93. El Encuentro en el Ring
Diego llegó al gimnasio veinte minutos antes de la hora acordada. El lugar estaba moderadamente lleno para un jueves por la mañana: algunos hombres levantando pesas, un par de mujeres en las máquinas de cardio, el sonido rítmico de guantes golpeando sacos pesados llenando el espacio.
El ring de boxeo estaba en el fondo, elevado sobre plataforma de madera desgastada que había visto años de combates.
Matteo ya estaba ahí.
Estaba parado junto al ring, vestido en pantalones deportivos negros y camiseta sin mangas que revelaba brazos tonificados que Diego recordaba de sus días entrenando juntos. Tenía las manos ya vendadas.
Levantó la vista cuando Diego se acercó. Por un momento se miraron en silencio absoluto, años de historia colgando entre ellos.
—Viniste —dijo Matteo finalmente.
—Dijiste que necesitábamos hablar.
—Sí. Pero no estaba seguro de que aceptarías.
Diego dejó caer su bolsa de gimnasio en el suelo, sacando sus propios vendajes.
—Casi no lo hago. Pero decidí que si vamos a hace