Seré la sustituta

Seré la sustitutaES

Romance
Última actualización: 2025-11-01
Lucky  Recién actualizado
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Resumen
Índice

El día que Salvador estaba destinado a casarse con Mónica, su mundo se vino abajo. Frente a cientos de invitados, y bajo la mirada crítica de su padre, fue plantado en el altar sin una explicación... solo una carta de despedida y la noticia de que ella huyó con otro hombre. Para Salvador, la traición no dolió tanto como la humillación. Decidido a no darle la razón a su padre, el mismo que siempre lo llamó un fracaso, toma una decisión impulsiva: no se quedará sin esposa. Necesita una, y la necesita ya. Entre los invitados está Cristina, la mujer a la que siempre enfrentó en la sala de juntas y que, irónicamente, es amiga de la desaparecida novia. Lo que nadie sabe es que Cristina ha amado en silencio a Salvador durante años… y que hoy, sin esperarlo, él la mira como su única salida.  Salvador le ofrece una suma millonaria a cambio de que acepte casarse ahí mismo, y ella sorprendentemente acepta. Él desconoce la razón de que ella haya aceptado, solo la ve como una mujer interesada, pero el hecho de que ella sea la amiga de su ex prometida, hace que la venganza sea mucho más placentera.

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Capítulo 1

Seré la sustituta

Salvador no solía perder el control. Era un hombre acostumbrado a la presión, al escrutinio y a las expectativas impuestas. Su temple era casi una coraza. Sin embargo, aquel día, el umbral de su paciencia ya había sido superado. La ceremonia debía haber comenzado, pero la ausencia de Mónica, su prometida, eclipsaba todo. Los invitados aguardaban impacientes: el juez de paz, empleados de su empresa, socios, y hasta su padre —el mismo hombre que nunca dejó de subestimarlo—. Todos estaban ahí, menos ella.

El silencio expectante y las miradas fijas sobre él comenzaron a calarle como alfileres. Salvador apretó los dedos con una fuerza inconsciente, como si pudiera controlar el caos exterior mediante la tensión de su propia carne. Entonces, una figura familiar apareció: Sebastián, su amigo, el único en quien había confiado para encontrar a Mónica.

Una chispa de esperanza se encendió en su interior, aunque tenue, como una vela a punto de extinguirse.

—¿Y bien? ¿Dónde está Mónica? —preguntó con una urgencia apenas contenida.

Sebastián no respondió de inmediato. En su lugar, metió una mano en el bolsillo de su abrigo y sacó un papel cuidadosamente doblado. Al pronunciar el nombre de Salvador en un susurro casi compasivo, parecía anunciar una tragedia más que una explicación.

Salvador lo miró, desconcertado.

—¿Qué es esto?

—Ahí está la respuesta.

—¿Qué? ¿Dónde está Mónica?

La impaciencia dio paso al presentimiento, y el presentimiento, al temor. Sebastián colocó la carta en su palma. El papel, ligero como una pluma, pesaba como una sentencia.

Con un nudo en la garganta, Salvador desdobló la hoja. Reconoció de inmediato la caligrafía de Mónica. Sus pupilas se contrajeron mientras avanzaba línea por línea. Al terminar, levantó la vista, buscando en el rostro de Sebastián algo que desmintiera lo evidente.

—¿Qué significa esto?

—Estaba en su puerta… Pero no es todo. Hablé con algunos vecinos. La vieron salir… con una maleta. No iba sola.

—¿Con quién?

—Con Josué.

El nombre fue una cuchillada. Salvador lo escupió con rabia.

—¿¡Josué!? ¿Estás hablando del maldito novio de Cristina? ¿Se largó con ese imbécil?

La incredulidad lo desgarraba por dentro. Había sido humillado, traicionado, y todo frente a los ojos expectantes de quienes menos debía fallarle, sobre todo él: su padre. Ese hombre que siempre lo había mirado con desdén, como si el fracaso fuera inherente a su existencia.

Y ahí estaba, entre los asistentes, con una media sonrisa ladeada que Salvador conocía bien. Una burla sutil, venenosa. Era demasiado.

Apretando el papel hasta hacerlo trizas, Salvador se dio media vuelta y salió del salón sin mirar atrás.

Sebastián lo siguió de inmediato, visiblemente preocupado.

—Salvador, sé que estás destrozado. Déjame llamar un taxi. Llévate el tiempo que necesites. Yo hablaré con los invitados. Cancelaré la ceremonia.

—¿Cancelar? —repitió Salvador, deteniéndose de golpe. Se giró hacia él, y sus ojos ardían con una mezcla de furia y orgullo herido—. Aquí no se cancela nada. La boda sigue… con o sin ella.

Sebastián lo miró como si no reconociera al hombre frente a él.

—¿Estás escuchándote? Mónica se fue. Nadie sabe a dónde.

—¿Y quién dijo que me casaría con ella? No permitiré que me dejen en ridículo, y mucho menos frente a mi padre. Hoy vine a casarme… y me casaré. Encuentra a quien será mi esposa.

—Esto es una locura, Salvador. No sabes lo que estás diciendo.

—Si tú no la buscas, lo haré yo mismo.

Entonces, Salvador vio a alguien salir del salón: una mujer con el teléfono pegado al oído y una expresión de angustia. Cristina Dupont. Su rival en la empresa. Su espina constante. La mujer con la que compartía más desacuerdos que palabras amables.

Sebastián adivinó su intención al instante.

—No pensarás en…

—Cristina Dupont —murmuró Salvador, con una sonrisa amarga.

—Ella es la amiga de Mónica… y la novia de Josué.

—Perfecto. Justo lo que necesito.

—Pero ustedes se detestan. Apenas se soportan.

