Mundo ficciónIniciar sesiónEn la lujosa fiesta de cumpleaños de su hermana, Olivia, una Omega de clase alta, queda flechada al conocer a Alejandro, un apuesto Alfa que trabaja como mesero en el hotel de sus padres. Alejandro, sin poder distinguir la verdadera identidad de Olivia, la trata como a una empleada más. Intrigada por el carisma y la sinceridad de Alejandro, Olivia decide seguirle la corriente, deseando conocer más sobre él. Sin embargo, su ilusión se desmorona cuando descubre que Alejandro guarda un profundo resentimiento hacia las personas adineradas. Este odio, nacido de experiencias dolorosas, hace que Alejandro desprecie a los ricos con todas sus fuerzas. Temiendo perder la oportunidad de estar con él, Olivia opta por ocultar su verdadera identidad y comienzan una relación. A medida que su amor florece, Olivia se enfrenta a un dilema cada vez más complicado. La razón detrás del odio de Alejandro se revela, haciendo aún más difícil para Olivia confesarle que ella pertenece a la clase social que él tanto desprecia. Con su corazón dividido entre el amor y la verdad, Olivia debe decidir si revelará su secreto, arriesgando su relación, o continuará viviendo en la sombra de una mentira que amenaza con destruirlo todo.
Leer másOlivia, una Omega proveniente de una familia acaudalada, caminaba despreocupada por los pasillos de mármol del lujoso hotel de su familia, observando los detalles que, tras años de costumbre, le parecían tan familiares como su propio reflejo. Las cortinas de terciopelo y los candelabros dorados eran símbolos del poderío que su apellido ostentaba, pero en aquel momento, Olivia buscaba algo más que el brillo superficial de su entorno. Se dirigía a la terraza, donde solía relajarse antes de los grandes eventos, lejos del bullicio que pronto invadiría el lugar con motivo del cumpleaños de su hermanan.
La celebración de los White siempre reunía a lo más selecto de la sociedad, y aunque Olivia estaba acostumbrada a tales reuniones, esa noche sentía una mezcla de inquietud y aburrimiento. Mientras daba vuelta en uno de los amplios corredores, cerca de la cocina, diviso una charola de canapés en una esquina, iba a tomar uno, pero abruptamente fue interrumpida por una figura alta y fuerte que apareció en su camino. Un Alfa, con una mirada seria y determinante, se acercó a ella como si ya supiera quién era, o al menos creyera saberlo y le quito el canapé de las manos.
—Apresúrate —le dijo, con una voz autoritaria que no admitía réplica—. En lugar de estar comiendo deberías estar acomodando las mesas. El cumpleaños de uno de los herederos White está a punto de comenzar, y esas personas arrogantes y sin escrúpulos no pueden esperar.
Olivia lo observó, sorprendida. El Alfa tenía una expresión dura, como si el solo hecho de hablar de los White le resultara desagradable. Pero eso no le quitaba lo sexy y atractivo que era aquel alfa. Por un momento, el orgullo que llevaba en la sangre le gritó que le revelara quién era, que lo corrigiera por haberla confundido con una simple empleada. Sin embargo, sus palabras la dejaron paralizada.
—¿Por qué hablas así de ellos? —le preguntó, con un tono más suave de lo que había planeado. La curiosidad pudo más que su orgullo, y quería entender por qué aquel Alfa tan guapo despreciaba tanto a la gente con la que ella había crecido.
Él la miró con desdén, sus ojos grises reflejando una frialdad implacable.
—No hay nadie a quien deteste más que a los ricos. Son egoístas y solo piensan en ellos mismos. No sé cómo puedes trabajar para esta gente sin sentir asco.
Olivia sintió un nudo formarse en su garganta. Ella no quería que pensara eso de ella. Sus palabras la golpearon con una fuerza inesperada. Por un momento, quiso defender su mundo, su familia, decirle que no todos los ricos eran como él imaginaba, pero se contuvo. Algo en su mirada la hizo vacilar. ¿Cómo sería ser vista desde su perspectiva, solo como una empleada? ¿Cómo sería vivir sin los lujos que ella había dado por sentado toda su vida? En lugar de enfrentarlo, optó por callar.
—Sí... son muy exigentes —respondió con una media sonrisa, siguiendo el juego.
El Alfa asintió sin mirarla de nuevo, como si lo que ella había dicho solo confirmara sus sospechas. Él comenzó a caminar hacia el salón principal, donde ya se escuchaban los preparativos para la fiesta. Olivia, aún aturdida por la conversación, lo siguió con la mirada, observando cómo su figura desaparecía entre las sombras y su corazón se empezó a decepcionar al mismo tiempo que empezó a latir con fuerza.
