Mundo ficciónIniciar sesiónCada cien años, nace una mujer marcada por la Sangre Bendita, portadora de un don tan poderoso que puede conceder inmortalidad, fuerza o incluso el cumplimiento del mas oscuro deseo. Rubí huérfana y ajena a su linaje, descubre al cumplir dieciocho años que su sangre despierta un legado que muchos han buscado y destruido. Cazadores, clanes malditos y un enemigo oculto la persiguen para arrancarle aquello que la convierte en la ultima esperanza……… y en la presa mas codiciada. Entre las sombras de la ciudad de Valemyst, Rubí encontrara aliados y enemigos. Asu lado estará Kael, su guardián oculto bajo la forma de un imponente Mastín Tibetano negro, y Caspian, el Rey lobo,marcado por una maldición que le niega a aceptar lo que el destino ya decreto; que Rubí es su compañera. Pero la amenaza mayor viene de Roderick, líder del clan Notrix que desde siglos experimenta con la sangre de las hijas benditas. Ahora solo Rubi puede darle el poder absoluto para someter a todos los reinos. Entre portales hacia mundos de magia, reino de los elfos, brujas, hadas y criaturas místicas, Rubí deberá crecer, despertar su fuerza y abrazar su destino. ¿Será Capaz de romper la maldición que condena a Caspian? ¿Para resistir el sacrificio que exige la profecía? O a caso la sangre real traerá no solo salvación… Sino también perdida y renacimiento.
Leer másCorría descalza por el bosque, con el vestido hecho jirones, desgarrado por las ramas que intentaban detener mi huida. La piel de mis pies sangraba con cada piedra y espina, pero no podía detenerme. Si lo hacía, sería mi fin. El bosque estaba cubierto por una neblina espesa; solo la luna, alta y fría, me ofrecía un sendero incierto. Mi corazón latía como un tambor de guerra, mi respiración era un lamento agitado, y el miedo me recorría como veneno en las venas. Sin embargo, bajo todo ese terror, había una paz: había logrado ponerlas a salvo. Tropecé y caí al suelo húmedo. El silencio apenas era roto por los pasos que se acercaban, ecos de las criaturas que me cazaban. Cuando me levanté, lo vi frente a mí. Roderick. —¿Qué quieres de mí? —pregunté con voz rota, retrocediendo paso a paso. —Tu sangre, querida —respondió con un tono tan gélido como el filo de una daga—. Eso es todo lo que necesito. Invoco a mi guardiana. —¡Tiki! Ella surge entre la bruma, poderosa y radiante, y se lanza contra él con furia. Aprovecho para correr, llego hasta un rio poco profundo y comienzo a cruzarlo. Cuando ya estaba casi por el medio cruzándolo el rugido desgarrador de un animal corta el aire. Me paralizo me doy la vuelta y un grito nace desde lo más profundo de mi ser: —¡Tiki! ¡No! Siento mi alma romperse en pedazos, porque su vida estaba ligada a la mía. El dolor me arranca lágrimas y me obliga a caer de rodillas lagrimas bañan mi cara y mi ser hecho pedazos. Roderick emerge en la orilla, cubierto con la sangre de mi guardiana, y me observa con una sonrisa oscura. Comienza a caminar hacia mi, y no puedo casi ni moverme por el dolor abrazador que cala hasta mis huesos. Me pongo en pie tambaleante y, con la daga en mano, me lanzo hacia él. Pero su fuerza es devastadora; me inmoviliza con facilidad. Mi espalda queda pegada a su pecho, mi respiración atrapada en su dominio. —No luches… ya eres mía —susurra en mi oído. Un golpe seco en la nuca me sumerge en la oscuridad. Y así, termina mi historia.
Autora Adéntrate conmigo en este mundo donde acontecerán cosas inimaginables, esta es mi segunda historia y espero que les guste, soy Marie y me encanta escribir es mi pasatiempo favorito, dentro de mis rutinas y cuidar de mis pequeños escribir es mi respiro. Espero que como a mi le guste mucho esta historia donde la protagonista tiene que pasar muchas adversidades pero cada una de ellas la ayudan a crecer y ser más fuerte, porque cuando se quiere algo se lucha con uñas y dientes para alcanzarlo, y más aún cuando se trata de la seguridad y protección de personas a las cuales amamos y apreciamos. Una humana huérfana, sale esperanzada del orfanato buscando respuestas y se encuentra con un mundo que jamás imaginó que existiría y enfrenta una realidad y la decisión está en sus manos o rendirse o pelear. Vive de cerca la traición, la persecución, y el enfrentamiento de diferentes criaturas. Adéntrate en el mundo de Sangre real y aprende de los guardianes y las diferentes especies de criaturas que existen en mi mundo de Sangre Real. También pueden encontrar en mi perfil mi otra historia La Princesa Mestiza y el Rey Licántropo la primera que escribí jamás. Gracias a todos besitos cuídense nos vemos pronto con más actualizaciones.Punto de vista Kaelith Rose a mi lado se pone de pies y sube con Rubi. Cuando desaparece escaleras arriba, fijo la mirada en el Rey Lobo frente a mí. —Rey Caspian —digo, cruzando los brazos—, seré directo: Rubi corre un peligro más grande del que imagina. Si Roderick logra ponerle las manos encima, será el fin… no solo de ella, sino de todos los reinos. Él me mira con la mandíbula tensa. —Yo la protegeré. Niego despacio. —No podrás. Ya viste lo que ocurrió hace unos días. Las fuerzas de Notrix no son un juego. Estás subestimando lo que no comprendes. Su voz se vuelve un gruñido. —No me alejaré de ella. Sonrío con ironía. —Por lo menos algo de inteligencia te queda —murmuro—. Pero debes hacerlo. Ella ya ha tomado su decisión. Su destino está trazado… y no incluye quedarse a tu lado. Caspian se aproxima, los ojos como carbones encendidos. —Eso no lo eliges tú. —Tampoco lo elijo yo —respondo sin moverme—. Lo eligió el destino. Además, no sabes siquiera si ella es tu verd
Punto de Vista Caspian ¿Qué demonios me pasa? Abro los ojos con la luz clavada en la cara; un zumbido sordo martilla mi cráneo. Donde carajos estoy, gruño me duele el cuerpo. Atlas está igual que yo en mi mente. Me fijo en un hombre que está en el cuarto, Eliot está recostado en la pared, con la cara más seria que le he visto. —Bienvenido al mundo de los vivos, majestad —dice con voz tensa. Gruño y me muerdo la lengua. La memoria vuelve en fragmentos: la oficina, la bruja, manos que me oprimen la sien, una oscuridad que me vaciaba. Algo —o alguien— me ató, me nubló, me dejó roto. No puedo tolerar la impotencia. —¿Qué cojones ha pasado? —exijo, incorporándome. Eliot me mira con culpa, furioso se pone recto y se ajusta la corbata. —¡Por poco matas a Rubi! —me lanza sin preámbulos—. Dijiste cosas… dijiste que ella te había traicionado. La arrancaron de aquí ella y Rose desaparecieron atravesando un portal… ella fue salvada gracias que llegó un hombre con alas negras y te
