Mundo ficciónIniciar sesiónYona miró y parpadeó atónita ante la revelación de Cristina, ¿había escuchado bien? ¿Realmente se había lavado bien los oídos esa mañana o era solo un tipo de broma de bienvenida? Pero entonces Cristina movió las manos delante de ella.
—¿Estás bien? —le dijo Cristina a la joven que parecía estar en trance.—¿De verdad es su esposo? —preguntó nuevamente la mujer de cabellos rojizos.Aquello tomó por sorpresa a Cristina, pues era la primera persona que parecía no saber nada.—¿No lo sabías? —le preguntó.—¿Pero cómo se supone que lo sabría? Apenas acabo de llegar, ¿o no? No me diga que cometí un error —dijo la joven—. Discúlpeme, por favor, señora, le prometo que memorizaré el tipo de relación que se lleva en estas oficinas, quiénes son casados, quiénes son familia.Pero rápidamente Cristina movió las manos y le dijo:—Tranquilízate, cálmate. No es necesario que hagas nada de eso. Simplemente creí que lo sabías, de hecho c






