A la mañana siguiente despierto por los rayos del sol que entran por la ventana; poco a poco abro los ojos hasta que mi vista enfoca bien a los dos hombres que están a cada lado de mí.
Me intento mover un poco, pero me percato de que cada uno me tiene abrazada y pongo una sonrisa al recordar la noche que tuvimos.
Pero intento separarme de ellos como puedo poco a poco hasta que logro liberarme de ellos y me levanto de la cama. Me voy directo al baño para tomar una ducha, preparo el agua a la temperatura que me gusta, me meto y el agua comienza a caer por mi cara y cuerpo.
Percibo que alguien me toca; inmediatamente abro mis ojos. Viendo a mis dos hombres.
—Buenos días —les digo.
—Buenos días —responden al mismo tiempo.
—Pensabas bañarte sin nosotros —dice Alex.
—Si contesto que sí, ¿qué harán? —veo cómo los dos ponen una sonrisa.
—Ya lo verás —dice Franco.
Y así cada uno de ellos comienza a acariciar diferentes partes de mi cuerpo a la vez que les doy un beso a cada u