Para Axel Won, su matrimonio con Carolina Langford no fue más que una farsa, una estrategia egoísta para recuperar a la mujer que en realidad amaba . Sin embargo, para Carolina, aquel vínculo representaba todo: su primer amor, su primer hombre... y su primera gran decepción. Carolina creyó que había encontrado al hombre de sus sueños, sin imaginar que estaba siendo usada como una simple herramienta en los planes de Axel. La desilusión llegó de forma devastadora cuando él, sin previo aviso, le extendió los papeles de divorcio. Ella suplicó, rogó, se humilló… pero al final, no tuvo otra opción más que firmar, con el corazón roto. Hundida en la tristeza, Carolina descubrió días después que estaba embarazada. La esperanza de un nuevo comienzo se encendió dentro de ella, pero no por mucho tiempo. Cuando Axel se enteró del embarazo, no solo no mostró compasión, sino que provocó —de forma cruel e inhumana— la pérdida del bebé que Carolina ya amaba profundamente. Desgarrada por el dolor y la traición, Carolina juró alejarse para siempre del hombre que la destruyó, alimentando un odio tan profundo como el amor que una vez sintió. Pero el destino aún le guardaba un secreto inesperado: el bebé que creía perdido… en realidad está vivo.
Leer más- La sangre caliente recorrió sus piernas mientras caía de rodillas en el suelo de mármol.
—Axel… nuestro bebé… —susurró Carolina entre jadeos, con las manos sobre su vientre . Él no se detuvo. Ni siquiera giró la cabeza para mirarla era como si aquella mujer que ya hacia tendida en un charco de sangre no tuviera nada que ver con el . —Axel, ¿alguna vez me amaste? Él soltó una carcajada fría y deslizó su mirada hacia Tatiana, la mujer que tenía de su brazo . Entrelazó sus dedos con los de Tatiana, quien le sonrió con suficiencia y volteo a mirar a Carolina . -Nunca . —Siempre fue ella , Carolina —susurró Axel con frialdad—. No fuiste más que un error. . Carolina sintió un escalofrío. Su mente la arrastró de vuelta a aquella noche en la que su mundo se derrumbó… * Flashback El aroma erotico aún flotaba en el aire, un recuerdo latente de lo que había ocurrido horas antes. Sobre la cama, una mujer de cabello color avellana y piel tan blanca como la leche yacía sola, con el cuerpo todavía marcado por la pasión que había compartido con su esposo. Carolina abre sus ojos y se levanta con torpeza de la cama sentía sus músculos entumecidos y su parte íntima le ardía por el anterior acto sexual . Escucha el sonido del agua en el baño indicándole que su esposo estaba allí dentro . Al mirar al rededor cierra los ojos ante el inminente desastre , ropas , zapatos y almohadas estaban esparcidos por todo el suelo de la habitación. Se coloca una bata y empieza ha arreglar el desorden , unos minutos después escucha la regadera detenerse en el baño y un hombre que media 2 metros aparece ante ella . - la cama está arreglada ya puedes dormir - le dice dulcemente al hombre con ceño fruncido . Axel en lugar de ir hacia la cama va directo hacia la mesita de noche y de allí saca un documento y se lo extiende ha Carolina junto con una pluma - Fírmalos - dice cortante mientras se sentaba en un sillón elegantemente y se servía una copa de vino . - ¿ Que es ? - pregunta carolina extrañada pero al ver las grandes letras en el documento siente como su corazón se detiene y todo su cuerpo se paraliza dolorosamente . - ¡ un acuerdo de divorcio ! - ¿Tu quieres que nos divorciemos ?