Denisse entró al edificio Winchester con la espalda recta, los tacones firmes y la convicción de una mujer que había construido su propio imperio desde cero. Atrás quedaba la joven frágil que había huido asustada dos años antes. La mujer que caminaba ahora poseía un nombre que sonaba en medios, en educación y en moda infantil:
Denny Hult.
Su marca. Su renacimiento. Su venganza elegante.
Y también… su escudo.
Sabía que la empresa Winchester llevaba meses insistiendo en una colaboración. Sabía que Noah no era el tipo de hombre que pedía algo dos veces. Sabía que los productos infantiles necesitaban una marca consolidada como la suya para expandirse en el mercado internacional.
Pero también sabía que ver a Noah sería una prueba de fuego.
Cuando la secretaria la recibió con una sonrisa tensa, Denisse ya intuía que algo no iba a gustar.
—La están esperando en la Sala Ejecutiva 4, señorita Hult —dijo con voz nerviosa.
Ella asintió y avanzó sin titubear. Cuando abrió la puerta, el mundo se l