¿Qué puedes hacer cuando un hombre herido y armado te pide que lo ayudes a escapar de la muerte? Eva, temerosa de ser asesinada por ese hombre alto, de inmediato lo besó implorando que eso fuera suficiente para ayudar a ese hombre, pero, lo que ella no entendió fue que con ese beso selló una unión que Arnold no dejaría borrar. — Te voy a defender de todos, porque por mi culpa te has convertido en su objetivo. — ¡Entonces no debiste decir que era tu mujer! — No podía decir algo diferente porque después de besarme en eso te proclame: eres mía, Eva. La señora del mafioso cruel.
Ler maisCamino rumbo a mi casa, he terminado tan tarde el trabajo que no hay autobuses que pueda usar y los taxis están fuera de mi presupuesto. Por eso, con mucho miedo camino por las calles de Nueva York implorando que no sea una de las miles de mujeres que aparecen muertas y no saben porque.
Sin embargo, aún estoy lejos de mi destino cuando escucho unos disparos que me hacen correr aunque me siento extremadamente agotada. El miedo, me hace ver cosas que no son y las ganas de vivir son tan grandes que corro más rápido de lo que estoy acostumbrada. Pero, la suerte no parece estar de mi lado. Porque choco con alguien que huele a pólvora y sangre. Por la rapidez con la que corría, el impacto me hace rebotar y caer al suelo. El hombre me observa sorprendido y yo retrocedo con temor al ver como de sus brazos sale sangre y ni siquiera así suelta sus armas. — Perfecto. — dice él acercándose a mí. — Por favor, no me haga daño. — digo intentando correr, pero, él me agarra con brusquedad y me pega a su cuerpo. — Quédate quieta si no quieres morir. — advierte él y yo tensiono mi cuerpo. — Señor, no me haga daño. — Quieren matarme, ayúdame a fingir que somos pareja y te dejaré ir. Nunca he actuado en mi vida, pero, si eso va a salvarme la vida, daré lo mejor de mí. Por eso, me giro de rodeo su cuello con mis brazos para besarlo con tanto salvajismo que él me pega contra la pared y yo gimoteo justo cuando se escuchan varios pasos. El hombre que beso, se quita la chaqueta y agarra mi pierna para que la suba hasta su cadera, mientras toca todo mi cuerpo. ‘Dios, soy yo otra vez, ayúdanos a salir de este problema.’ Me digo mentalmente. — Búsquenlo, no puede quedar vivo. Ese perro hay que matarlo hoy mismo. — dice el hombre con molestia. — Sí, señor. — responden varios hombres que corren del otro lado de la calle. Ellos se alejan y yo aparto al hombre que parece robarme el alma y toda energía. Por eso, puedo ver como ambos se marchan lejos sin prestarnos demasiada atención. — Se han ido. — susurro alejando al hombre de mí, pero, apenas hago eso el hombre cae al suelo desplomado. Angustiada, intento correr lejos porque no quiero que me metan en problemas, pero, el temor que realmente este muerto, hace que retroceda y revise si tiene signos vitales. — Esta vivo. — digo aliviada. — Duele… — ¿Debo llevarte a un hospital? — Me matarán si me llevan allá. — Entonces, ¿llamo a tu familia? ¿quieres que hable a tu amigo o…? Él no responde y yo miro a mi alrededor intentando conseguir alguna ayuda, pero, los disparos a lo lejos me impiden hacerlo. Aunque no es mi problema, no puedo solo marcharme y dejarlo en el suelo agonizando, así que, sin otra opción para ayudarlo, corro hacia el túnel donde siempre hay pocos indigentes con carros de compra. Con cuidado y pidiéndole a Dios que me perdone por robar, corro con el carro de compras en el que con dificultad subo a un hombre de más de dos metros de altura. — Deberían darme un premio por esto. — susurro al ver como el hombre que no entra en el carro por lo alto que es, no se mueve ni se queja por el dolor. Sonriente por mi hazaña me enfrento a un nuevo problema: ¿A dónde lo voy a llevar? Preocupada miro a mi alrededor aunque la respuesta es evidente, porque nunca he