¿Qué puedes hacer cuando te dan una sentencia de muerte? Muchos se quedarían en casa llorando porque le queda poco tiempo de vida, pero Axael no, ella decide disfrutar sus últimos meses de vida como nunca lo hizo. Pero, ¿Qué pasa si en su primera noche diferente se sienta al lado de un hombre que se interesa de inmediato en ella? La tímida y trabajadora Axael Blanco, se ha encontrado con un jefe de la mafia que no quiere vivir, pero en ella parece encontrar algo interesante. Los dos están muriendo en vida y creen que casarse es una buena manera de divertirse en medio de tanto dolor, ¿Qué pasará entre ellos después de un matrimonio exprés del que ambos aceptaron, pero no tienen idea cómo será?
Leer másMe miro en el espejo y me pregunto si es buena idea ser una chica que no soy e ir a lugares donde normalmente no me encuentro, pero, debo dejar de ser la chica que solo trabaja para terminar mis estudios y no es capaz de tomar una gaseosa porque se descuadra el dinero que tiene estipulado para sus gastos, por eso, usando la ropa de mi compañera de cuarto, salgo rumbo al club en el que soy mesera.
— Normalmente los empleados se marchan lejos del lugar de trabajo cuando están de descanso, sobre todo, si es la primera vez que tiene un descanso después de tres años trabajando. — No me molestes, Lauren, déjame ser libre. — Donde trabajas. — resalta Lauren con incredulidad. — Dijiste que en el club están los hombres más atractivos y adinerados del estado, así que, es un buen lugar para coquetear. — ¿Tú vas a coquetear? ¿Axael Blanco va a coquetear? — Las tetas me llegan a la boca y siento la brisa tocar mi entrada por la ropa que tengo puesta, así que, si no voy a coquetear, ¿para qué voy casi desnuda? — Buen punto, te dejaré en la mejor sala, ya si alguien te invita a su sala privada, estás sola. — dice Cristian y yo sonrío. Hoy voy a salir de mi zona de confort, dejaré de lado la mujer que solo trabaja y estudia, para sacar a una Axael que nunca he visto pero que necesito conocer si no quiero que mi juventud se marche antes de yo disfrutarla. Lauren de inmediato celebra porque estamos en la mejor sala general donde apenas entra y ella es llevada lejos, por eso, quedo sola mirando a mi alrededor mientras Andrés niega observándome, porque ahora no soy yo. — ¿Estás segura que quieres esto? — Eso es lo que intento descubrir, ahora sírveme un wiski seco. — ordeno por primera vez en mi vida. — Nunca te he visto tomando, Axael. — El trago, por favor. — Recuerda que debes tomarlo con calma. — dice Andrés y yo tomo la bebida para marcharme lejos del molesto cantinero. De inmediato, miro a mi alrededor en busca de un asiento libre, pero, todos están en compañía que no puedo simplemente sentarme y fingir que puedo integrarme. Por eso, recorro la sala hasta que finalmente encuentro un hombre solo con muchos asientos a su alrededor solos. — Por fin puedo sentarme. — digo caminando hacia el hombre que solo me observa levemente para concentrarse nuevamente a su trago. Decido no molestarlo, ya que parece aburrido, quizás tanto como yo. Por eso, me siento a su lado en silencio deseando que la noche pase rápido, porque sin duda, la persona que es introvertida no socializa aunque el lugar sea para eso. Sin embargo, aunque llevo mucho tiempo trabajando en este club, el hecho que me vean y susurren entre ellos me causa preocupación ya que solo significa que he cometido un grave error. El problema es que no sé el error que he cometido. ‘No debí hacer esto, Lauren se ha marchado rápido y yo solo estoy siendo criticada por algo que no sé qué hice.’ me digo mentalmente. — Debí cometer un error muy grande. — ¿Por qué lo dices? — pregunta el hombre extraño a mi lado. — Es mi primera noche como clienta, así que, no sé muchas cosas, pero, la forma en que me miran todos solo significa que he cometido un grave error, — ¿En serio? — Sí, el problema