Inicio / Mafia / Jenn. / Capítulo 36.
Capítulo 36.

Jenn:

Semanas después.

Miraba a mis hijos jugar con Seok Jun en el jardín, a pesar de haber llegado hace tres semanas a casa, se acostumbraron a mi rapidamente, cosa que agradezco con el alma por que me doleria mucho si ellos no me quisieran un poco.

Pero mis niños son demasiado dulces y buenos, aun me entristece el hecho que estuvieron en un orfanato por tres años. Tres años que pasaron separados de mi sin poder hacer nada. Ahora los tenia conmigo, pienso protegerlos.

A estas alturas del partido, el anciano debe saber que están conmigo, no se ha aparecido por que sabe que Seok Jun tiene poder y como su apellido vale más, no quiere hacer un escándalo.

Ahora ese es uno de mis objetivos, exponerlo en las redes y las noticias. Estoy en Corea y aquí hacer eso, es como ir de paseo, algo sencillo.

En unos meses mis hijos cumplirian cuatro años, espero que para ese entonces esa familia haya desaparecido de mi vida. Cuando concrete mi venganza, me ire a mi pais y comenzare una vida lejos de ellos.

Pensaba a diario lo que pasaría en mi vida amorosa, pues sigo amando a ese par con mi vida, pero ellos decidieron hacer las cosas mal y honestamente no deseo regresar con ninguno, por más que los ame, mis hijos están primero. Dak Ho va a casarse, Ryosuke sigue luchando por mi perdón y Jiwon pues, el se ha ganado un espacio especial en mi corazón. Justo ahora no me siento lista para una relacion.

Por que cuando creí que nada pasaría, termine del otro lado del mundo.

—Jenn —Ryosuke aparecio, ya estaba completamente recuperado, aunque tenia rastros de la paliza que le dio Dak Ho.

—Hola.

—¿Podemos hablar?

—Claro.

—¿Por que no me dejas acercarme a mis hijos? —miro hacia el jardín— Se que no tengo derecho a reclamar, pero... Me duele no poder estar con ellos.

—Por que para mi es un riesgo —me miro—. No pienso exponer más a mis hijos.

—Pero son mios tambien —dijo con tristeza—, no sabes lo que me duele no poder hablar con ellos, compartir la cena. Al idiota ese si lo dejas y a mi, que soy su padre me lo niegas.

—Ese idiota movió cielo, mar y tierra para traerme a mis hijos... El merece mas que tu que estén a su lado.

Me arrepentí de inmediato al decirle eso a el, solo bajo la mirada y lo vi soltar las lagrimas. Miro una vez mas hacia el jardín y se fue.

A mi me duele mas que a ellos esto. No me gusta tratarlo así, pero es lo que se han ganado.

—Fuiste muy dura —mire a Jiwon—, el tipo no me agrada en lo absoluto, pero es el papá de tus hijos.

—Lo se, pero es lo que obtienes por hacer las cosas mal ¿no?

—No voy a meterme, pero ¿ya hablaron sobre los tres años que estuviste desaparecida? Por que si me lo preguntas, de los dos aquel sujeto fue el que sufrió más.

—¿Sufrió más? —solté incrédula— Yo fui la que sufrió en todo esto Jiwon, me encerraron y me quitaron a mis hijos, no conforme con eso casi me matan.

—¿El tiene la culpa? —no respondí— Hasta donde me has contado, los Yakuza te respetaban y te protegían, tanto tu como el, confiaron en el anciano y terminaron mal... Y no lo estoy defendiendo Jenn, pero al menos piensa en que el sufrió casi lo mismo que tu —me tomó del rostro—. El creyó que estabas muerta al igual que todos.

—No puedo acercarme asi de facil —me aleje de el—, ellos mataron lo que era, no esperes que los trate como si nada paso.

—En eso tienes razón, pero ellos son sus hijos —dijo tranquilamente—, si no quieres estar con el, bien por ti, pero no le niegues el derecho de padre, no lo hagas mas difícil preciosa.

Se fue dejándome sola. Odiaba admitirlo pero el tiene razon, mis pequeños están ajenos a lo que pasaron y prefiero que así sea. Ji Ah se acerca sigilosamente a la puerta de la habitación de Ryosuke, ella es la mas curiosa de saber más sobre el.

Pero es mas mi afán de protegerlos que lo conozcan.

