Con la intención de no detenerse, Vladislav volvió a apoderarse de los labios de Adara, mientras se dispuso a quitarle la blusa botón por botón. De repente, la voz grave de Varkar en lo más recóndito de su cabeza, resonó profunda y autoritaria.
—Vladislav… No es el momento. No puedes tomarla aún.
El sonido de las palabras le hizo estremecer, un latigazo de furia corrió por su cuerpo. Intentó ignorar la invasión en sus pensamientos, pero fue en vano. Sabía que Varkar, a pesar de todo, tenía la capacidad de conectar con él en cualquier momento, y no podía huir de la fuerza de su presencia.
«¿Qué dices?», Vladislav respondió mentalmente, dejando ver sus ojos brillantes por la ira. «¿Por qué no puedo? La deseo desde hace tiempo. ¡¿Por qué no puedo tenerla ahora?!
«Porque no es el momento, Vladislav». La voz de Varkar era calmada, casi fría, pero en sus palabras había una carga de sabiduría que solo él comprendía.
«Lo que deben hacer, lo que deben ser juntos, aún no está completo. Necesit