Eva Davies vive atrapada en un matrimonio sin amor por tres años, sin embargo, no puede dejar ir al que ha sido el amor de su vida. Su vida se volvió monótona, aburrida y triste, demasiado triste. Su esposo, Adán, jamás la valoró, es cruel y está enamorado de la hermana mayor de Eva, Victoria. Cuando la tristeza ensombrece el destino de Eva, decide que jamás volverá a dejar que la traten en menos, conoce a Nikolaus Hoffman quien la ayuda con su proceso de negocio y a volver a encontrar el rumbo de su vida. Está vez lejos de las personas que consideró familia alguna vez y escondiendo un secreto que pudo haber cambiado el destino de toda su vida. ¿Podrá Eva volver a enamorarse luego de los maltratos de su ex esposo? ¿Podrá darle una oportunidad al hombre que está dispuesto a darlo todo por ella?
Ler maisPOV General.
Eva Davies, la hija menor de una de las familias más poderosas de Barcelona y España, se casó con Adán García hace tres años. Un matrimonio concertado luego de que el padre de Eva los encontrase en su habitación evidenciando con sus propios ojos como su hija había consumado un acto sexual.
Para Eva oír que se casaría con quien fue desde siempre su primer amor, o su amor platónico, fue un sueño hecho realidad.
Más cuando sabía de sobra que el mismo matrimonio de los padres de Adán también había sido concertado y que mejoró gradualmente con el tiempo y con el nacimiento de su primer y único hijo.
Pero lentamente ese sueño se fue transformando en una pesadilla hasta el día en el que hoy vive.
—Adán. —dijo ella, en apenas un susurro—. Quisiera ir a ver al abuelo, ¿Quieres acompañarme?
—Vete y déjame dormir. —respondió su esposo.
Eva no se sorprende en lo absoluto por la respuesta de su esposo, no es para nadie en la familia extraño que Ethan, el abuelo de Eva, odiase el comportamiento de Adán hacia su nieta y como, con el paso de los años, el brillo en los ojos de su amada criatura se fue desvaneciendo.
Precisamente hoy es el cumpleaños número veintiuno de Eva y ella esperó celebrarlo con su esposo y el resto de su familia, pero también sabe que sería verdaderamente milagroso que eso sucediese.
Una risa se escapó de sus labios cuando se vio en el espejo del baño. Una risa que contenía demasiadas emociones, excepto alegría, o quizás sí, una alegría diferente, llena de melancolía y tristeza. En unas semanas sería su tercer aniversario de bodas con Adán, recordó.
—Quizás este año sea diferente. —se esperanzó hablándose al espejo.
Por algunos minutos imaginó lo que sería de su vida si por fin lograse que el amor de su vida le diese el amor y atención que esperó desde el día uno.
Aquellos pensamientos se esfumaron cuando escuchó los estruendosos golpes de su esposo contra los muebles. Salió rápidamente buscándole el traje que usaría hoy, escogiendo cuidadosamente el pañuelo y la corbata. Lo hacía cada mañana sin falta, pero eran muy pocas las ocasiones en que él usaba realmente lo que ella preparaba.
—¿Qué haces ahí parada? —preguntó con un tono tosco de voz.
Adán la ve y en su mirada solo se refleja el odio y resentimiento que siente por ella desde el momento en que su suegro los encontró. En su mente, claro que quería pertenecer a la familia Davies, sin embargo, no era Eva la dueña de su corazón, sino Victoria, la hija adoptiva de la familia.
Adán y Victoria mantuvieron una relación desde que ambos eran adolescentes y se prometieron pasar una vida juntos, pero las circunstancias y los hechos cambiaron, una celebración, algunas copas de alcohol y equivocarse de cuarto lo llevaron a terminar casado con la mujer equivocada y desde entonces solo le ha demostrado una y otra vez lo poco que le importa.
—Iba a usar el baño, pero puedes usarlo. —dijo Eva sonriendo.
—Usaré el del pasillo. —habló, respondiendo cortante.
Una punzada en el corazón de Eva se hizo presente, pero ella solo respiró profundo y siguió como si nada, era lo habitual.
Con el tiempo, si dios quería, él cambiaría o esas eran las esperanzas de Eva.
Eva bajó las escaleras y se encontró con Marie, la ama de llaves y con quién ella llevaba una muy buena relación desde que llegó a casa, más que nada, porque fue la mujer que la crio junto a sus abuelos. En la mesa de la cocina había un pastel de cumpleaños, por un instante, quizás, pasó por su mente que Adán lo había recordado, pero todas esas esperanzas se esfumaron cuando escuchó la puerta cerrarse.
—Feliz cumpleaños, señora. —dijo Marie.