Cuando él se fue, Olivia se apoyó contra una de las columnas de mármol, tratando de procesar lo que acababa de suceder. Nunca había sentido tanta confusión. Por un lado, la atracción inmediata hacia aquel Alfa la había dejado sin aliento. Pero sus palabras, llenas de desprecio, habían golpeado sus ideales y su sentido de pertenencia. Olivia nunca había sentido que el dinero definiera quién era, pero se daba cuenta de que para muchos, como ese Alfa, su riqueza era todo lo que importaba y de una manera mala.
Sin embargo, el eco de los pasos de otra persona la sacó de su ensoñación.
—¡Olivia! —la voz brillante de Harper resonó mientras se acercaba rápidamente, con una energía contagiosa—. ¡No sabes lo emocionada que estoy! Mañana será increíble, todo está quedando perfecto.
Olivia, aún un poco ausente, intentó recomponerse y sonrió de forma automática al ver a su hermana. Harper, con su vestido impecable y sus rizos perfectamente arreglados, parecía estar en las nubes, claramente emocionada por la inminente fiesta.
—Sí, claro, será... será una gran noche —respondió Olivia, aunque su mente seguía volviendo al Alfa desconocido y sus palabras. Trató de concentrarse en lo que Harper decía, pero le resultaba difícil sacarlo de su cabeza.
—¡Todo va a salir perfecto! He estado viendo los últimos detalles, y ya me aseguré de que la decoración esté lista. ¡Todos quedarán impresionados! —continuó Harper con entusiasmo—. Además, ya sabes cómo es Patrick, quiere que todo esté absolutamente impecable. ¿Tú qué crees? ¿Todo parece bien, no?
—Claro... todo estará perfecto —dijo Olivia, apenas registrando las palabras de su hermana mientras intentaba ocultar su distracción. Harper no notó nada extraño y continuó hablando, como siempre lo hacía cuando estaba entusiasmada.
—Estoy tan emocionada por ver a todos reunidos, ¿te imaginas? Va a ser el evento del año, seguro. Además, escuché que vendrán invitados muy importantes, no solo los Moor. ¡Es una oportunidad increíble! —Harper hablaba sin pausa, con los ojos brillando de emoción, pero Olivia apenas podía concentrarse.
Mientras caminaban por los pasillos, charlando de las preparaciones y los detalles de la fiesta, ambas parecían estar en sintonía, pero en realidad, ninguna de las dos estaba prestando verdadera atención. Olivia estaba atrapada en sus pensamientos sobre el Alfa, sus palabras, y lo que podría significar conocerlo mejor sin revelar quién era. Harper, por otro lado, seguía inmersa en la planificación de la fiesta, sin notar que su hermana no compartía su entusiasmo.
Al final, las dos siguieron conversando superficialmente sobre la fiesta, las decoraciones y los invitados, pero ninguna de ellas realmente escuchaba a la otra. Estaban juntas, pero al mismo tiempo, completamente desconectadas, cada una sumida en su propio mundo. Olivia se decepciono al percatarse que por primera vez había algo que no podía comprar con dinero y era el amor de aquel alfa.
Su móvil no dejaba de sonar, no necesitaba ver el identificador de llamadas para saber que era Harper quien estaba al otro lado de la línea. Con un gesto nervioso, lo puso en silencio. Seguramente su hermana se estaba volviendo loca de la cólera porque se fue sin avisarle. A Harper le encantaba ser cómplice en sus travesuras y estaba segura de que nunca le perdonaría esto, pero era algo que Olivia debía hacer sola. Una aventura que guardaría en su corazón para siempre.Alejandro terminó de llenar el tanque de gasolina y asomó la cabeza por la ventana del pasajero.—¿Quieres comer algo? Entré a la tienda y el encargado me dijo que tienen sándwiches o hamburguesas para el camino. También pueden prepararte algo de ramen.Olivia hizo mala cara.—¿No tienen otra cosa?—Estamos en una gasolinera en medio de la nada y son casi las nueve de la noche.—El alfa se burló de ella.—No queda mucho en el menú.—Entonces no tengo hambre.—Olivia arrugó la nariz, con capricho.No se le antojaba nada de
—¿Ya estás lista para irnos, Olivia? Quiero que escuches mi discurso de bienvenida y me digas si está... —Harper se detuvo en seco al encontrar la habitación de su hermana vacía—. ¿Minnie?La buscó en el baño, en el balcón, salió a preguntarle a las empleadas de servicio si la vieron, hasta revisó debajo de la cama y no la encontró. Estaba empezando a preocuparse hasta que vio un sobre reposando en la cama, tenía escrito su nombre con la caligrafía de Olivia.Querida hermanita:Si te lo decía personalmente era muy probable que no me dejarás marchar, así que tuve que irme a tus espaldas. Pasaré el fin de semana con Alejandro, sus padres viven en una pequeña comunidad rural, sea lo que sea que eso signifique. Por favor no le digas nada a nuestro querido hermano, permíteme soñar que puedo tener una vida cotidiana al lado de mi alfa, por última vez.Después de este fin de semana dejaré de verlo, me alejaré para ya no mentirle más, Alejandro no se lo merece. ¿Podrías inventar algo y cubrir