—Con suficiente dinero, cualquier cosa puede arreglarse. Además, mírala… aún no sabe que su querido novio la dejó por mi prometida.

Sebastián negó con la cabeza, exasperado.

—Esto es un disparate. Lo lógico sería cancelar todo.

—¡Jamás! No dejaré que ese desgraciado me derrote también en esto.

—No creo que tu padre…

—He sido claro.

Ante su tono, Sebastián no insistió más. Se rindió, dolido y frustrado.

—Haz lo que quieras. Pero yo no seré parte de esto —y se alejó.

Salvador dirigió sus pasos hacia Cristina. Ella no se percató de su presencia hasta que, al girarse, lo encontró frente a frente.

—Oh… es usted —dijo, con una ceja levantada y el sarcasmo habitual en su voz.

—¿Esperas a alguien?

—Eso no le incumbe. No estamos en la oficina, no tengo por qué rendirle cuentas.

—Solo intento ser cortés. Pero si quieres respuestas, te las daré. Tu novio se fue con Mónica.

Cristina parpadeó, confundida.

—¿Perdón? ¿De dónde saca algo tan ridículo?

—¿Estás llamándolo? Apostaría a que va directo al buzón. Igual que Mónica. Adelante, intenta.

Cristina se quedó inmóvil. La duda comenzó a erosionar su escepticismo.

—Fueron vistos saliendo juntos. Maleta en mano. ¿Necesitas más evidencia?

Cristina calló. El golpe emocional comenzaba a reflejarse en su expresión.

—No tienes tiempo de procesarlo ahora. Tengo una propuesta —dijo Salvador con una calma artificial.

—¿Qué dice?

—¿Cuánto quieres por casarte conmigo ahora mismo?

El desconcierto en el rostro de Cristina fue absoluto.

—¿Está ebrio?

—¿Me ves ebrio? Hablo en serio. No me iré sin esposa.

Ella lo observó unos segundos, como si intentara descifrar si era una broma cruel o una locura auténtica. Luego, enderezó la espalda y respondió:

—Cuatro millones.

Salvador casi se atraganta.

—¿¡Cuatro millones!? ¡Eso es una locura!

—Pidió un precio. Ese es el mío. Si no le conviene, búsquese otra.

La furia hervía en su interior. Cristina siempre encontraba la forma de exasperarlo. Y sin embargo, allí estaba, considerando seriamente su propuesta. Su orgullo estaba herido, pero no muerto. Y su necesidad de no ser humillado pesaba más que cualquier lógica.

—Está bien. Los tendrás. Pero será en pagos, durante un año. No esperes todo junto. No confío en que no desaparezcas con el dinero.

—No soy una mujer que rompe promesas. Tiene mi palabra… y mientras usted también cumpla la suya... Seré la sustituta.

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31 Reseñas · 31 bookdes.reviews
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Melina Ferreyra
Cristina habla con salvador con la verdad, sobre tu enfermedad
2025-11-01 10:57:59
0
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Teresa Alba
Cristina por favor habla con Salvador, tienes a Valentina debes cuidarla, y tienes a Sebastián y Yona se merece saber la verdad
2025-10-31 22:24:53
0
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Teresa Alba
Creo que Cristina debe confesar la verdad a Salvador, ella necesita que alguien la cuide y pienso que Salvador está empezando a sentir algo por ella, además no creo que sea mala persona. Daniel no puede cuidarla todo el tiempo y Salvador tiene medios para proporcionarle el tratamiento que necesita.
2025-10-31 22:23:31
0
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Yaritza Galdames
Ojalá que Salvador ya se entere de la enfermedad de Cristina ... ella necesita alguien que la cuide y estoy segura que el lo hará
2025-10-30 08:32:23
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Teresa Alba
creo que entre Sebastián y Yo a puede haber algo, de momento se llevan fatal
2025-10-26 01:16:28
0
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Teresa Alba
Que mala persona es el padre de Salvador, a ver cómo lo solucionan me dan que Josué además de sinvergüenza es un inútil......
2025-10-26 01:15:46
0
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Melina Ferreyra
que bueno que haya todo lo que paso
2025-10-24 04:42:24
0
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Teresa Alba
La niña será adoptada y recibirá el tratamiento, bien, Salvador no ha puesto pegas y ha empezado a pensar que Cristina no es una caza fortunas, ahora ella debe empezar a cuidarse, si no luego puede ser tarde,
2025-10-20 15:27:31
0
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Melina Ferreyra
me gusta esta historia
2025-10-17 10:29:36
1
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Teresa Alba
Creo que en el fondo Salvador no es malo, tiene demasiado carácter pero tendrá buen corazón como Cristina
2025-10-17 02:49:38
0
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Teresa Alba
Menos mal que Salvador sabe ahora parte de verdad, a ver qué ocurre ahora, las dos necesitan tratamiento......
2025-10-17 02:48:31
0
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Teresa Alba
Espero que ahora Cristina le cuente a Salvador lo que pasa, no se da cuenta pero necesita su ayuda, Que pena que los capítulos sean tan cortitos !!!!
2025-10-16 19:02:37
0
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Teresa
Creo que Cristina debería hablar con Salvador, si le cuenta las cosas bien no creo que en el fondo sea tan mala persona, además ella quiere ayudar a Valentina pero Cristina también necesita ayuda y está perdió demasiado tiempo
2025-10-16 03:51:41
0
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angelicadiazrodriguez3
si Cristina necesitas hablar con salvador pero si vas a cuidar a esa niña también necesitas cuidarte tu
2025-10-15 07:33:48
0
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angelicadiazrodriguez3
que bueno que dejaron callada a esa sirvienta metiche
2025-10-15 07:33:11
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