DILETTA:
Nectáreo tomó las fotografías nuevamente, frunciendo el ceño en señal de concentración. Acto seguido, instó a Cristal llevarlas sin demora a Fabrizio y pidió que se las enviaran directamente a él. No pronunció palabra alguna sobre el hombre que acompañaba a la mujer en las imágenes, pero algo en su mirada me hizo pensar que lo reconocía o, al menos, le resultaba vagamente familiar. Cristal asintió con determinación, prometiendo hacerlo antes de invitarnos a seguirla a la cafetería. La tarde había caído y, aparte del desayuno temprano, nuestro estómago no había recibido más alimento. Nos instó a seguirla, explicando que la operación de Celia se prolongaría aún más. Mi hermano, consumido por la preocupación hacia Celia, decidió quedarse para estar al tan