- pregunta sin poder creer lo que Axel le pedía creía que se trataba de una broma . No habían cumplido ni un año de matrimonio , lo recordaba perfectamente le había preguntado como un hombre como él rico he influyente se quería casar con una joven como ella que pertenecía a una familia corriente . Su respuesta fue monótona y fría , “ Por que eres sumida y obediente “ - desde ese día supo que el hombre no la amaba en lo absoluto pero aun así decidió casarse con el . Cuando ambos se unieron en matrimonio ella no estaba enamorada de Axel pero al pasar el tiempo no pudo evitar hacerlo , el buen trato de Axel y lo mucho que la consentía y se preocupaba por ella hicieron que ella cayera rendida a sus pies . Para Carolina el significado de Axel era sinónimo de buen marido . - ¿ por qué te quieres divorciar de mí ? ¿ Por qué ahora cuando estamos tan enamorados el uno del otro ? La respuesta de Axel no tardó en lo absoluto “Me gusta alguien más “ Le respondió cortante . Su respuesta la sorprendió bastante de inmediato sintió como las lágrimas le picaban en los ojos pero se obligó a retenerlas y no dejarlas caer lo menos que quería era demostrarle su debilidad al hombre frente a ella . Carolina sostuvo la pluma, pero su mano no se movió, no quería hacerlo . No quería divorciarse del hombre que tanto amaba . ¿De verdad era esto lo que él quería? ¿Todo había sido una mentira? Axel suspiró con impaciencia. —No hagas esto más difícil de lo que es solo firmalos y acabemos con esto de una buena vez . Con el corazón roto y las lágrimas al borde de sus ojos, Carolina firmó y le entregó el documento con su firma estampada mientras su cuerpo temblaba violentamente . - En una semana iremos al registro civil mi asistente te visitará mañana para acordar algunas cosas contigo - y con esas palabras se levanta del sillón y va directo hacia su armario , unos minutos después sale completamente vestido en un traje de tres piezas que lo hacía lucir apuesto . Sin dedicarle una sola mirada a Carolina Axel sale por la puerta de la habitación _ Quería gritarle que no se fuera , que no la abandonara , pero no pudo articular palabras el gran dolor que sentía la tenía paralizada , al ver que se encontraba en la habitación completamente sola Carolina cae al suelo y estalla en lágrimas . Se sentía traicionada , había sido una buena esposa con el hombre cruel que ahora le daba la espalda por otra mujer . ¿Por qué…? ¿Por qué todo tuvo que acabar así? Su mente, rota por el dolor, empezó a arrastrarla hacia los recuerdos. A los días en que Axel la miraba como si ella fuera lo único que importaba en el mundo. Recordaba sus palabras dulces, los desayunos en la cama, las veces que él la abrazaba por las noches y le decía que no se preocupara por nada, que él la protegería siempre. Recordaba cómo la hacía sentir especial… amada. Pero todo eso fue una mentira. Carolina lo entendía ahora. Él nunca la amó. Todo fue un juego. Fingió cariño, fingió cuidado hacia ella . Cada palabra dulce, cada caricia, cada momento juntos… todo fue parte de su plan. Solo la necesitaba . Para recuperar a la mujer que nunca dejó de amar. Tatiana. Siempre soñó con tener un hijo de Axel . Ese sueño fue lo que más la hizo enamorarse. Pensaba que juntos construirían algo bonito… duradero. Pero todo ese amor que ella sintió, todo lo que entregó, fue real solo de su parte. Para Axel, nada de eso importó. * Al dia siguiente Carolina va directo hacia la puerta de entrada al escuchar toques provenir de esta . Al abrirla abre los ojos con sorpresa al ver al asistente de Axel parado formalmente frente a ella . - Señora Won aqui le hago entrega del título de las propiedades que ahora estan ha su nombre y esta tarjeta de credito que contiene unos 300 millones de dólares . Carolina toma los documentos en sus manos y al leerlos queda sorprendida ante la generosidad de Axel . _ Un apartamento de 100 millones en el centro de la ciudad . Una villa de 250 millones frente a las costas de bahía del sur . - Un Chalet de 450 millones en las montañas . Digale al señor Won que es muy amable pero no deseo adquirir estas propiedades ni menos la tarjeta de crédito , sólo me quedaré con el Chalet en el que me hospedo ahora - dice Carolina sorprendiendo por completo al asistente Tyron. - Señora pero esta segura estas propiedades son suyas - anuncia tratando de hacer entrar en razon a la terca mujer frente a el . Lo estoy - Contesta y sin tener otra Opcion el asistente acepta pero decide saber antes si su jefe estaba de