DOS MESES DESPUÉS
ALESSANDRO RIZZO
Me sentía frustrado. Han pasado dos meses desde que se llevaron a Valeria, y desde ese día, yo dejé de tener vida. La hemos buscado por todos lados, pero es como si la tierra se la hubiera tragado. Al parecer, Novikov supo muy bien cómo esconderse.
—¡Lucas! ¡Es inútil! ¡Nadie nos da información! —grité mientras arrojaba todos los papeles del escritorio al suelo—. ¡Han pasado dos meses y aún no sé nada de mi esposa!
—Lo sé yo también estoy frustrado. Sabes que no hemos parado de buscarla.
—¡Entonces ofrece más dinero! ¡Mata al que tengas que matar!
Lucas salió del despacho. Me dejé caer en un sillón, con la mirada perdida en mi anillo de matrimonio.
—¿Dónde estás, mi amor...?
Una semana después
¡Sexta casa! ¡La sexta maldita casa a la que entramos y no encontramos a nadie!
—¡Aaaahh! —grité, golpeando la pared con fuerza.
—Ales, no te desesperes. La vamos a...
—¿Encontrar? —interrumpí con sarcasmo—. Si no encuentro a Valeria, mi vida no tiene sentido.