es que no se cual es. — digo preocupada y el hombre a mi lado sonríe mostrándome unos perfecto labios curvilíneos y unos ojos verdes que parecen deleitar a cualquier mujer que tenga el honor de verlos. — Creo que el problema soy yo. — dice él aun sonriéndome. — No lo creo, solo me miran a mí y la verdad, nadie se atrevería a criticarlo cuando usted parece alguien muy importante y yo solo… Me quedo en silencio, se supone que no debería causar lastima sobre todo, cuando vine a divertirme y olvidar mis problemas. — ¿Solo qué? No terminaste tu oración. — Míreme. — digo con obviedad. — Eso hago, pajarito. — dice él observándome de una forma que aunque me asusta no lo hace de la forma en que normalmente ello me paralizaría. Es como si quisiera jugar con este peligro y no sé cómo interpretarlo, porque soy una chica de veintiséis años inexperta en todo el sentido de la palabra. — ¿Acabas de decirme pajarito? — pregunto confundida. — Sí, me pareces un lindo pajarito. — Debería detenerse, soy fácil de sonrojarme. — Lo sé, lo noté desde antes que te sentaras a mi lado. — dice él bebiendo por completo la bebida por lo que, yo tomó mi trago e intento levantarme, pero, una mano firme me agarra con fuerzas y me regresa a mi asiento. Todos emiten un sonido que silencian rápido porque aunque están muy sorprendidos no es siquiera posible que ellos molesten al hombre que se gira para verlos y todos de inmediato se alejan al menos un metro. ‘¿Quién rayos es este hombre que parece causar temor en todos los presentes?’ me pregunto mentalmente. — ¿Qué estás haciendo? — No te observan porque seas una chica insegura, te están mirando sorprendidos porque nadie se sienta por su propia voluntad a mi lado, después de todo, todos huyen de mí y quien se mantiene cerca, lo hace con una distancia prudente por temor a que lo mate. — dice él observándome mientras sonríe como si cada palabra dicha fuera una broma para él, aunque sus ojos me dicen lo contrario. — ¿M-matar? — pregunto implorando que me diga que es una broma. — ¡Axael! — grita Andrés con un rostro lleno de pánico. Si antes creía que debía marcharme, ahora estoy completamente segura al ver que Andrés ha traído al administrador del club. — ¿No sabes quién soy, pajarita? — N-no, pero no es necesario presentarnos, ya me marcharé. — susurro con temor a descubrirlo y arrepentirme. El hombre ni siquiera se ve molesto por lo que he dicho, por eso, intento alejarme, pero, lo que logro es sentir como él me hace girar solo para recibir sus labios en un beso que me aturde por completo. — ¡¿Qué estás haciendo?! — No querías presentarte así que salté ese paso, ahora dime pajarita, ¿disfrutaste el beso como yo lo disfruté?Dos días después.Era el momento de despedirla, no era posible mantenerla más tiempo con nosotros cuando su alma, eso que la hacía ser una mujer que portaba paz, amor y deseos de ser mejor, ya no se encuentra con nosotros. Por lo menos, no se encuentra ya en su cuerpo.— Hijo, ¿Cómo te sientes?— Como si me hubiesen quitado el corazón, respiro de forma mecánica, pero, no lo hago bien, porque la mitad del corazón pertenece a los pulmones y la otra mitad, le lleva sangre a un cuerpo que quiere darse por vencido.— Maximiliano…— Pero, no lo voy a hacer, quiero estar con ella, continuar nuestra historia en el más allá, pero, es porque no quiero separarme de mi querida esposa y no porque quiera morir, no como antes que solo pensaba en eso, si no, como una forma de hablar con ella.— Eso quiere decir…— No necesitas preocuparte