Y ahora que lo pienso, a Ryosuke no le queda ya nada mas, el renuncio a su puesto y se quedo en la calle, pese a que tiene dinero, mucho dinero, no toca nada de ello. Solo se arrastraba sin control y es cierto lo que dice Jiwon, de los dos, el sufrio mucho mas.

Dak Ho en cambio, hizo su vida y eso me duele aun mas por que me había dicho que me amaría, de solo pensar en el acostándose con esa mujer me llena de mucha rabia y aun mas de que se va a casar y tener un hijo.

Me molestaba por que aun seguía amándolo, el no merece eso de mi.

—Mama —Ji Ho entró a la casa.

—Mi amor tienes las mejillas rojas —lo cargue— ¿estás cansado?

—No, solo quiero jugar más, pero con mi papá.

—¿T-Tu papa?

—Si mamá, se que el es mi papá ¿por que no dejas que nos hable?

—Son cosas de adultos mi niño —acaricie su mejilla—, algun dia lo entenderas.

—Esta bien.

Están pequeños para que estén lidiando con algo asi. Pero cuando esto termine, me iré de este pais para regresar con mis padres.

(...)

Mas tarde.

Entre a la habitacion de Ryosuke puesto que no había salido de ella en todo el dia. Cuando lo hice lo encontré tirado en el suelo con una botella en la mano casi que dormido.

—Suke —le quite la botella—, hey.

—Dejame tranquilo Dak Ho —murmuró—, vete con ella, déjame morirme e irme con Jenn.

—Tomaste demasiado —tomé su rostro y abrió los ojos—, estás borracho.

—Eres un maldito ángel —sonrio, las lagrimas se derramaban por su rostro—, no merezco que me ames ¿sabes? Jamas me perdonare no haberte creido en ese segundo... Pero al igual que todos, confiamos en la persona equivocada.

—Ya no digas eso —limpie sus lagrimas—, no llores por favor.

—No —quito mis manos con algo de brusquedad— ¿sabes? Me quiero morir, prefiero eso a que me sigas odiando.

Me dio un leve empujón y se puso de pie como pudo. Camino hasta el otro lado de la cama y busco algo, me puse de pie al ver que era un arma.

—Ryosuke.

—No —se la puso en la cabeza—, prefiero morirme antes que seguir con esta culpa —se tambaleaba— yo te creí muerta Jenn ¡Creí que estabas muerta! ¡¿Por que no puedes entenderlo?! —grito— Confie, confié en las personas incorrectas —soltó un fuerte sollozo—, ahora por mi culpa no puedo acercarme a mis hijos.

—Basta por favor, no hagas una locura —dije al borde de la desesperación—, los niños están en la casa, piensa lo que vas a hacer.

Jiwon entró a la habitación junto con Seok Jun.

—Joder, hey idiota —mire a Jiwon— ¿de verdad quieres morir? Entonces dispara y termina con tu vida.

—¿Que haces Jiwon?

—Incitándolo a que dispare —el miraba a Ryosuke—, vamos bastardo, dispara.

—¡Callate! ¡Callense todos! —gritó el— Yo... Yo tengo que terminar con esto... —miro a la nada— Ustedes no saben lo duro que fue para mi ir a llorarle a una tumba vacía, llorarle a mis hijos.

—Basta —me miro—, detente, no hagas algo estúpido Ryosuke.

—Deja que se dispare.

—Callate Jiwon.

—¿Así es como quieres terminar? —Jiwon no pensaba callarse— con una bala en la cabeza ¿eh? Vamos, dispara y deja a tus hijos sin padre ¿piensas dejarlos solos?

—Piensa en los niños —dije al borde del llanto—. Ryosuke por favor... Piensa en nuestros hijos.

—No —negó una y otra vez—, no merezco seguir viviendo.

—Detente, te lo pido.

—¡Dispara! ¡Vamos bastardo, suelta el gatillo! —Jiwon seguía incitándolo a disparar.

Ryosuke bajó el arma y la lanzó al suelo, luego el cayo de rodillas, yo corrí hacia el para apartar el arma y abrazarlo, el se aferro a mi con fuerza. Mire a Jiwon quien tomó el arma y la desarmó, el arma no tenía balas.

—¿Crees que dejaría un arma con balas? El idiota ni se tomó el tiempo en revisarla —suspiró—, hay que ocultar el alcohol, es un idiota.

—Jenn —murmuró en mi cuello—. Perdoname, soy un bastardo que no merece nada de lo que tiene o tuvo en la vida, siempre termino arruinándolo todo.

