Él entiende la indirecta y sube arriba de la cama. Se pone a un lado de mí mientras que yo le beso el pecho. Siento cómo él empieza a desabrochar mi gabardina. Hasta dejar al descubierto la minilencería que traigo puesta.
Mientras que yo continúo besando su bien esculpido pecho, a la vez que acerco mi mano hasta su parte y comienzo a masajearla para despertarlo.
—Espero y lo disfrutarás porque es lo único que tendrás de él —escucho la voz de Evolet.
Me separo de él rápidamente, a la vez asustada; miro en la dirección hacia donde escuché la voz y entre las sombras veo que sale Evolet con una mirada de odio.
—¿Qué es esto, Alex? —volteó a ver a Alex, que ya se ha separado de mí y está parado a un lado de la cama.
—Espero y te gustará mi sorpresa.
—¡Que no entiendo! ¿Quieres explicarme, Alex?
—Verás, yo te explicaré —volteó a ver a Evolet—. Un pajarito me dijo que habías hecho un trato para desaparecerme. Pero lo que tú no contabas es que ese pajarito. Es excelente amigo mío y me