En el territorio humano hay una extraña ola de calor. El rey de los Zollebs presiente que es debido a una poderosa piedra que pertenece a su continente. Regresar al territorio humano evoca recuerdos que mantuvo ocultos en lo más recóndito de su interior, los cuales no está dispuesto a enfrentar; sin embargo, los eventos se empeñan en revivirlos. En especial cuando conoce a Wendy, una humana bibliotecaria que lo ayudará con su misión, pero que también revolverá su pasado y… algo más. No obstante, el destino puede ser cruel y bromista. Atrapado entre el deber y el deseo, ¿podrá él completar su misión sin involucrar sus sentimientos? ¿O sucumbirá el rey de los zollebs a la fuerza de una pasión prohibida que crece sin control? *Secuela del libro Embarazada del alfa y El hijo del alfa y la híbrida
Leer másLiah, quien está ceñido con vestimenta negra y de cuero, camina por las calles oscuras sin un atisbo de temor. En vez de mirar preocupado a los lados, debido a lo peligroso que luce aquel lugar, él se conduce con porte intimidante, como si fuera de él de quien se debiera huir.
«Este lugar no cambia», piensa mientras hace una mueca despectiva.
Los sollozos de una chica captan su atención, también las risas de unos tres hombres, si sus cálculos no son erróneos.
—Demonios... —masculla con hastío. Pareciera una burla del destino, un juego macabro que evoca un recuerdo no deseado. Con pasos cautelosos, Liah camina en dirección a lo que parece ser un asalto, y se detiene cuando descubre una escena un poco similar a la que vivió en el pasado, con la diferencia de que la chica no ha sido ultrajada aún.
—¡Vamos, perra! Demuestra que todas las mujeres como tú solo sirven para ser cogidas —se burla uno de los hombres que rodean a una joven mujer.
Liah observa la escena a una distancia prudente, desde donde puede apreciar a tres rufianes acorralar a una hermosa y rara chica, como si fueran depredadores hambrientos a punto de saltar sobre su presa.
Siente tanto asco.
«Siempre es así con los malditos humanos. ¿Es que no se cansan de destruirse entre ellos mismos?», se queja en sus pensamientos.
Él suspira para drenar la tensión que ver a una dama en apuros le provoca. Aquello le trae recuerdos que no quiere desenterrar, en especial porque, que suceda en una calle similar y bajo penumbras, refresca imágenes en su mente que revuelven un pasado lleno de errores.
No quiere recordarla. No cincuenta años después.
Él se frota la nariz, y camina con pasos relajados en dirección al callejón donde los maleantes acosan a la joven.
—Buenas noches, ¿saben dónde puedo encontrar un restaurante cercano? —pregunta él con una naturalidad que deja a los tres hombres perplejos.
—¡Largo de aquí, mocoso! —espeta uno de ellos de forma amenazante.
—Mocoso... —musita Liah con tono divertido. Acto seguido, se relame los labios y sonríe malicioso—. Ustedes son unos irrespetuosos y descorteses. ¿Saben el hambre que traigo? Por cierto, ¿por qué llora su amiga? ¿A qué juegan?
—No es tu asunto. ¿Por qué no te largas de aquí de una vez y por todas?
—¿Por qué eres tan poco amigable? Andas muy amargado —le devuelve, sarcástico.
—¡Maldición! Démosle una lección a este hijo de puta, para ver si se le quita lo metiche y gracioso —propone otro del grupo, cansado de las burlas de aquel joven insolente.
Por su parte, Liah vuelve a sonreír airoso y los mira con ironía.
Los tres sujetos se le lanzan encima, dispuestos a darle una tunda; no obstante, cada vez que le atinan un golpe, pareciera como si él se desvaneciera y golpearan a la nada.
En cuestión de segundos, los tipos empiezan a gritar del dolor y caen uno a uno inconscientes. Liah se acerca a la chica, quien tiembla del miedo y lo observa con súplica.
—No me hagas daño, por favor —le ruega con voz temblorosa.
Aquel pedido lo transporta al pasado, donde, en un callejón similar y bajo la oscuridad de la noche, encontró a la mujer que le daría lo más preciado que posee.
