Dmitriy Romanov es un hombre frío, despiadado y cruel. Es un mafioso muy importante e influyente en su mundo. Él es poderoso y está acostumbrado a que siempre se haga su voluntad. Dmitriy un hombre solitario que se resigna a no volver a enamorarse nunca más en la vida luego de que perdiera a la única mujer que ha amado. Irina Fedorovna es una mujer inteligente, bondadosa y carismática. Es una abogada muy importante en la firma de su padre, su único propósito es llegar a ser tan buena como su padre. Ella cree en el amor verdadero y recíproco y sueña con casarse con el hombre ideal. Irina queda en medio de una guerra de intereses sin poder evitarlo siendo la única perjudicada. Un matrimonio forzado sin amor, un compromiso falso y mucho deseo hace que la vida de Irina y de Dmitriy sean un completo caos. ¿Podrá el amor nacer entre ellos dos que son polos opuestos? ¿Podrán superar los secretos y mentiras del pasado?
Leer másDmitriy, el amo de la mafia.
Moscú/ Rusia
Luego de un largo viaje Dmitriy se encontraba de regreso en su país, estiró el cuerpo y acomodó su traje una vez que descendió del avión.
Los autos al igual que sus guardaespaldas esperaban por él, debido a su oficio lo único que lo hacía feliz era estar al lado de su esposa.
A la distancia su hombre de confianza se acercaba velozmente mostrando en su rostro preocupación, en la mano sostenía el móvil.
—Señor...
—¿Qué sucede?, ¿por qué actúas como si fueras un novato? —indagó mostrando su frialdad mientras se acercaba a uno de los autos.
—He recibido una terrible noticia —Dmitriy continuó avanzando sin mostrar importancia, lo único que deseaba era estar en su casa y abrazar a su esposa—. Señor... Se trata de tu esposa —al escuchar aquellas palabras él sé detuvo.
—¿Qué sucede con ella? —Dmitriy giró su cuerpo quedando frente a su hombre de confianza.
—Yendo de regreso a la casa fueron interceptados, acabaron con los hombres a cargo de su seguridad y finalmente arrebataron su vida —Dmitriy levantó el brazo y retiró los lentes oscuros que cubrían aquellos ojos grises.
—¿Qué?, pero... ¿cómo sucedió? —Ivan con temor se dispuso a responder a su jefe.
—Ella se encontraba en una cita médica, todo fue tan repentino que... —Dmitriy dando pasos cortos se acercó a él y le propinó una fuerte bofetada.
—Por tu bien espero que sea falsa la información que te han brindado, ella no puede morir, si ella muere... —Dmitriy apretó sus manos con fuerza, haciendo que sus nudillos se tornaran completamente blancos.
—No estoy mintiendo, quien me ha informado ha sido uno de los oficiales que trabaja para ti —aseguró Ivan.
—Llévame con ella —ordenó con un tono de voz vacío y luego subió a uno de los autos.
Dmitriy era un hombre frío, pero cuando se trataba de su esposa, era completamente diferente, la amaba con todas sus fuerzas y juntos habían planeado tener un futuro diferente, uno donde dejaría el pasado oscuro en el olvido y solo serían ellos dos.
Pensar que esa noticia era cierta, era algo que lo hacía perder por completo su razonamiento.
Unos cuantos minutos más tarde el auto se detiene, Dmitriy desciende y fija la mirada en la carretera que se encuentra acordonada, los oficiales alrededor impiden el paso, Dmitriy fácilmente es reconocido siendo saludado con una venia y le permiten el ingreso.
Los segundos transcurren en cámara lenta mientras que él se acerca a aquel auto que le había obsequiado el día de su boda, debido a los impactos se encontraba como una coladera; él tragó saliva mientras que sus ojos se engrandecieron visualizando aquella fuerte escena.
Las puertas del auto se encontraban abiertas, Dmitriy logró observar a sus hombres en la parte de atrás sin vida y con la pistola en la mano, con cada paso que daba su vida y su felicidad terminaban para siempre.
En el puesto del medio estaba el cuerpo de ella, Dmitriy sintió un frío recorrer su cuerpo, lentamente se acercó y acarició su fría mejilla.
—Amor mío, mi vida, te juro que quien lo haya hecho lo tendrá que pagar —habló con la voz entrecortada y sus ojos húmedos.
Corrió el cuerpo de uno de sus hombres y luego tomó el de su esposa, lo intentó sacar en sus brazos para darle una sepultura adecuada, pero un sobre en su mano llamó su atención.
