Ella, aún con la niña en brazos, se escondió detrás de una pared mientras veía a los hombres mostrar su foto a la recepcionista, quien respondió con firmeza: — Lo siento, pero no puedo dar información sobre los huéspedes del hotel.— Esta mujer no es una huésped — replicó uno de los hombres. —Creemos que vino buscando trabajo aquí.— En ese caso, solo Rony, del departamento de Recursos Humanos, podría darles esa información — respondió el empleado. Sin embargo, al mirar hacia adelante, la recepcionista divisó a Malú y, señalándole, exclamó: — ¡Miren, ahí está la chica que buscan!Al darse cuenta, Malú sintió que el pánico la paralizaba. Pensó en correr hacia la entrada principal, pero sabía que, si salía por allí, probablemente habría más hombres esperándola afuera. Así que, ajustó con fuerza a la pequeña May en sus brazos y corrió hacia la zona de servicio del hotel**, con los hombres pisándole los talones. No sabía adónde iba, pero no se detuvo. Pasó por la cocina, donde el
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