—Necesitamos un plan —responde Legna, sumida en sus pensamientos—. Dicen que ella gobierna Luna de Hierro, así que reunamos pruebas de su brujería. Está utilizando el cuerpo de Kyra, lo que significa que absorbió su vida. También debemos buscar evidencias sobre la verdadera identidad de Kyra.—Yo me encargaré de eso —ofrece Raj—. Tengo su información en la universidad, dado que ella fue maestra allá. También el contacto de sus padres. Pero necesitaré protección para volver a mi manada, ya que ellos tienen una orden de arresto en mi contra.—Irás con dos zollebs. Un grupo de mis guerreros ya viene a darnos apoyo —asegura Liah con firmeza—. También enviaré a otros zollebs a buscar pruebas en el consejo mismo. Esos traidores pagarán caro su insolencia. —La quijada de Liah se tensa, sus puños se aprietan, y su ceño se frunce, reflejando su ira. Se siente burlado por ellos y solo desea tenerlos frente a él para darles su merecido.—Necesitamos ir a Rayo Dorado —dice Dylan con preocupación—
Territorio zollebWendy camina entre las plantas de color rosa con florecillas negras. El cielo luce una mezcla de violeta y azul que se difumina con el blanco de las nubes, combinando a la perfección con el hermoso escenario natural que parece sacado de un cuento de hadas.Ama todo allí: los olores perfumados, el aire tan puro y fresco, los paisajes de ensueño, la belleza del palacio, las criaturas desconocidas y la comida; sin embargo, le incomoda la actitud de los zollebs.Incluso los sirvientes la miran por encima del hombro y le dan un trato hostil, pero con una sutileza tal que no podría señalar ese comportamiento sin enredarse.Así que solo calla y sufre en secreto el rechazo silencioso de la gente de Liah.—Espero que algún día me acepten… —susurra para sí, y se deja caer entre las plantas alargadas y suaves, que debajo de ella se sienten como un colchón cómodo y perfumado.Mientras contempla el vasto cielo, analiza su situación. ¿De verdad se convertirá en la reina de aquella
Liah entra al edificio del consejo, sorprendiéndolos, pues están llevando a cabo una reunión en contra de los híbridos. Intentan disimular frente al zolleb, pero su postura defensiva es evidente a leguas.—¿Todo bien por acá? —inquiere Liah mientras los observa a todos con una mirada inquisitiva.El líder hace una pequeña reverencia, seguido por los demás.—Más o menos, Liah —responde él, un poco nervioso—. ¿Qué te trae por acá?—Seré directo y sin rodeos: quiero llegar a un acuerdo con respecto al asunto de los híbridos —declara con firmeza, sin quitarles la mirada de encima—. Sé que yo provoqué este caos al pedir que no enviaran a mi hija al continente humano, pero tuve razón. Ella ya no pertenecía allí.» Llegamos a un acuerdo que ustedes rompieron, pues era evidente que mi hija y mi yerno se iban a reproducir. Entiendo sus preocupaciones acerca de la pureza de su raza, y créanme que estoy de acuerdo con ello. Después de todo, soy el encargado de mantener la armonía en la naturalez
Dylan y Legna regresan a Rayo Dorado junto a Liah, quien se queda con ellos para protegerlos. También alberga la esperanza de que esa bruja vuelva a aparecer para molestar a la pareja, ya que esa sería la oportunidad perfecta para quitarle la piedra roja.Él está inquieto; sabe que al parecer ella ha aprendido a dominar la piedra, y eso puede resultar en un desastre si no hacen algo pronto.Ese día, deciden visitar a Tron, pero Liah los espera impaciente en la sala, mientras los chicos se preparan.—¿Por qué tardaron tanto? —les reclama cuando ellos salen listos para irse.Dylan y Legna se miran cómplices, y el rubor en sus mejillas los delata. Liah hace una mueca de disgusto que deja claro que ha entendido la situación.—No es necesario que respondan —dice, entornando los ojos con fastidio.Se dirigen a pie hacia la casa de Tron, conversando sobre sus próximos movimientos.—Entonces, Vera no ha encontrado a esa bruja —dice Legna pensativa—. Ella está utilizando el cuerpo de Kyra, per
Tras una discusión con el consejo que no llevó a nada, Riú y Tron se despiden de Raj para dirigirse al límite marítimo entre el territorio humano y licántropo.—¡Es maravilloso volver a verte, amigo! —expresa Tom. Tron no aguanta la emoción de verlo y lo abraza, haciendo que ambos botes se tambaleen.—Ummm... —gruñe Riú—. ¿Ahora me pondrás los cuernos con este? —bromea malicioso.—Cariño, tú sabes que eres el oficial —contrataca Tron con una sonrisa juguetona. Riú y Tom se saludan también, luego los tres se ponen serios.—¿Cómo está todo en el territorio humano? —inquiere Tron.—Pues el clima está volviendo a su normalidad gracias a la intervención de los zollebs que envió Liah. Me tocó reabrir el edificio que solíamos usar para el consejo, pero estoy solo allí —informa con tristeza y nostalgia.—Entonces el rey de los zollebs planea formar un nuevo consejo... —masculla Tron pensativo.—Sí. Descubrió que el continente humano no debe estar sin protección. Una manera de protegerlo es te
A la mañana siguiente, Tron llega junto a Arel, Raj y Leandro a la casa de Riú, luego todos ellos se dirigen a la casa de entrenamiento para planear sus próximos movimientos.. Miha, Alexandra y Ryan conversan por ahí, mientras que Dylan y Legna escuchan la conversación de los más adultos acerca de los últimos acontecimientos.—Por lo menos tenemos buenos aliados a nuestro favor —dice Raj, luego mira a Liah con un poco de preocupación—. ¿Cómo está la situación en el territorio humano?—Pues ya ha quedado libre de la influencia de la piedra; sin embargo, aún quedan secuelas del caos que provocó. Desde que regrese a mi territorio enviaré varios zollebs para que limpien el ambiente y combatan el calor que ha quedado. Si no intervenimos con nuestro poder, ese territorio podría tardarse décadas en volver a la normalidad.—Entiendo. ¿Qué hay de Tom? ¿Él está de acuerdo con que su hija viva en territorio zolleb?Liah suspira contrariado y Wendy baja el rostro con tristeza.—Tom no estuvo de
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