«Para el amor de mi vida: Espero que pronto cumplas con tu parte ya que somos tres, eres un hombre genial y sé que serás el mejor padre del mundo, ahora me doy cuenta que no me equivoqué al haber entregado mi amor a alguien como tú, estoy segura que le darás a nuestro hijo protección y amor, quizás sea un poco apresurado, pero sé que estarás tan feliz como lo estoy yo».
Dmitriy abrió aquel sobre observando fijamente la ecografía donde se podía evidenciar el bebé que se encontraba en el vientre de su amada.
Con las manos apretó con fuerza el sobre, en aquel momento lo único que deseaba era poder encontrar al responsable de la muerte de su esposa.
—Ivan —gritó con fuerza Dmitriy y al instante su hombre de confianza se acercó.
—Señor estoy corroborando la información sobre el responsable de lo que ha sucedido, aún es demasiado prematuro, pero creo que tenemos al responsable —Dmitriy giró levemente el rostro conectando la mirada con la de su hombre de confianza.
—¿Quién fue el malnacido que acabó con la vida de mi esposa? —Dmitriy tenso la mandíbula mientras que su respiración se encontraba agitada.
—No queda duda alguna que se trata de Fedor, en el momento en el que sucedió todo han reconocido a varios de sus hombres.
—¿Fedor... ese maldito viejo?, pero ¿por qué rayos lo ha hecho?, creí que teníamos un acuerdo —el rostro de Dmitry cambió al instante.
El dolor se transformó en odio, aquella mirada fría y profunda solo querían decir una cosa, venganza.
—Encárgate del cuerpo de mi esposa, debo saldar una deuda —Ivan carraspeo la garganta arriesgándose al llevarle la contraria a su jefe.
—Señor, dejaré el personal necesario para que se encarguen del cuerpo de tu esposa, vayas a donde vayas recuerda que mi lugar es estar junto a ti sin importar lo que suceda —Dmitriy negó con la cabeza.
—Esta vez no será así, te estoy dando la orden directa para que te quedes a cargo del cuerpo de mi esposa, junto a ella he muerto ya no hay nada de mí que cuidar —espetó Dmitriy con frialdad.
Dmitriy dobló su cuerpo y besó la frente de su amada, tragó saliva desbaratando el nudo que había en su garganta.
—Iré a cobrar venganza, si algo llega a salir mal quiero que sepas que te amé y te amaré por siempre, adiós amor mío —Dmitriy se dio vuelta y se retiró.
Dmitriy completamente destrozado salió acompañado por la mayoría de sus hombres dispuesto a matar y morir.
Yendo de camino explotó su mal carácter, golpeó las sillas del auto maldiciendo su mala suerte y jurando acabar con Fedor y su familia.
Los autos se detuvieron frente a la entrada principal, Dmitriy junto con sus hombres fueron directo y con todo el peso de su odio en contra de los hombres que cuidaban de la entrada principal.
«Tu fin a Llegado Fedor, tendrás que sufrir hasta el último segundo de tu vida, me encargaré de acabar con toda tu mugrosa familia, frente a tus ojos acabaré con ellos y luego te enviaré al infierno para que se corra el rumor que Dmitriy Romanov es el puto amo de la mafia».
Felices por siempre. 20 años más tarde. Irina se sentía la mujer más feliz del mundo, era dueña y manejaba a su gusto una de las más grandes, poderosas, y reconocidas firmas de abogados, se sentía libre al no estar bajo la sombra de nadie, llevaba la vida que siempre soñó.Claro está que era mucho más de lo que un día llegó a imaginar; en aquel negocio se movía como pez en el agua, sus labores hacían que estuviera ocupada la mayor parte del tiempo, era apasionada por dar lo mejor de sí y esforzarse en conservar la reputación de su negocio. Los gemelos eran responsables, colaboraban en la firma de abogados, sin importar su edad, siempre fueron los consentidos de Irina, siempre les dio el cariño y el acompañamiento, guiándonos para que se formaran por el mejor camino.Antonio y Miguel ya no eran aquellos chicos busca pleitos, daban la vida por sus padres, además de esforzarse para llegar a ser unos poderosos y distinguidos abogados como su madre, eran dos apasionados por el deporte,
Cuatro años más tarde.El lugar se encontraba decorado, serpentinas y globos colgaban de un lugar y de otro, el patio trasero se encontraba lleno de invitados; Dmitriy ya no se veía como aquel hombre preocupado y lleno de problemas que un día lo fue, ahora se veía sonriente como cualquier persona. Bebidas y comida había de sobra, Dmitriy se encontraba hablando con sus nuevos amigos y vecinos, cuando sus hijos llegaron de a montón.—Papi, papi, Miguel me está molestando con el globo de agua —sé quejó Antonio.—Eso es mentira papá, Antonio lo único que busca es que me llames la atención, solo intento divertirme con todos los regalos que nos han dado, este es el mejor cumpleaños, me encanta que todos nuestros amigos hayan podido venir —se excusó Miguel. —Basta niños no peleen y menos frente a los invitados, ahora vayan y continúen divirtiéndose —Dmitriy colocó las manos sobre sus cabezas y sacudió los cabellos.Antonio y Miguel eran dos pequeños idénticos a su padre, pero con el caráct