llevado a un hombre a mi pequeña habitación y menos a alguien armado. Pero, pensando mucho sobre lo que debería o no hacer, termino llevándolo a mi habitación implorando que eso no me cueste la vida. Como puedo, lo acuesto en la cama y corro hacia el baño donde está el botiquín de primeros auxilios para intentar sanar las heridas que tiene, pero, casi todas las heridas son de balas que perforaron su cuerpo. — Sin duda, su intención era matarlo. — digo preocupada. Buscando en internet como curar una herida de bala, hago mi mejor esfuerzo y me quedo vigilando que no tenga fiebre o tenga una hemorragia. Así pasan las horas donde yo duermo sentada cuidando a un extraño hasta que la alarma para ir al trabajo suena. — Que agotador. — susurro entrando a la pequeña ducha donde observo hacia mi visita no deseada, porque mi habitación es tan pequeña que el baño y la cocina están en la habitación. Por fortuna, no se despierta y por eso, me coloco la ropa rápido mientras preparo el desayuno implorando que mi buena obra no me cause la muerte o problemas con mi arrendataria. — ¿Quién eres y por qué me has traído aquí? — pregunta una voz frívola apuntando a mi cabeza con un arma. Es entonces cuando lamento lo tonta que he sido porque curé sus heridas, pero, su arma la dejé a su alcance. Además de eso, fui muy descuidada porque solo noté que se había despertado porque el frio de su arma toca mi cabeza. ‘Que tonta has sido.’ Me quejo mentalmente. — Yo soy una ciudadana que te ayudó para que no te matarán anoche. — digo en un susurro mientras internamente grito por una ayuda que no llegara. — No te creo. — Soy la chica que besaste ayer para que no creyeran que eras tú, pero, después de eso te desmayaste y no tuve otra opción que traerte a mi casa. — Esto no puede llamarse casa, más grande es mi baño que este asqueroso lugar. — ¡Respeta mi casa! No es mucho, pero es mi humilde hogar. — digo girándome con molestia, solo para ver al chico que sonríe de lado. Por lo que, me aferro a la cuchara con la que estaba revolviendo el huevo. — Sí, eres la chica de anoche. — dice él guardando su arma. — ¿Cómo te sientes? — Eres extraña, acabo de apuntarte y me preguntas como me encuentro cuando deberías quejarte porque después de ayudarme desconfíe de ti. — No puedo quejarme con alguien armado, no soy tonta. — digo de inmediato y eso le causa risa. — Eres una chica inteligente. — Voy a servirte el desayuno, espero que te marches lo más pronto posible, debo ir a trabajar. — digo girándome para servir los huevos con un poco de pan. Desesperada, tomo mis cosas bajo la mirada del hombre extraño que parece muy cómodo para mencionar que sea una pocilga.Un mes despuésA diferencia de un hombre ocupado que es el perfil del jefe de la mafia, Arnold estuvo a cargo de todas las cosas de la ceremonia de matrimonio, contrató una organizadora, pero, fue quien exigió y siempre me buscaba para las pruebas de vestidos, comida, decoración y todo lo demás.— ¿Cómo está la esposa de la ceremonia retrasada? Tengo una pregunta, ¿cuenta como aniversario esta fecha o la primera? — pregunta Alondra tocando la puerta mientras yo espero el resultado de algo que posiblemente aumente mi felicidad.— Ambas son fechas importantes, está será vista para los demás como una renovación de votos matrimoniales.— Una renovación muy reciente, pero, ¿Quiénes somos nosotros para juzgar?— Sigue burlándote.— Jefa, sal del baño, necesitan maquillarte, además, puedes ver
Nadie se regresa para saber si murió, solo quien supervisó la realización de las trampas y sabe dónde se encuentra cada una, es que asiente con Arnold y de inmediato, nos marchamos.— ¿No vas a ver lo que sucedió con tu primo?— Esa basura hace tiempo dejó de ser mi primo. Flavio se quedará a recoger el cuerpo de Anthon y quemarlo como la basura que es. Pero, ya no pienses en eso, después de perder dinero, de sus trucos y todos los que murieron tanto de mi clan como el de los demás, podemos ser felices gracias a este resultado. — dice Arnold besando su mano mientras conduce.No importa lo que él haga. Arnold merece este tipo de felicidad, porque los dos sabemos todo el daño que nos hizo. Porque yo sufrí porque él se dejó llevar de esas trampas, pero, él sufrió al saber la verdad de todo y como los tres se atrevieron a casi matarlo, j
Ni siquiera se muestra interesado en regresar con Anthon, solo me sonríe y yo me siento bien que me priorice antes que la violencia que tan arraigada está en él. Ese es uno de sus cambios más significativos, porque no se ve molesto o angustiado, si no, complacido porque esta donde disfruta estar.— Has pasado por mucho para capturarlo. Perdiste muchos hombres, también te tocó arriesgar mucho dinero que perdiste. Anthon fue un maldito grano en el trasero…— Así es. Hemos… porque no solo yo pasé por mucho, los dos hemos pasado por muchas cosas debido a la avaricia de ese bastardo. Por eso, nos dimos cuenta que él no era mandado por Jessica o su esposa.>> Él era quien fingía no ser una amenaza mientras se divertía con su ignorancia, pero, ya no puede hacer algo más para ganar. Ha perdido y nosotros ganamos dando el golpe final para que no tenga la m
Arnold no duda en salir de la habitación y yo hago lo mismo, dándonos el apoyo que necesitamos para sobrevivir a esto. Por eso, cuando Anthon aparece en la sala y su pie pisa una trampa que hace que el piso se abra y quede prisionero con una trampa para oso, los dos sonreímos triunfantes desde el segundo piso.— ¡Mierda! — grita Anthon.— Hola, primo. — dice Arnold y de inmediato, Anthon dispara, por lo que, yo saco mi arma y disparo al brazo donde ese bastardo tiene el arma.— ¡Oh, maldita sea! — grita Anthon mientras mi esposo me sonríe con orgullo.Arnold presiona su botón y de inmediato, los rayos láser aparecen cortando la piel del hombre que grita, mientras mi esposo hace que los rayos láser se muevan.Son esos gritos los que hacen que los demás enemigos de Anthon se acerquen a la propiedad al punto que tocan el claxon de una forma característ
Una semana despuésYa sé cada trampa que hay en la casa, incluso, entro y salgo sola o acompañada para comprar comida o cosas que necesitamos, con el fin de que Anthon aparezca, pero, el hombre solo envía a chicos que fingen ser él.Porque si ha seguido enviando chicos con su rostro, la única diferencia es que hemos podido diferenciar el engaño y por eso, los chicos disparan dardos con somníferos y los llevan para ser torturados.Pero, el tiempo pasa y los resultados que esperamos no llegan y yo extraño a mi hijo, necesito estar con mi bebé, pero, también es necesario terminar con esto.— Amor… — dice Arnold entrando a la habitación donde llevamos un mes viviendo.— Dime que lo has encontrado. — imploro y él me sonríe.— Si estaba recibiendo ayuda de las chicas interesadas en mí y una mujer que solo usaba como jug
Llegamos a la casa, donde Arnold debe esperar a la persona encargada de las trampas para no cometer un error y terminar pisando donde no corresponde.‘Así de seguro es esto.’ Me digo mentalmente.El hombre nos saluda con mucho respeto y comienza a hablar de todo tipo de trampas que incluso temo recostarme en una pared y que eso cause que una espada me perforé o las metralletas se activen.‘Ni en el capitolio había tantas trompas como aquí.’ Me digo mentalmente.— ¿Crees que esto está bien?— No, claro que no, hay armas que podrían matarlo casi de inmediato, pero, tengo fe en que él será inteligente y no morirá tan fácil, sería un favor para él porque tengo muchas cosas que pienso hacerle.— Entiendo, ¿puedo ir a la cama a descansar y si es posible, tener acceso a un computador o tableta? — pregunto y de
Último capítulo