LUCA
La noche caía sobre Milán como un manto de terciopelo negro. Luca De Santis observaba la ciudad desde la ventana de su apartamento, un vaso de whisky en la mano y el peso del mundo sobre sus hombros. Las luces de la metrópoli parpadeaban como estrellas caídas, indiferentes al tormento que lo consumía por dentro.
Tres semanas habían pasado desde su confrontación con Bianca. Tres semanas de silencio absoluto. Tres semanas de vigilarla desde las sombras, sin que ella lo supiera.
—Debería haberle dicho la verdad desde el principio —murmuró para sí mismo, mientras el líquido ámbar giraba en su vaso.
El apartamento, minimalista y frío, reflejaba el vacío que sentía. Las paredes desnudas guardaban los secretos de un hombre que había construido su vida en torno a la lealtad, solo para verla desmoronarse por sus propias decisiones.
Sobre la mesa de centro reposaba un expediente. Fotografías de vigilancia, informes de movimientos, transcripciones de llamadas. Todo sobre la familia Rizzo, l