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Capítulo 2: El secreto de la Sangre

Rose me miraba, y en sus ojos podía leer la tristeza acumulada de años, pero también un brillo de alivio, casi de alegría. Yo no entendía a esta extraña mujer, pero siento que mi corazon la reconoce y me siento calida en su presencia, había venido hasta aquí buscando respuestasy estou segura que aqui las encontrare.


Estoy de pies mirando hacia la puerta de entrada donde ella esta recostada en la puerta mirandome como si mirara un fantasma. Se acercó lentamente, levantó su mano y acarició mi rostro con ternura.


—Mi niña… te busqué por todos lados —susurró, y su voz se quebró—. Nunca pude encontrarte. Siempre temí por ti.


En su cercanía no sentí miedo, sino un calor extraño, como el de un recuerdo que nunca tuve. Y entonces, con voz temblorosa, me atreví a preguntar:


—¿Cómo conociste a mi madre?


Rose me miraba con lagrimas no derramadas en sus ojos, cuando hice la pregunta desvió la mirada, y las lagrimas comenzaron a fluir. Con un paño se limpio las lagrimas y me dijo.


—Ven, siéntate —dijo mientras me guiaba hacia la mesa—. ¿Has comido algo?
Negué con la cabeza. Ella preparó un plato y me lo sirvió; yo lo devoré con hambre, y al terminar, ella me observaba en silencio, con una sonrisa nostálgica.


—Sabes… te pareces mucho a tu madre. Me la recuerdas tanto.


Sentí un nudo en la garganta. Quería respuestas, pero también quería aferrarme a ese reflejo de cariño. Entonces, Rose respiró hondo y comenzó a hablar.


—Tu madre se llamaba Mura. Nos conocimos por casualidad, y pronto fuimos inseparables. Conocí a tu padre también… era un hombre noble, y amaba a tu madre con locura. Pero el destino fue cruel: murió demasiado pronto. Cuando tu madre descubrió que te esperaba, fue una mezcla de alegría inmensa y de miedo absoluto.


La escuchaba con el corazón en un puño. Al fin tenia alguna idea de donde vengo, quien soy en realidad, creci pensando que nadie me queria que fui abandonada, y de pronto todo lo que creia en realidad no lo es, y la verdad es que si fui querida y si fui deseada, ¿pero que fue lo que paso?. Rose continuo mirando cada una de mis reacciones.


—Mura poseía un don especial en su sangre. Eso la hacía… apetecible para personas con intenciones oscuras. Cuando supo que la buscaban por el poder que corría en sus venas, me pidió ayuda para protegerte.


Rose bajó la voz, como si aún temiera ser escuchada.


—Un día la busqué en su casa, pero no estaba allí. Seguí su rastro hasta una cabaña. No pude acercarme: estaba rodeada. Escuché los gritos de tu madre… y vi salir a un hombre cubierto con su sangre. Supe entonces que ella había sido asesinada. Y tú… no estabas. Pasé años buscándote, Rubi. Años de tristeza, pensando que había fallado a mi palabra de protegerte.
Yo estaba hecha un mar de lágrimas. Mi madre, cruelmente asesinada… ¿y todo por su sangre? No entiendo.


-yo creci en un orfanato en un sitio muy lejos de aqui, la madre superiora Maria me acogio junto con las monjas y me criaron.- recuerdos de mi vida en el orfanato pasaron delante de mi. Continuo - a pesar que no tuve mucho me hicieron feliz, fui muy feliz y ellos son como mi familia y los amo mucho. Llegue aqui porque mi madre habia dejado una nota conmigo especificando que solo la abriera cuando cumpliera dieciocho años y esa carta me trajo hasta aqui, me trajo hasta aqui.


Rose apretó mis manos me miraba de una manera que no podia decifrar. Esta mujer me calienta el corazon de una manera que no puedo describir. Ella me da una abrazo y al cabo de unos minutos nos separamos y le hago una pregunta


-¿A que te referias que mi madre tenia un don especial en la sangre?


Ella suspira y pasa su mano por la cara -Rubi cariño lo que estoy apunto de contarte es un poco complicado pero ire despacio para que puedas asimilarlo.- Asiento y espero a que empieze a contarme.


—Descubriras cosas que estan ocultas por una razon y tus ojos se abriran a un nuevo mundo, Rubi. Vienes de un linaje antiguo. Cada cien años, nace una mujer con un poder absoluto en su sangre. Tu madre heredó un fragmento… pero tú eres la heredera plena. La sangre real corre en tus venas.
Yo solté una risa incrédula.


—¿Poderes? ¿De que hablas Rose? Eso es imposible. Estamos en el mundo real, Rose.- digo y ella niega con la cabeza.


-El mundo sobrenatural es mas real de lo que piensas mi niña.


