya hasta su oficina—. Sígueme, pequeña.
Llegaron hasta su gran oficina, cuando él cerró la puerta, ella sintió que perdió el valor, sus manos temblaban, igual que todo su cuerpo, no era solo que Emerson tenía el efecto de revolucionar su piel, también era que ella le debía destrozar el corazón, eso la mataba por dentro.
Cuando miró sus ojos, estaban llenos de lágrimas.
Emerson la miró con angustia, sintió un miedo que hace mucho no sentía en su vida, bien controlada por él mismo.
—¿Qué pasa, Anya? ¡Estás asustándome, pequeña!
—Es Bianca… ¡Ella es una traidora! ¡Ella es una infiel!
Por Denver.Hoy es un buen día, han pasado cinco años desde que nació nuestro hijo.Observó a mi esposa a mi lado, sonrió, puedo recordar todo lo vivido hasta llegar aquí. Lo equivocado que estaba, alguna vez dije que estaba prohibido amarla, pero la verdad, incluso si fuera prohibido amarla, amaría a Abby màs y màs, ella es la mujer de mi vida, el amor que siempre he soñado y que mantendré en mi corazón hasta mi último día.Soy un soñador, nadie puede cambiarme. Camino al cuarto de baño, me quito la pijama y me doy un buen baño. Es el cumpleaños de mi hermano Emerson.La vieja cabaña se erige ahora como una preciosa casa de dos pisos que mandé a construir para mi esposa y mi hijo. Planeamos pronto darle un hermanito a Derek, quiere tanto tener un hermanito.Sin duda, soy demasiado feliz. Me doy un baño, cuando siento su presencia, sonriò al verla frente a mì, desnuda y perfecta, me abraza y el agua fría cae en nuestros cuerpos, la amo tanto, besó sus labios.—¿Por qué no me despiertas
Varios meses después.Abby estaba sentada en el jardín, con su prominente vientre.Denver y ella aún no elegían el mejor de los nombres para su bebé, que sería un varón.Ella sonriò al recordarlo, casi con ocho meses y medio podía sentir a su bebé moverse en su vientre, parecía ser muy inquieto.—¿Cómo debemos llamarte, cariño? Papá y yo estamos locos buscando el mejor de los nombres. Pero, quizás el màs sencillo es el mejor.Denver llegó, observó a su esposa con esas rosas.—¿Qué haces, amor? Deberías ir a descansar —dijo Denver.Ella sonrió, acarició su rostro.—¿Has pensado en un nombre? —preguntóÉl sonriò, besó sus labios.—Pensé en un nombre ¿Qué te parece Derek, se parece a Denver?Ella rio un poco, él la ayudó a levantarse.Tocó su vientre.—¿Tienes hambre?Ella asintió.—Les haré un delicioso sándwich.Caminaron adentro, cuando ella sintió ese dolor, se detuvo y su rostro se puso blanco.Denver se asustó.—¿Amor?—Estoy bien, tu hijo se ha puesto difícil.Intentó dar un paso,
Mandy y Abby estaban en la cabaña, bebían café, mientras comían galletas.—Estoy nerviosa —dijo Abby, y tocó el vientre—, sentía pequeños cólicos.—¿Estás bien?Abby dijo que sì.—Estoy nerviosa, primero por todo lo que pasó y después porque bueno, no sé si el embarazo, es algo nuevo para mì.Mandy sonriò.—Si quieres la verdad, hay una parte del embarazo hermosa, y otra que asusta mucho, lo único que te dirè es que nunca es igual, con mi nuevo embarazo, no tengo síntomas, y con mi bebé, tenìa tantos que los primeros meses tuve mucho miedo.Abby sonriò, tomó su mano.—Lo bueno es que ya no estoy sola, te tengo a ti y a Anya para guiarme, y eso es mi gran ayuda.Mandy sonriò.—Claro que sí, estaremos para ayudarte, y aconsejarte, pronto, cuando nazca tu bebé, estarás màs feliz, olvídate de Johana y de todos, ella cometió sus errores, es hora de que pague por eso, ahora ya no será tu amiga, ¡nunca màs! —aseveró Mandy.Ambas decidieron ir a caminar por los jardines, escucharon unos grito
Johana estaba asustada, retrocedió un paso y sollozó, pensó que tenía todo, bajó control, quería pensar que así, era, sin saber que jugaba con fuego. —¡Abby, no me acuses de algo que no es cierto! —gritó Johana como si fuera una perfecta víctima, pero no sabía que ya nadie le creería.Los ojos de Abigail estaban cubiertos de lágrimas, no podía creerlo, ella era su amiga, ella la ayudó, y le hizo creer que era alguien buena. ¿Por qué ahora hacía eso? ¿Por qué sus enemigos primero fueron sus amigos o alguien a quien amo? ¿Acaso había algo malo en ella?—¡Traidora! —dijo y su voz se rompió en llanto.Denver no pudo màs, tomó el brazo de la mujer, y la mirò con rabia.—¡Deja de intentar lastimar a mi esposa! Sabemos toda la verdad —dijo Denver sus ojos eran tan furiosos, que Johana tembló—¿Qué…? —balbuceó asustada, dio un paso atrás.Matt la enfrentó.—¿Creíste en mi falta de memoria, ingenua? Sabemos lo que pretendes, ¿Arruinar nuestra felicidad? ¡Serpiente arrastrada! Vete de aquí, y n
Más tarde,Denver y Matt paseaban por el jardín, hablaban de lo ocurrido.—Johana siempre ha sido buena amiga de Abby, ¿en qué momento pudo cambiar tanto?—No lo sé, en realidad, no lo sé, quizá estés en un mal momento, pero, tú y yo sabemos lo que la envidia puede crear en algunas personas.Denver mirò a los ojos a Matt, entendió sus palabras, a èl la envidia lo hizo perder todo y a Matt lo convirtió en alguna vez en el peor villano, ahora eran dos hombres distintos a ese pasado.—¿Qué haremos?—Tengo una idea, si ella es buena o mala, debemos saberlo, no soy de los que cataloga a la gente con etiquetas, pero, vamos a ver, la cito aquí, le hago creer que necesito màs información, que no he recobrado la memoria, y si ella cambia su versión, o no, eso nos dará una idea clara de lo que está pasando por su mente.Denver asintió, tenìa lógica, y èl que últimamente era menos desconfiado, ahora sentía la necesidad de saber quién era Johana realmente, sobre todo ahora que esperaban un hijo, n
El corazón de Abby latió con un miedo voraz; no entendía que era lo que pasaba.—¿Qué dices, Matt? Mi hijo es del hombre que amo, y ese es Denver, creo que, estás muy confundido.Matt dio un paso atrás, en el pasado creyó que Abby solo lo amaba a èl, por sobre todas las cosas, pero ahora, parecìa que estaba en un mundo diferente.—Yo…—Matt, ven conmigo, no estás bien —dijo Denver al notar cómo el hombre estaba descolocado, y tocaba su cabeza.Ambos salieron de ahí. Denver asintió mirando a su esposa, como si le dijera que se calmara.Pero, ella simplemente no podía estarlo, llamó a Mandy.***Denver y Matt caminaron por los amplios jardines del lugar.—¿Qué es lo que pasa contigo, Matt? Sé que estás demasiado ofuscado, pero, esto, es demasiado. Aunque no recuerdes bien, Abby y yo nos amamos, vamos a tener un hijo y tú amas a Mandy.—¿Y por qué Johana, siendo la gran amiga de Abby, dijo que ella y yo planeamos escapar, y que el hijo que lleva en el vientre es mío?Denver se quedó perp
Último capítulo