—Gracias. —susurró Eva sintiendo como el aire se escapa de sus pulmones y las piernas le tiemblan por el desaire recién vivido.
—El jardinero, el chofer y yo creímos que sería una buena idea comprarle un pastel. —dijo la mujer mayor.
Eva sonrió y la abrazó. Lágrimas inundaron sus ojos, pero se las arregló para mantenerlas a raya.
—Vamos al jardín y comamos todos, Marie. Aprovecharé de decirle a Scott que me lleve a casa del abuelo. —dijo Eva sonriendo con lo que parecía simple cortesía, pero todos en casa saben que es tristeza.
—Llevaré platos y utensilios.
Luego de que los trabajadores le cantasen alegremente la canción de cumpleaños, comieron pastel. La mañana de Eva mejoró ligeramente al sentirse acompañada por aquellas personas, pero cada vez que recordaba las acciones de su esposo, su corazón se ensombrecía y clamaba por un poco de amor.
¿Es lo que le esperaba toda la vida?
Se pregunta mirando distante las rosas que había plantado en el jardín hace tres años, justamente cuando llegó a la casa de Adán cómo la señora García.
Eva no es capaz de renunciar a su esposo aun después de todo el daño que le ha ocasionado.
Cualquiera en sano juicio y llevando tres años de matrimonio infeliz, se hubiese divorciado con goce de cualquier beneficio. Pero a ella lo material no le importa, renunciar al hombre que ama tampoco es fácil, menos si aún cree que su amor algún día podrá ablandar el duro corazón de Adán.
Scott la llevó a casa de su abuelo y allí pasó la tarde. La salud de Ethan ha disminuido considerablemente este último tiempo, a veces él pensaba que lo único que lo retenía en este plano era no dejar desprotegida a su pequeña nieta.
Iris y Rowan Davies, los padres de Eva, hace mucho que no la tratan como una hija. Bueno, si la manera en que antes era tratada podría llamarse como un trato para una hija. Eva dejó de ser parte de la familia cuando terminó en la cama con el novio de su hermana, provocando que Victoria se alejase.
Todos pensaron que Victoria tuvo un cuadro depresivo cuando terminó su relación con Adán y culparon de ello a Eva, sin considerar que la muchacha había bebido y que el que entró en su habitación había sido él.
El enojo completamente justificado de Victoria la llevó a decir cosas horribles sobre Eva y que, como se aprovechó de la vulnerabilidad de Adán para tenderle una trampa. Nadie pensó que en realidad había sido un accidente o culpa del destino.
—¿Qué tal el matrimonio, Eva? —preguntó el abuelo Ethan.
—Normal. —respondió su nieta encogiéndose de hombros.
—Un matrimonio con amor no es simplemente normal, Eva. —dijo el anciano sonriéndole con pesar, él muchas veces la ha intentado convencer de desistir de su matrimonio, pero sin éxito.
—Cuéntame de la abuela y tú, tus historias siempre son reconfortantes. —mencionó Eva.
—Espero que algún día vivas un matrimonio como el mío, Eva, pero no lo harás al lado de ese hombre. ¿Cuándo te darás cuenta, cariño? Él no te merece. —indicó el abuelo y con sus manos rasposas acarició las suaves manos de su nieta.
La misma charla, las mismas palabras que ha usado hace más de un año para intentar convencerla de dejar a Adán volvieron a fracasar, pero Ethan no perdía las esperanzas y sabía que un día su nieta recapacitaría y estaría para apoyarla.
Y, por qué no, también darle una pequeña ayuda para que encuentre y viva el verdadero amor.