—Calmate —acaricie su espalda—, no lo hagas de nuevo por favor, piensa en tus hijos.

—Lo lamento, lo lamento —volvió a sollozar—, lo lamento.

Seguía pidiendo perdon una y otra vez. Pensaba en las palabras que me había dicho Jiwon, que de los dos el era quien sufría más por mi y ahora es que me doy cuenta de que es así por lo destruido que esta.

Lo puse de pie como pude y lo acosté en su cama, el solo cerro los ojos y se quedó dormido. Espero que mañana recuerde lo que intento hacer, y si no, me encargare de recordárselo.

—Jenn te amo —susurro dormido—, te amo.

—Este muchacho necesita ayuda —dijo Seok Jun—, ademas, tomo mi mejor botella, merece que le de una paliza.

—Basta papá —Jiwon rio—, solo es una botella, pero si, necesita ayuda... —me miró— ¿te quedaras con el?

—No —negué—, tiene que dormir.

(...)

Al dia siguiente.

Estaba peinando el cabello de Ji Ah, sonreí al ver que al menos saco algo de mi. Tiene una enorme y frondosa cabellera negra preciosa.

—Mami.

—¿Si mi amor?

—No seas tan dura con papi —me miró—, casi siempre lo escucho llorar en el cuarto. Seguro se porto mal, pero todos tenemos una segunda oportunidad ¿no?

Quedé estupefacta al escucharla decirme eso, ella casi nunca habla y ahora me dice esto con tanta tranquilidad.

—Mi amor, aun estas pequeña.

—Lo se, pero quiero que papi este conmigo y Ji Ho. Dale permiso.

—Lo pensaré ¿de acuerdo? —ella asintió.

Ella se fue a jugar, yo me quede en la sala, pensaba en lo que ella me había dicho. Eran tan pequeños y entendían mejor que yo algunas cosas.

Pero para mi no es sencillo perdonar de la noche a la mañana. Aun sigo teniendo el rencor en mi pecho.

Mire hacia los pasos que escuche, Ryosuke venía a paso lento, lucia terrible.

—Hola —murmuro sin voz—, yo... Lo lamento.

—¿Recuerdas lo de anoche? —me puse de pie.

—Si y...

No lo deje terminar por la bofetada que le di.

—Que sea la última vez que en tu vida hagas una estupidez como esa —me miro— ¿Está claro? Si quieres quitarte la vida, adelante, pero no estando mis hijos presente... —dije entre dientes.

No lo deje que respondiera, simplemente me fui de ahi y me encerré en mi habitación a llorar, lloraba de la rabia y de miedo por lo que había pasado anoche, ni siquiera pude dormir. Estaba tan molesta por estar lidiando con todo esto.

Yo solo deseo que esto termine para poder irme con mis hijos lejos de esto.

Mi teléfono sonó ya tendi sin ver quien era.

—Hola.

—Jenn.

Me tense al escuchar la voz de Dak Ho ¿como mierdas obtuvo mi numero?

—Te llamo para que nos veamos.

—No.

—No te preocupes que nadie sabe que estoy hablando contigo..

—No confio en ti.

—Lo se —dijo de forma fría—, pero es urgente que nos veamos, tengo a Areum.

—¿Que? —me puse de pie.

—Te veo en una hora —colgó.

A mi telefono llego un mensaje con la dirección del lugar. No sabia si realmente podía confiar en la palabra de Dak Ho, pero necesitaba saber si de verdad tenía a Areum.

Busque una chaqueta y el arma. Como pude salí de la casa con el corazón en la boca.

Tome uno de los autos y conduje hacia donde Dak Ho me indicó, era una especie de terreno baldío en donde habían autos destrozados y mas chatarra. Cuando salí del auto, camine un poco hasta verlo.

Estaba solamente el y Areum, ella estaba atada y de rodillas.

Dak Ho al verme no hizo nada, solo se quedo ahí parado sin alguna expresión en su rostro. Me acerqué con cautela con el arma en la mano.

—Hola nena —dijo de forma tranquila— Estas hermosa.

No le respondí, solo miraba a los alrededores.

—Estamos solos, se que no confias en mi, pero te estoy dando mi palabra... —sonrio— Antes de entregarte a Areum quiero saber ¿como estan mis pequeños? ¿Están bien?

—Lo están.

