Liah recibe una señal de parte de Vera, entonces finaliza su teletransportación donde Tron, junto a sus aliados, defiende a su manada de la invasión enemiga.
Se queda pasmado ante la escena que tiene frente a sus ojos.
Un amargor se le instala en la garganta y se extiende a su pecho en forma de dolor y terror. Todo lo que había temido y lo que tanto luchó por evitar se hace real ante él.
El caos se manifiesta en forma de truenos, un remolino que amenaza con acabar con todos allí y una luz roja que ilumina a dos mujeres, a quienes reconoce al instante. Entonces siente que pierde las fuerzas y se tambalea mientras flota por encima de la superficie.
Ryan tiene que sostenerlo para que no se desplome.
—Abuelo, debes mantenerte fuerte. Wendy te necesita con todos tus cabales —lo aconseja, con un tono que mezcla comprensión con firmeza.
Y Liah no puede sentirse más ufano de su nieto. Definitivamente, él sería su heredero al trono.
«Ryan tiene el carácter de un líder; es más fuerte y compuest