El jet aterrizado en Alemania salgo por la puerta, pero antes de bajar los escalones, me quedo contemplando el paisaje y recordando cosas de mi pasado.
Cierro mis ojos de repente al llegar a mi mente una imagen de cómo mataban a mi padre frente a mí.
—Señorita, ¿se encuentra bien? —escuchó la voz de uno de mis hombres.
—Sí, mejor que nunca —miento.
Empiezo a bajar las escaleras hasta llegar abajo y continúo caminando hacia donde está el auto que está esperando por mí. El chofer me abre la puerta y yo subo. Él cierra la puerta y veo cómo entra al asiento del piloto.
Pone el auto en marcha; yo veo por la ventana contemplando el paisaje de Alemania. A mi mente comienzan de nuevo a llegar los recuerdos que tengo de este lugar.
“Venga mi muerte, Evolet”, escucho la voz de Carol que suena en mi mente. Cierro mis ojos, intentando contener ese recuerdo de ver a mi amiga muerta.
“Prometiste vengarme”, vuelvo a escuchar su voz de nuevo.
—Te prometo que ahora que esté aquí iré por ellos.
—Señori