Días después. Ayer pasamos el día solo Nikolaus, Niklaus y yo… no nos veremos en un par de semanas y que mejor que poder pasar tiempo en familia antes de irme.Ahora mismo vamos de camino al aeropuerto, me llevaré conmigo a la nana y a Sophie para que me ayuden con mi hijo, después de todo, sin Nikolaus y con tanto trabajo y reuniones agendadas quizás sea complicado mantenerme siempre alerta de Niklaus.—Cualquier problema que tengas, no dudes en llamarme Eva. —Nikolaus me observa por el espejo retrovisor.—Quédate tranquilo, amor. —respondo mientras le entrego uno de sus juguetes a Niklaus—. Volveremos pronto.—Lo sé, espero que los días pasen rápido. —gruñe.No es fácil, mucho menos recordando todo lo que pasó con el nacimiento de Niklaus, sé que no se siente cómodo con
POV Eva DaviesOcho meses después. Quedan exactamente tres semanas para que acabe el plazo y quisiera saber con certeza que podré pagar el monto estimado, pero no lo sé, mañana tendré una reunión con Keleer para saberlo.Nikolaus logró recuperar la cantidad de quinientos millones de dólares y dejó a los Royce en la ruina como lo prometió. Nadie puede estar contra los Hoffman sin correr el riesgo de terminar sin nada.—Buenos días, cariño. —dice sonriendo y abrazándome.Niklaus duerme en su cuna, me sorprende que hemos estado un año completo en este lugar, Sophie terminó viniéndose con nosotros hace aproximadamente seis meses, la extrañaba y sé que ella a nosotros.Marie y Scott vinieron de visita cuando le celebramos el cumpleaños a Niklaus y desde entonces, no han
POV Nikolaus HoffmanLunes por la mañana. ¿Siento vergüenza?Claro que sí.Jamás imaginé que Eva me viese desnudo de la forma en que lo hizo, creo que imaginé un momento más íntimo y romántico, quizás luego de una cena, quizás luego de pedirle matrimonio.No lo sé, siento que esto ha arruinado mis planes futuros.Lo que le dije tampoco estuvo del todo bien… no, no lo estuvo. Sé perfectamente que ella solo ha estado con Adán, quizás no como lo ha querido, pero lo hizo.No hablamos más del tema en absoluto y creo que ambos lo agradecemos, no ha cambiado nuestra dinámica porque nuestra relación va más allá de lo físico y sexual, lo que no me quita el miedo.Siento miedo por todo lo que Eva está arriesgando con todo esto, dejar su com
—Marcus Royce está siendo investigado por complicidad con el robo de los quinientos millones, si alguno de ustedes termina aceptando irse de aquí para irse con él y comentarle acerca de los procedimientos de Empresas Hoffman, será culpado de cómplice y no dudaré en dejarlos sin nada. Mi padre puede ser muy benévolo con su mandato, pero yo no levanté el mejor bufete de abogados de la nada por mi benevolencia.Todos los hombres se miran con miedo.—¿Estamos de acuerdo? —pregunto molesto y ellos asienten temerosos de mis represalias.—Hijo… —menciona papá, pero ni siquiera lo miré.—Se termina la reunión, ahora los citaré cuando se cumplan tres meses desde esta fecha y les indicaré los porcentajes de rendimiento de la empresa, ¿De acuerdo?Volvieron a asentir.—¿Alguno de ustedes quiere dimitir? —pregunto y todos negaron—. Perfecto, nos vemos entonces.Aún escucho como algunos de los hombres tildan de loca a Eva por haber ingresado cuatrocientos millones de dólares en la empresa y quedado
—¿Por qué debería? —respondo seriamente a su pregunta.—Quizás porque tu plan no funcionó. —dice—. Quizás porque querías quedarte con todo lo que les pertenece, pero ahora no tendrán nada.—Hablas desde el resentimiento, Katherina, déjalo ir. —increpo alborotando su atención.—¿Resentimiento? ¿Sabes tú lo que es resentimiento? —pregunta sonriendo como maniaca—. Crecí toda mi vida para casarme con uno de los dos hermanos Hoffman, para que nuestras fortunas se multiplicasen. Supe desde entonces que mi futuro estaba al lado de Nikolaus.—¿Por qué?—Porque Kuno, a pesar de que todo lo hace perfectamente, no es la clase de hombre con la quisieras formar una familia, en cambio Nikolaus sí. —responde—. Pero tenías que llegar, ¿Verdad? Llegar a joderlo todo, a meterle un maldito bastardo por los ojos y engatusarlo como las mujeres de tu calaña.—No sabes quién soy Katherina, mi hijo no es un bastardo y no tuve necesidad de engatusar a nadie porque no soy tú. —digo de pronto—. Nikolaus me amó y
POV Eva DaviesSábado por la noche. Al final, sí asistimos a la gala de Marcus Royce y Niklaus se quedó en casa con la nana, esta vez le dijimos que en ninguna circunstancia puede dejar a mi pequeño solo.Cuando le pedí a Keleer que redactásemos un nuevo contrato para Paxton creyó que estaba loca, pero terminó accediendo a mis peticiones. Le vendí el cincuenta por ciento de mi proyecto, haciéndolo así socio igualitario de la firma. El precio, quinientos millones de dólares, el monto que se le robó a la empresa de Erwin.Paxton no tardó en responder aprobando el informe.Tengo un año exacto desde la fecha en que se redactó el acuerdo para recaudar esos quinientos millones de dólares y poder, de esa forma, comprarle los derechos a Paxton.Supe que accedería porque sabe de la necesidad de los Hoffman por mantener su empresa a flote y porque mi misma empresa no me dará la cantidad que requiero para pagarle, tampoco las acciones que me dejó el abuelo, ni ambas mansiones.Es algo ambicioso
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