Meses más tarde.Luego de que Dmitriy entregó el puesto de la mafia, y vendió los resultados de su trabajo salió del país junto con su esposa e hijos, todos están encantados con los cambios que Dmitriy hizo por el bien de la familia.Irina disfruta el amanecer, el clima, el ambiente y por supuesto el atardecer, todo ha hecho que se sienta de manera cómoda. Luego de despertar llevó la mirada a su alrededor, su esposo no se encontraba, se levantó y fue directo a un pequeño balcón.—Hermosa vista —Irina se acercó y lo abrazó—. Este es el mejor lugar que he visto en toda mi vida, extraño a mis padres, me gustaría traerlos con nosotros.—Buen día cariño, la belleza de este lugar combina perfecto con el color de tus ojos y tus hermosos labios —Dmitriy se dio vuelta y la besó.—No te aproveches, estoy muy embarazada, pero una vez que estos pequeños estén fuera de mi vientre no te dejaré dormir —espetó Irina y luego mordió su labio inferior.—Estas vacaciones me agradan, aunque me canso de ha
Días más tarde. Dmitriy se encontraba recostado sobre la puerta de la habitación de los niños, disfrutaba verlos jugar, su vida había cambiado de manera drástica, no había nada más que le apasionara que compartir con sus seres queridos. Luego de haber acabado con Andrei, la tranquilidad se podía respirar desde lejos, Irina se acercó, lo tomó de la cintura y besó su mejilla.—Hola cariño, sabía que te iba a encontrar en este lugar —Dmitriy sonrío y luego giró su cuerpo. —Ellos emanan paz y tranquilidad, solo nos tienen a nosotros, y si algo nos llegara a suceder quedarían solos, no puedo soportar el simple hecho de pensar que tendrían que sufrir en nuestra ausencia.—Entonces procura cuidarte y estar siempre para ellos —interrumpió Irina—. No me gusta escucharte hablar de esa manera, siempre estarás con nosotros, hemos tenido que luchar siendo perseverantes para que las cosas se dieran y ahora que lo tenemos... No puedes rendirte. »Piensa en ellos, piensa en tus hijos que vienen en
Irina estiró el brazo en dirección de dónde se encontraba su amado, dando pasos cortos se acercó, en aquel momento la noche se hizo más oscura, mordió sus labios tomando aliento para poder hablar, una fuerte presión en el pecho impedía que lo hiciera. —¡Dmitriy, Dmitriy, Dmitriy...!, amor por favor no nos dejes, no me abandones, te amo y te amaré siempre, ¿por qué tenías que enfrentarte a este desgraciado, por qué lo hiciste —con un tono de voz descargado se dirigió al único hombre que había amado en toda su vida.—Irina, amor, ¿qué estás haciendo aquí?, regresa a la habitación, no te encuentras segura en este lugar —respondió Dmitriy con la voz agitada luego de aquel duelo.—Si tu mueres estaría rompiendo tus promesas, ¡te odio! —le gritó levantando las manos llevándolas directo hasta su cabeza lamentando lo sucedido—. Te odio Dmitriy Romanov, te odio con todas mis fuerzas porque eres un egoísta, colocaste primero tu ego que tu responsabilidad como padre y esposo. —Te exijo que cum
Dmitriy Andrei caminaron en círculo, sus miradas se cruzaron como rayos de fuego deseando lo peor para el contrincante, por un lado estaba Andrei, un psicópata, un maníaco, un hombre al cual se le debía temer por su manera de actuar de manera sigilosa como un feroz lobo merodeando en medio de las ovejas aferrado a su realidad distorsionada.Del otro costado se encontraba Dmitriy, un hombre aferrado al amor por su familia, un hombre que había puesto los intereses de los demás antes que los suyos, un hombre nuevo que finalmente supo lo que era amar y ser amado, un hombre que estaba dispuesto a destruir el mundo por su hogar y al mismo tiempo ser tan dulce y tan tierno como sus seres queridos se lo pidieran. Andrei sediento de odio se lanzó sobre Dmitriy, los primeros golpes plegaron contra los brazos, Dmitriy de manera ágil lograba cubrirse y al mismo tiempo esquivar, a través de un pequeño espacio que había entre sus antebrazos lograba visualizar los movimientos de su enemigo. Andrei
Último capítulo