acuerdo . Toma su teléfono y le escribe un mensaje ha Axel " Señor la señorita Langfort no acepto las propiedades sólo desea quedarse con el Chalet " La respuesta de Axel no tarda en llegar - " Que haga lo que quiera " Al ver el mensaje el asistente guarda su teléfono . - ¿ En donde se encuentra el ahora ? - pregunta Carolina con la ilusión de verlo una ultima vez . El señor Won se encuentra camino ha estados unidos por negocios señora pero volvera ha tiempo ha ciudad del sur para finalizar con el divorcio - dice el hombre antes de retirarse no sin antes darle un asentamiento respetuoso ha Carolina . *** Un Jet privado se encontraba sobre volando los aires en el interior de este se encontraba Axel con una hermosa mujer sentada en sus piernas . - Axel si vuelves ha hacerme sufrir de esta manera tan cruel no volveré ha perdonarte , recuerda que esta es la última oportunidad que te daré - le susurraba al oído sensualmente . Axel la mira con una de sus cejas levantadas - Tatiana tú también deberías tenerlo claro si vuelves ha engañarme sufrirás un destino horrible - le dice fríamente haciendo estremecer ha la mujer ha su lado . Pero de inmediato cambia su rostro temeroso por una de astucia . - todavía no puedo creer que te casaras con esa mujer ordinaria solo para hacerme regresar - le decía mientras estallaba en carcajadas . - Era un blanco fácil y tú caíste redonda - Tatiana al escucharlo de inmediato captura los labios de Axel al sentirse satisfecha con la respuesta del hombre ha su lado . Al terminar el beso la mujer toma su teléfono y se captura ha los dos juntos en una imagen , mientras Axel estaba entretenido manda la fotografía ha Carolina . Esta última al abrir el mensaje siente como su corazón se detiene al ver ha Axel con esa mujer . De inmediato aprieta el teléfono sintiendo el dolor recorrerle las venas - Axel te odio tanto , prometo que te haré pagar por esto - susurraba mientras sus lagrimas caían como un torrente de sus ojos .Tres meses despuésNo sé en qué momento los días empezaron a parecerse tanto. A veces creo que sigo atrapado en esa misma noche en la que ella desapareció. La habitación está en penumbra, las cortinas apenas dejan pasar un poco de luz, pero no me molesto en abrirlas. ¿Para qué? El sol ya no me calienta. Nada lo hace.Estoy tirado en la cama, con la espalda apoyada en el respaldo, y entre mis manos sostengo lo único que aún me conecta a ella: una fotografía. La observo como si fuera sagrada. Carolina sonríe en ella. Tiene a Elijah en brazos, aún con esos cachetes regordetes que me encantaban. Diana está abrazándola por la pierna, mirándola como si fuera su mundo entero… Y lo era. Lo sigue siendo, aunque yo ya no tenga el derecho de decirlo en voz alta.Paso los dedos sobre sus rostros, como si eso pudiera traerlos de vuelta. Como si pudiera borrar el tiempo, borrar mis errores. Pero solo estoy tocando papel. Imágenes. Recuerdos. Nada más.Han pasado tres meses y sigo sin encontrarla. T
Salí corriendo de la mansión. Mis pasos eran torpes, desesperados. Sentía que el mundo se me caía encima, que me estaba quedando sin aire. Cada latido de mi corazón era una puñalada.Abrí la puerta del auto de golpe y me lancé al asiento del conductor. Cerré los ojos un momento y apreté el volante con ambas manos, como si así pudiera frenar el temblor que sentía en el cuerpo.Pero no podía quedarme quieto. No ahora.Tomé el teléfono. Marqué el número de Tyrone. No hubo saludo. No lo necesitaba.—Busca a Carolina y a mis hijos… hasta debajo de una piedra si es necesario. Pero encuéntralos. Rápido.Colgué sin esperar respuesta. Sabía que él entendería la urgencia en mi voz.Encendí el motor y pisé el acelerador a fondo. La ciudad pasaba a mi alrededor como un borrón, pero yo solo tenía una dirección en mente: el aeropuerto. Si de verdad se había ido… si había decidido huir de mí… ese sería el primer lugar donde buscar.Al llegar, estacioné de cualquier forma y salí del auto como un loco