—Escuche que Ji Ho es idéntico a mi —rió— eso me alegra, me alegra saber que hay pedacito de mi en el... —suspiro— Y que Ji Ah es una niña preciosa —se quedó en silencio por un momento—. Me costo, pero la encontré —señaló a Areum—, te la entrego antes de que yo mismo la mate.

—¿Por que..?

—¿Por que lo hago? Por que no me queda tiempo, con lo que me queda trataré de enmendar mis errores, te entrego a Areum, te prometo que te daré a mi abuelo... Solo dame un poco mas de tiempo.

No entendi bien lo que quiso decirme, pero eso no me importaba ahora. El se acerco a mi con Areum tratando de soltarse. Al tenerla frente a mi, la golpee y la deje inconsciente.

—Bien hecho nena —jadee cuando me tomo de la cintura y me pego a el.

—Suéltame Dak Ho.

—Dejame tenerte así por un momento —rozó sus labios con los míos—, maldita sea Jenn, no sabes cuanto te amo.

—Me amas y te vas a casar con otra... Hasta un hijo van a tener.

—Ella no esta embarazada —me dijo con mucha tranquilidad—. Pero si, me casare... Si no lo hago, mi abuelo me matara y no puedo dejar que eso suceda.

—No te creo una m****a —dije tajante—, deje de creer en ustedes cuando no creyeron en mi.

—Si, me merezco que me odies —murmuró—, me duele, pero ya no se puede hacer nada... De todas maneras, ya estoy muerto —lo mire a los ojos—. Mi abuelo es alguien intocable, pero te lo daré en bandeja de plata, solo necesito un poco más de tiempo, creeme que me muero por matarlo, pero eso sería demasiado sencillo para mi... Merece morir lentamente.

—Sigo sin creerte, le diste una paliza a Ryosuke.

—Tenía que hacerlo —dijo en voz baja—, mi abuelo no iba a dejarlo vivir. Solo te pediré una cosa, deja que el se acerque a mis hijos... Yo sufrí creyendo que estabas muerta, pero el de verdad la paso peor que yo, deja que el ame a mis hijos por los dos, es lo único que te pido Jenn.

—No... Yo..

—Por favor —me imploró con lágrimas en los ojos—, se que no merezco siquiera pedirtelo, pero concédeme esto, deja que el sea el padre que mis hijos merecen.

—¿De que hablas? ¿Por que hablas de esa manera? —pregunte con miedo.

—No te preocupes por ello —su mano se poso en mi mejilla—, te prometo que todo va a terminar nena.

No me moví cuando me beso, solo fue un beso corto que correspondí, luego el se aparto de mi y tomo a Areum para subirla al auto. Me dio otro beso pero en la frente y se fue, volví al auto para revisar a Areum por si tenia algun microfono o gps, por suerte no tenía nada.

Subí al auto para regresar a la casa, mire a ver si no me seguían pero no fue así, llame a Jiwon para decirle que tenia a Areum en mi poder y que lo vería en el almacén.

(...)

—¡¿Estas loca?! —cerré los ojos— ¿Como demonios te vas sin protección?

—Cálmate —le dije—, tome las medidas de seguridad Jiwon, nadie me siguió.

—Es increible —camino de un lado a otro—, pudiste correr peligro.

—Ya basta, no paso nada mas.

—¿Segura? —le asentí— ¿Dak Ho te toco o te hizo algo?

—¿Crees que lo permitiría?

—No lo se, tu dime.

—Jiwon, no... No paso nada.

—Te recuerdo que eres pésima mintiendo... —se poso frente a mi— Te beso ¿no es así?

No le respondí.

—No lo creo —soltó una risa tensa— dejaste que te tocara.

—No fue así Jiwon, si me besó, pero no paso nada mas..

—En eso si te creo, saber que te toco hace que me hierva la sangre —dijo entre dientes— ¿Por que lo dejaste?

—Me tomó de imprevisto...

—¿Te gusto?

—¿Por que me preguntas eso?

—Por que quiero saberlo Jenn.

—Pues si, sabes que aun lo amo... Pero no por eso dejare que vaya más allá Jiwon.

Jiwon me tomo de la nuca y me beso con fuerza, tanta fue que me costo corresponderle. Rodeo mi cintura y me alzo con rapidez, empezó a caminar conmigo en sus brazos, ambos entramos al auto, no se como lo hicimos pero quede encima de el.

