Punto de vista: Rubi
Estamos de nuevo en Valemyst, pero el aire se siente distinto. Más pesado. Más oscuro.
Todavía no comprendo del todo lo que ha pasado. ¿Qué ocurrió con Caspian desde que fui secuestrada? ¿Por qué su mirada era tan llena de odio, tan ajena?
Rose y yo entramos tambaleándonos en su casa. Apenas nos sostenemos. La sangre seca en mi ropa me recuerda que seguimos vivas por puro milagro.
Kael camina junto a nosotras, con el pelaje erizado y los ojos rojos encendidos. Está inquieto, alerta, como si presintiera que algo nos observa incluso aquí.
Nos dejamos caer cerca de la chimenea. Rose cubre su rostro con las manos y respira con dificultad.
Yo me acerco, intentando mantener la calma.
—Rose… —susurro— ese hombre… ¿era Kaelith?
Ella levanta la mirada lentamente. En sus ojos hay amor, pero también un dolor que no sabe esconder.
—Sí, Rubi. Llegó justo a tiempo —responde con voz temblorosa, y algo en su tono me hace comprender que su alma entera se sostiene en ese n