-¿Mundo sobrenatural? A que te refieres hombres lobo, vampiros, brujas, elfos, ogros etc.
Ella me mira con pena y me dice -si Rubi exactamente.


Yo bufeo, y me pongo a pensar en casa de que loca me mando a parar mi madre. -Rose no existen vampiros, ni hombres lobo, ni elfos, eso no es real como que tampoco es real que tenga poder y lo que sea por mis venas.


Ella me sostuvo la mirada, y da un suspiro.
—Sí existen.


—¡No! —grité, poniéndome de pie—. Gracias por todo, pero creo que debo irme…


Entonces, Rose se puso de pies y se quitó la banda de su cabello, revelando unas orejas puntiagudas, delicadas y perfectas.


—Soy una elfa lunar, Rubi. Una Selvari.
El mundo me dio vueltas levanto la mano para señalar sus orejas cuando todo comenzo a darme vueltas y caí en la inconsciencia.


Desperté en una habitación cálida, acostada en una cama suave. Me puse de pies u sali de la habitacion tengo que irme esta mujer esta loca si cree que le creere este cuento de que esos monstruos existen. Enserio en que momento sali de lo real y cai en un mundo de fantasia raro. Bajé las escaleras dispuesta a marcharfme cuando me encuentro a Rose tomando un te sentada en el sillon de sus sala.


Ella nota mi presencia —Sé que todo es confuso —me dijo—, pero no te mentiría jamás. Amé a tu madre. Y a ti… te protegeré con mi vida.


Yo escuchaba, perdida entre miedo y desconcierto.


—Alguien selló tus poderes, Rubi —continuó—. Por eso has sobrevivido hasta ahora. Por eso no podia encontrarte porque te ocultaron para protegerte. Tus poderes apenas comienzan a despertarse, y es solo el principio crecerán contigo y te haras un ser muy poderoso. Tambien se te sera asignado un guardian que te protegera y te cuidara.


No entendí del todo… ella me hace señas para que me siente a su lado - Ven Rubi hay mucho que debo contarte que necesitas aprender.- Apesar de todo no siento nada malo departe de ella siento en lo mas profundo de mi ser que debo confiar en ella y decido hacerlo darle una oportunidad. Me siento y ella comienza a hablarme de mi madre y comienza a enseñarme muchas cosas de esta poder misterioso que segun ella corre por mis venas ahora.


 Horas después, un hecho cambió mi vida, y entonces acepte que todo lo que ella me conto es mas real de lo que pense. Salimos a la ciudad, Rose quizo comprarme ropa y cosas que necesitaba.
Íbamos por la ciudad después de comprarme ropa nueva, cuando un escalofrío me recorrió la espalda, senti que algo me estaba mirando y lo vellos del cuerpo se me errizaron completamente, el corazon comenzo a bombearme de manera rapida como un tambor. Rose se da de cuenta y me pregunta si estoy bien, niego con la cabeza cuando escuchamos un gruñido detras de nosotras. Nos damos la vuelta rapidamente y un perro enorme, negro como la sombra, salió de un callejón. Corría directo hacia mí. No nos dio tiempo a reaccionar ni hacer nada.


El terror me paralizó. Cerré los ojos, esperando el golpe fatal. Pero nunca llegó.


Cuando abrí los ojos, el animal estaba sentado frente a mí, mirándome con unos ojos profundos que no conocían maldad. Algo en su presencia me atrajo irresistiblemente com si atrayera mi alma. Extendi mi mano un poco temblorosa curiosa por tocarlo, algo en mi ser me decia que el no me haria daño apesar del gran susto que me acabo de llevar, Sentí ternura. Me acerqué, lo acaricié… y en ese instante, una fuerza invisible selló mi alma con la suya.


Escucho una risa y miro a mi lado Rose se esta riendo—Es tuyo, Rubi —dijo Rose, con ternura—. Tu guardián espiritual. Ponle un nombre.


Lo miré a los ojos. Sorprendida es real enserio es real dije para mi.


—Te llamarás Kael.
El mastín ladró y, de pronto, se convirtió en un cachorro que cabía en mis brazos. Reí, sorprendida y confundida.


—No es un perro común —explicó Rose—. Es tu guardián. Ahora su alma está ligada a la tuya. Crecerá contigo, te protegerá.


Aquella noche, dormí con Kael en mis brazos. Y entonces, en sueños, me encontré en un prado inmenso. Del cielo descendió un león con alas de fuego, tan majestuoso que me dejó sin aliento. Sus ojos eran brasas ardientes.


Su voz resonó como un trueno en mi interior:
—Hola, Rubi. Soy Ignarion, tu guardián eterno. Tu sangre decidirá el destino de todos los reinos. Cuando llegue la hora, yo estaré contigo.


El rugido del león encendió el horizonte, y desperté con el corazón ardiendo.

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