Meses despuésNarra MaximilianoEl tiempo ha pasado, mi esposa ha tenido días buenos y otros no tan buenos, hemos paseado, recibido mucha medicina para dolor y poco pronóstico para mi mujer debido al crecimiento de los tumores.Los dolores de cabezas han continuado, unas veces más fuertes que otras, pero, además de la morfina ya inyectable, le han permitido que haga cosas divertidas, esas que le ayuden a distraer la mente y por eso, hoy estamos en un parque de diversiones.Porque de todas las cosas que hemos hecho, nos falta el beso en la noria con nuestra pequeña que está por cumplir un año y ya camina e incluso habla bastante, aunque la mayoría son balbuceos que no se entienden.— ¿Estás segura de sentirte bien? — pregunto a mi esposa y ella, con más ojeras que rostro, asiente.— Me encuentro mejor que el día que fuimos a surfear. — respo
Maximiliano no cree lo que le digo y me toma de la mano sana rumbo al área donde están las tomografías y demás estudios de radiación. Sin esperar una llamada o siquiera que alguien le permita mi ingreso, me sienta en la maquina y entra a la cabina del radiólogo.— Necesito ver si los tumores en su cabeza han crecido, así que, haga todos los estudios que yo lo pago.— Pero, señor…— Lo pago con dinero o con balas, usted decide. — dice Maximiliano y el pobre empleado.No quisiera darle las malas noticias, pero, él insiste y por eso, me quedo inmóvil para que realicen los estudios que por el dolor de cabeza que he tenido, debe ser grave. Como ya me han hecho varias veces el mismo estudio, sé que debo hacer y por eso, cuando salgo entiendo porque Maximiliano me observa con dolor.‘Las cosas no están bien.’ Me digo mentalmente.
Por fortuna, el dolor de cabeza no se intensifica más y por eso, puedo continuar presente en la cita del hombre que de inmediato, recibe su tratamiento aunque me mira suplicante para evitarlo.— Eso no es negociable, los dos vamos a recibir nuestros respectivos tratamientos te gusté o no. Así pasó conmigo y aquí estoy; viviendo horas extras. — digo y él me observa con molestia.— No digas esas cosas, no son agradables. — dice mi suegro.— Dejaré de decirlo si aceptas recibir el tratamiento.— ¿Qué pasa si no lo hago? — pregunta mi suegro y yo lo observo amenazante.Sé que él es un hombre terco y más cuando se lo propone, por eso, miro seriamente a mi suero y me cruzo de brazos, para mostrarme imponente y lista para cualquier enfrentamiento.— Incluso si muero, sería capaz de hacer un pacto con satanás solo par
Con mi mano herida que no ha tenido el descanso que necesito, subo con mi hija al auto donde llamo a la cuidadora de mi hermana para que la prepare para salir a desayunar, porque aunque fui yo quien dio la orden, no tengo idea de a donde deberíamos desayunar.Al tener dos horas para pensar, busco en internet restaurantes agradables donde pueda estar con mi loca familia, cuando ya he hecho las reservaciones, envío la ubicación a la cuidadora de mi hermana y me encargo de revisar por mi cuenta los doctores más famosos por sus trabajos en pacientes con VIH.El tiempo va corriendo y yo camino hacia una tienda de ropa que aún no ha sido abierta, pero, los chicos llaman y nos desbloquean la puerta para comprar lo que mi suegro necesita. Con la ropa para él, camino hacia la habitación donde se supone que está mi suegro aseándose, cuando los chicos me permiten el paso, noto que si está obedeciendo y por ello, le
Apenas entro el desagrado me invade porque hay todo tipo de rastros de drogas que sin duda, tienen más que un problema de adicción. En el suelo, hay varias jeringas usadas y chicos que están en un viaje astral donde no es posible alcanzarlos, por lo que, niego de inmediato.Hay tantas personas ebrias y drogadas que es fácil encontrar al hombre que se supone es dueño de esto, uno que pensé que estaría llorando o ebrio pero solo, cuando la realidad es diferente.— ¿Se puede saber que estás haciendo? — pregunto enojada.— Disfrutando de la poca vida que me queda. — dice él y yo tensiono mi cuerpo.— ¿Es eso lo que quieres mostrarle a tu nieta? Porque ella viene conmigo. — digo girándome para que su atención se concentre en la puerta donde mi esposo al poco tiempo aparece con la bebé en su silla.— ¡Salen todos de aqu&
Último capítulo