Mundo ficciónIniciar sesiónMientras los veía salir, sentí una oleada de gratitud y felicidad. El doctor Luigi comenzó a realizar los últimos chequeos, y yo cerré los ojos por un momento, saboreando la paz que siguió al nacimiento de mi hijo, consciente de que pronto la habitación se llenaría de la alegría y el caos de mi familia.
El tiempo pasó volando, y antes de que nos diéramos cuenta, llegó el día de mi boda. La playa de Cedera se había transformado en un escenario de cuento de hadas. Flores exóticas adornaban el altar, y el sonido de las olas proporcionaba la música de fondo perfecta. No acepté nada tecnológico quería todo normal y Alonso me complació.
Con mi vestido blanco y radiante, caminé hacia Alonso, quien me esperaba con una sonrisa que iluminaba todo su ser. Nuestro pequeño Fiodor, en brazos de Diletta, gorjeaba fel