POV : Axel Wong Tenía la copa de vino en la mano, casi vacía. No sabía cuántas veces la había llenado ya. La chimenea ardía frente a mí, pero yo solo sentía frío. El silencio de la mansión era insoportable, como si cada rincón gritara su ausencia.Carolina.Mi mente no dejaba de repetir su nombre.La imaginaba caminando por los pasillos, sonriendo, con Elijah en brazos y Diana corriendo tras ella. Esa imagen me quemaba. Me destrozaba.¿Cómo algo que una vez tuve tan cerca, ahora se sentía tan lejos?Di un trago más. El vino era fuerte, pero no lo suficiente como para apagar esto que me dolía en el pecho. Algo no estaba bien. Lo sentía. No era solo tristeza. Era otra cosa. Una angustia que se clavaba sin permiso, que me apretaba el corazón como una maldita advertencia.Dejé la copa sobre la mesa y tomé el celular.No podía seguir así. Necesitaba escuchar su voz. Saber de ellos. Asegurarme de que todo estaba bien, aunque una parte de mí ya supiera que no lo estaba.Marqué el número de
Abrí con cuidado la puerta de la habitación de Diana. La encontré sentada sobre la alfombra, con sus muñecas esparcidas a su alrededor, inventando un mundo donde todo parecía más fácil. Se giró al escuchar el sonido y me regaló una sonrisa que me partió el alma.—¡Mami! —dijo, levantándose de inmediato y corriendo hacia mí.La abracé con fuerza. Hundí el rostro en su cabello, cerré los ojos. Por un segundo quise quedarme así para siempre, como si ese abrazo pudiera protegernos del mundo, de todo lo que vendría. Pero no era posible.Me arrodillé frente a ella, tomándole las manitas.—Mi amor —dije con voz suave, tratando de sonar tranquila, aunque por dentro se me desmoronaba el pecho—, necesito hablar contigo de algo importante.Diana me miró curiosa, con esos ojitos que parecían ver más de lo que deberían para su edad. Ladeó la cabeza, como solía hacer cuando algo no le quedaba claro.—¿Vamos a ir a algún sitio? —preguntó con esa inocencia que dolía.Asentí, obligándome a sonreír.—S
Entré en la mansión con el corazón latiendo tan rápido que sentía que iba a salirse de mi pecho. No quise mirar atrás. No podía. Si lo hacía, temía que mis piernas me fallaran, que me rindiera. Y no podía darme ese lujo.Subí las escaleras corriendo, como si el dolor pudiera dejarse atrás si me movía lo suficientemente rápido. Mis pasos resonaban en las paredes silenciosas como un eco de mi propia desesperación. Fue entonces cuando la vi.Amanda.Estaba bajando los escalones con su elegancia habitual, esa que siempre parecía forzada. Me miró de frente. No dijo nada, pero su expresión lo dijo todo: una mezcla de burla, desprecio y satisfacción.Apreté los dientes.No me detuve.No valía la pena gastar una palabra en ella.Seguí subiendo, ignorando el nudo que se formaba en mi garganta, y cuando por fin llegué a mi habitación, cerré la puerta con fuerza. Me lancé a la cama sin pensarlo, como si pudiera hundirme en ella, desaparecer. Hundí el rostro en las sábanas y dejé que las lágrimas
Volví a subir al auto con las manos temblorosas, como si ya no supiera cómo sostener el volante. El silencio dentro del vehículo era ensordecedor, y el camino de regreso a la mansión se hizo eterno. Las luces del anochecer teñían el cielo de un naranja apagado, pero yo no veía nada. Solo pensaba en ella… en Carolina.Cada metro que recorría me alejaba más de ese instante donde aún podía alcanzarla, donde aún podía detenerla. Pero no lo hice. Me paralicé. La dejé ir. Y ahora... no sabía cómo vivir con eso.Cuando crucé los portones de hierro de la mansión, sentí un nudo apretarse en mi estómago. El mismo portón que alguna vez la protegió, ahora se cerraba sobre un lugar que ya no era un hogar. Era una jaula vacía.Aparqué en el mismo sitio de siempre. Bajé del auto con torpeza, como si el suelo me rechazara, como si incluso la tierra misma supiera que todo había cambiado.Entré a la casa.La puerta se abrió con ese crujido familiar, pero no hubo nadie para recibirme. Ningún eco de risa
Último capítulo