POV Evolet
Después de su linda declaración de Franco y saber que me ama de verdad. De cierta forma me siento feliz, pero algo en mí me hace dudar. No me siento del todo bien. Por la razón que yo confié en alguien, le entregué mi corazón y me lo arrancó haciéndolo mil pedazos.
“Tú corazón siempre será mío”, escucho la voz de Riccardo de nuevo en mi mente.
—Tú no tienes nada de mí.
“No te engañes tú, solo eres mía”.
—Cuando termine con mi objetivo, iré a buscarte y te dejaré un lindo regalo.
“Jajaja, el hombre que tienes que matar es alguien tan poderoso que no lograrás vencerlo. Tú no eres nada ni nadie digno de ganarle a nadie y menos a mí”.
—Eso está por verse —le digo.
Me acerco a la cama y tomo mi maleta que está llena de todas mis armas que puedo necesitar. Me acerco al espejo, me doy los últimos retoques y pongo una sonrisa.
Me doy la vuelta y me acerco con cuidado a la puerta. Salgo decidida de ahí. Comienzo a caminar por el corredor hasta llegar a donde están las escaleras y co