El empezó a quitarme la chaqueta con rapidez al igual que mi blusa, yo le quite el sueter que el traía puesto. Mi cabeza se fue hacia atras cuando soltó mi boca para irse a mis pechos, los apretó por encima del brasier robandome un gemido.

Jiwon rompió mi brasier en dos para liberar mis pechos que de inmediato los metio a su boca, su húmeda lengua hacia circulos sobre mi pezón erecto. Escucharlo gruñir de esa manera me parecio lo mas excitante que he escuchado en mi vida.

Mientras seguía devorando mis pechos, el mismo soltó el botón de mi pantalón para meter su mano dentro de este y tocarme.

—Estas lista Jenn... —jadeaba sobre mi piel.

En un movimiento bastante ágil, me quito mis Jeans junto a mi ropa interior. Me giro y me acostó sobre el asiento, beso mi cuello con ímpetu y necesidad. Mi espalda se arqueó cuando sus dedos entraron en mi, me mordí el labio para no gritar.

—No contengas esos gemidos —mordio el lobulo de mi oreja—, he esperado demasiado para escucharte gemir.

No pude contenerme, comencé a gemir mientras que Jiwon metia y sacaba sus dedos con fuerza de mi interior. Mi vientre se contrajo y deje salir mi orgasmo. Mi cuerpo estaba pasando los espasmos. Jiwon se metió entre mis piernas y se soltó el pantalón para sacarse el miembro.

Con solo el roce de su punta mi cuerpo sintió de nuevo el espasmo. Poco a poco entro en mi y comenzó a moverse con fuerza.

—¡Ah si!

Las estocadas de Jiwon eran fuertes pero placenteras. El placer inundo mi cuerpo y quede encima de el de nuevo. Mis caderas comenzaron a moverse con fuerza mientras que el devoraba mis pechos.

Jiwon me tomo de la nuca de nuevo para besarme, metió su lengua dentro de mi boca causándome un placer que era difícil de explicar. Nuestros cuerpos se tensaron hasta que dejamos salir el orgasmo.

Siento que esto no es suficiente.

No lo es.

—Regresemos a la casa —me dijo jadeante—, necesito terminar esto en la cama.

(...)

Habíamos regresado a la casa, mañana me encargaria de Areum.

Mi cuerpo se sentía liviano, pero por dentro necesitaba volver a tener sexo, Jiwon me dejo en casa ya que se le presentó algo en la empresa. Cuando entre a mi habitación, Ryosuke estaba sentado en mi cama.

—¿Que haces aqui?

—Quería hablar contigo —me miro—, luces espléndida.. Te acostaste con el ¿verdad?

—Si —me sincere—, tuve sexo con Jiwon.

—Vaya —se puso de pie y se acercó a mi—, otro hombre te ha tocado.

—No le veo el problema, soy una mujer soltera y puedo tener sexo con quien quiera. Así como lo hicieron ustedes.

—¿Que te hace creer que me acosté con alguien más? —quedó cerca de mi rostro.

—¿Lo vas a negar?

—Si, por que jamas toque a otra mujer... —murmuro— Jamas se me cruzó por la mente hacer algo asi, por que senti que te estaba traicionando.

Ryosuke tocó mi mejilla y daba suaves caricias en ella.

—¿Como podria tocar a otra mujer? Si para mi no habia nadie mas, mis ojos, mis manos no tocaron a nadie más que no fueses tu Jenn —nos miramos— Y me duele que el te haya tocado, pero se que no soy nadie para reclamarte algo... Supongo que es algo con lo que tendré que vivir ¿no?

Quería pedirle que me besara y que me tocara, quería escuchar cuanto me ama, pero eso seria darle entrada a mi vida y eso no lo pienso permitir, por más que me quebrara ante el, no iba a dejar que me lastimaran de nuevo.

Pero esos ojos, esos ojos oscuros que me miraban con amor me hacían recordar las palabras de Dak Ho. El era quien sufrió mas de los dos, pero solo pensar que no creyó en mi, hace que mi rabia aumente.

—Lamento lo que hice anoche, te prometo que no sucederá de nuevo, no puedo abandonar a mis hijos.

Se apartó de mi lentamente, iba a salir pero antes dejo un beso en mi mejilla y salió.

Escuche las risas de mis hijos y sali. Ryosuke los había cargado a ambos, el reia al igual que ellos y sonreía con tristeza, aquella familia nos ha quitado mucho, tanto a el, como a mi y a nuestros hijos.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP