5 AÑOS DESPUÉS
Hoy celebramos el cumpleaños número ocho de nuestra pequeña Celeste. Ocho años desde que llegó a cambiarlo todo. Es increíble lo mucho que ha crecido, no solo en estatura, sino en sabiduría y sensibilidad. Ama los animales con una devoción que enternece el alma. Dice con absoluta convicción que quiere ser veterinaria. Y lo dice tan seguido y con tanta certeza, que Alessandro y Lucas han terminado por complacer todos sus deseos: perros, gatos, conejos... incluso una mini vaca que llegó el año pasado como regalo inesperado.
Celeste es el centro del universo para su padre, y con Lucas basta que le ponga una carita de "ternero degollado" para que caiga rendido. Es su debilidad, su talón de Aquiles.
—¿Princesa, ya estás lista? —le pregunto desde el pasillo.
Sale corriendo hacia mí con un vestido morado que le sienta como si fuera de cuento de hadas. Ama ese color. Su habitación entera parece un santuario púrpura.
—¿Cómo estoy, mami? —da una vuelta coqueta, esperando mi aprob