Olivia había decidido infiltrarse en el restaurante del hotel familiar para seguir con su papel de empleada del hotel. Se presentó como una ayudante de cocina, aprovechando su estatus para obtener el trabajo sin mucho cuestionamiento por parte del chef, quien estaba encantado de tener a una de las herederas en la cocina.La primera impresión fue positiva. Olivia comenzó a trabajar, o al menos a intentarlo, en la cocina del restaurante. Sin embargo, sus habilidades culinarias dejaban mucho que desear. Pronto, los platos que preparaba no solo eran insípidos, sino que también estaban mal preparados y desorganizados. El chef, un hombre conocido por su perfección y su pasión por la gastronomía, observó con creciente horror cómo sus creaciones se convertían en un desastre.—¡Yo lo hago, chef! —dijo la omega con determinación mientras se dirigía hacia el área de servicio con las órdenes.El chef, aún frustrado pero determinado a salvar la noche, gritó órdenes a sus cocineros mientras trataba
Al otro día en la mañana, Olivia encontró a Harper esperando en el salón. La preocupación en su rostro era evidente, y Olivia sabía que la conversación que estaba a punto de tener no sería fácil.—Harper, necesito hablar contigo —dijo Olivia, tratando de mantener la calma mientras se acercaba a su hermana.Harper miró a su hermana.—¿Qué pasa? —preguntó, con un tono que combinaba curiosidad y preocupación.Olivia tomó una respiración profunda antes de hablar.—Alejandro me ha invitado a conocer a sus padres. La próxima semana. —Dijo mientras se dejaba caer en su cama, su cuerpo aún tenso por la noticia.El rostro de Harper se volvió pálido, y su expresión se endureció al instante.—¡¿Conocer a sus padres?! —gritó Harper, incrédula—. ¡Tenías que romper con él, no comprometerte!—¡Es que hubieras visto su mirada, Harper! No podía negarme.—Te lo advertí, se lo diré a Patrick.—¡No, Harper!La tensión en la habitación aumentó cuando dos omegas irrumpieron en la mansión, empujándose y lan
Durante las últimas semanas, Olivia y Alejandro habían desarrollado una relación que, aunque inesperada, les había traído momentos de felicidad y complicidad. Sin embargo, Harper, preocupada por la relación de su hermana con un Alfa que parecía estar fuera de su círculo social habitual, había comenzado a expresar su descontento.Una tarde, mientras Olivia y Harper se sentaban en el salón de la casa familiar, Harper decidió abordar el tema que la inquietaba.—Olivia, necesitamos hablar —dijo Harper con seriedad, mirando a su hermana con preocupación—. No puedo evitar notar que has estado pasando mucho tiempo con Alejandro. No es que no me guste, pero… ¿estás segura de que esta relación es lo mejor para ti?Olivia, con una expresión de sorpresa, dejó de leer su libro y miró a Harper.—¿Por qué lo dices? —preguntó Olivia, tratando de mantener la calma mientras procesaba las palabras de su hermana.—Es que, sinceramente, me preocupa. Alejandro no encaja en nuestro círculo social. A veces
La fiesta estaba en su máximo apogeo. El salón principal del lujoso White Resort, decorado con elegancia y opulencia, brillaba bajo la luz de los candelabros de cristal, mientras los invitados, vestidos con sus mejores galas, se movían entre risas y conversaciones animadas. Era la noche de Harper, la joven heredera Omega, y todo estaba dispuesto para celebrarla en grande. Los medios de comunicación no faltaron a la cita, tomando fotografías de cada invitado al entrar, listos para llenar la primera plana del día siguiente.La familia White, famosa por sus alianzas estratégicas y contratos multimillonarios, siempre atraía la atención del público. Sin embargo, no era solo su fortuna lo que los mantenía en el centro de las miradas, sino también la vida privada de sus hijos. Patrick, el único hijo Alfa de los White, y sus jóvenes hermanas Omegas, eran tema constante de especulación en los medios. La prensa no perdía la oportunidad de capturar cualquier movimiento que hicieran, y esta fiest





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