Ravi sabía que Alexandre tenía debilidad por las mujeres bonitas, al igual que él. Pero, a diferencia de Ravi, que era más selectivo y jamás se metía con mujeres casadas, Alexandre no escatimaba esfuerzos cuando se trataba de una conquista. Y, muchas veces, eso lo colocaba en situaciones complicadas.
Mirando el rostro angustiado de su amigo, Ravi preguntó, ya sospechando la respuesta:
— No me digas que fuiste tan indiscreto como para que Lívia y Ruana se enteraran.
Alexandre se rascó la cabeza con un gesto nervioso y respondió:
— Ellas tienen fotos y videos... muy comprometidos de Ángela y yo. Y eso...
— ¡Y eso solo prueba que debemos mantenernos muy lejos de ellas! — interrumpió Ravi con firmeza. — No quiero a esas mujeres en mi casa, y menos aún sabiendo que...
— ¿Sabiendo qué? — indagó Alexandre, arqueando una ceja.
Ravi vaciló por un momento, pero pronto se recuperó.
— Sabiendo que... mis verdaderos amigos estarán allí. Simplemente no deseo a esas mujeres en mi cas