Punto de vista: Kaelith Al bajar las escaleras, la veo. Rose está sentada en el sillón, mirando hacia la ventana, con el cabello cayendo como un río dorado sobre sus hombros. Me acerco sin hacer ruido y me siento junto a ella. La atraigo hacia mí, y su perfume —a flores y lluvia— me golpea con la fuerza de todos los años perdidos. —No tienes idea cuánto te extrañé —susurro contra su piel—. Cómo me consumía no poder hablarte, solo mirarte desde lejos. Acerco mis labios a los suyos y dejo un rastro de besos que viajan por su cuello. Ella tiembla, pero no de miedo. —Amado mío —responde con la voz entrecortada—, me dolió tu partida, pero no hubo un solo día en que no pensara en ti. Nunca perdí la esperanza de que regresarías. Eres mío… y siempre serás mío. Nos reímos, y esa noche recordamos viejos tiempos, uniendo nuestras almas una vez más. Cuando ella duerme desnuda sobre las sábanas, me levanto en silencio. La cubro con la manta y salgo a la noche. Respiro profundo. E
Punto de vista: Rubi Estamos de nuevo en Valemyst, pero el aire se siente distinto. Más pesado. Más oscuro. Todavía no comprendo del todo lo que ha pasado. ¿Qué ocurrió con Caspian desde que fui secuestrada? ¿Por qué su mirada era tan llena de odio, tan ajena? Rose y yo entramos tambaleándonos en su casa. Apenas nos sostenemos. La sangre seca en mi ropa me recuerda que seguimos vivas por puro milagro. Kael camina junto a nosotras, con el pelaje erizado y los ojos rojos encendidos. Está inquieto, alerta, como si presintiera que algo nos observa incluso aquí. Nos dejamos caer cerca de la chimenea. Rose cubre su rostro con las manos y respira con dificultad. Yo me acerco, intentando mantener la calma. —Rose… —susurro— ese hombre… ¿era Kaelith? Ella levanta la mirada lentamente. En sus ojos hay amor, pero también un dolor que no sabe esconder. —Sí, Rubi. Llegó justo a tiempo —responde con voz temblorosa, y algo en su tono me hace comprender que su alma entera se sostiene en ese n
Punto de vista: Kaelith Soy un cobarde. Lo admito sin orgullo, pero con verdad. Huir no fue valentía… fue miedo. Miedo de perderla. Miedo de que mi oscuridad la devorara. Miedo de que mi padre la encontrara y, como hizo con mi madre, la destruyera. Conocí a Rose, mi Shyra, en el mundo humano. Ella era la luz en un universo donde yo solo había aprendido a ser sombra. Nos conocimos bajo una luna opaca, en silencio. Y bastó una mirada para que las almas se reconocieran. No hizo falta una palabra; el universo habló por nosotros. En el instante en que la vi, supe que nunca más estaría solo. Nos amamos en secreto. Compartimos el fuego y la calma, la risa y el silencio. Pero incluso en medio de esa dicha, una sombra crecía en mí: el miedo. Mi padre, Roderick, el señor de la corrupción, había destruido todo lo que amaba. Asesinó a mi madre —una semidiosa de alas oscuras— y me llamó “experimento fallido”. Yo sabía que si descubría a Rose, la mataría también. El odiaba que después que
Punto de vista Rubi El aire se volvió denso apenas crucé las puertas del castillo. Y allí estaba él. Caspian. De pie, imponente, con los brazos cruzados sobre el pecho y la mirada clavada en mí. Kael gruñó bajo, sus ojos llameando con una alerta que me hizo estremecer. —Compañera… algo no está bien —susurró Kael en mi mente. Sus palabras me helaron la sangre. Observé a Caspian con detenimiento: su porte seguía siendo majestuoso, pero había algo distinto. Sus ojos… esa mirada ya no era la del hombre que conocí. Era fría, afilada, cargada de un odio que no le pertenecía. —¿Caspian? —pregunté en voz baja—. ¿Estás bien? Él me observó sin pestañear. Su voz, cuando habló, fue seca, vacía. —Volviste… —dijo, con una sonrisa falsa—. ¿Qué pasó? —Me secuestraron los vampiros —respondí, tratando de leerlo, buscando una grieta en esa máscara de piedra. —¿Los vampiros? —repitió, acercándose un paso—. ¿Y cómo es que volviste ilesa? ¿Qué querían de ti? Cada palabra fue como
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