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Capítulo 32.

Jenn:

Una semana después.

Mañana era el gran dia, mañana vería a Dak Ho después de tres largos años. Honestamente no se si Ryosuke estará presente, no se como se llevan después de tres años.

Miraba aquel vestido negro puesto en el maniquí, Jiwon se encargó de traerlo exclusivamente para mi, los tacones rojos no hacían juego, pero se veian hermosos contrastados con el vestido.

Mañana, mañana volvería a ver a las personas que me lastimaron. No se como vaya a reaccionar o que vaya a hacer, había hecho una promesa y pienso cumplirla. Haré lo que me dijo Seok Jun, mantener la compostura y que ellos sean los que se intimiden al verme, no al revés.

Ahora contaba con los medios para buscar a mis hijos, por lo pronto pretendo hacerles pasar una muy mala noche y quitarles el sueño a todos ellos con mi presencia, que ellos sepan que estoy viva y dispuesta a hundirlos a todos.

Salí de la habitación y me dirigí hacia la cocina, al bajar me paralice al ver a Jiwon sin camisa, estaba sudoroso, creo que estaba entrenando.

—Hola preciosa —sonrio— ¿te gusta lo que ves?

—No seas tonto —rodé los ojos y caminé hacia la nevera.

—Se que te gusto, pero no quieres admitirlo —se posó detrás de mi y me susurro, mi cuerpo se erizo al escuchar su ronca voz en mi oído.

—No.

Me volteo suavemente y nuestros rostros quedaron a escasos centímetros, su cabello estaba mojado y el estaba sudoroso.

—Sal conmigo.

—¿Que? ¿A una cita? —rei un poco.

—¿Por que no? Somos adultos, estamos solteros —mire sus ojos—, hay lugares a los que desearía llevarte.

—Jiwon, no estoy para eso en estos momentos y lo sabes.

—Lo se, creeme que me queda claro... Pero no quiero hacerte sentir libre al menos por una noche.

—Si acepto ¿a dónde me llevarías?

—A comer, principalmente, luego al parque —se acerco mas a mi.

—Esta bien, acepto salir contigo... Pero, que sea mañana.

—¿Mañana? ¿Por que?

—Por que se que lo necesitare...

—Lo entiendo —sonrio y se aparto de mi—, hare mi mayor esfuerzo para que te sientas mejor.

Lo dudo, pero tenía que hacer algo después de salir de aquella fiesta de compromiso, me conozco y se que estar ahí, me va a dejar inestable por un momento.

(...)

Al dia siguiente.

Había llegado el gran dia, pase muchas horas sentada junto a la ventana tratando de convencerme de que podía hacerlo, puesto a que empezó a invadirme el miedo. El miedo de que ellos fuesen a intimidarme, pero luego pensaba en mis hijos, en que no se si estan comiendo bien, si se han enfermado.

Todo eso me carcomía la existencia, así que tome el valor para poder hacerlo y enfrentarme a esa familia.

El vestido estaba puesto en mi, tenia una abertura en la pierna que lo hacía lucir precioso. Yo misma me maquille y arregle el cabello, desde hace tres años no dejo que nadie desconocido se me acerque.

Ya lista, sali de mi habitación y poco a poco baje las escaleras. Jiwon estaba al final de estas esperandome, al voltear sonrio ampliamente e hizo una reverencia.

—Estas realmente hermosa, sabia que ese vestido te quedaría perfecto —extendió su mano hacia mi.

Tome su mano y dejo un beso en ella.

Jiwon lucía muy guapo en ese traje negro, el suéter de cuello alto le luce bastante bien.

Ambos salimos de la casa, los de seguridad nos esperaban afuera de la casa, me ayudo a subir al auto que el mismo iba a conducir. El subio a mi lado y me sonrio para despues encender el auto. El momento había llegado, era el momento de que todos supieran que había regresado de la muerte.

Jiwon condujo por un buen rato hasta llegar a la recepción, me sorprendió la cantidad de periodistas que habían afuera, era más que obvio, el heredero del imperio Kang iba a comprometerse.

Baje del auto y el lo hizo, por suerte nadie nos fotografió ya que ellos parecían mas interesados en la Reunión que se estaba celebrando adentro.

Caminaba del brazo de Jiwon hacia la entrada del lugar, la familia Kang en serio que se había esmerado en hacer una fiesta digna de su heredero, Dak Ho.

Tres años han pasado desde que me perdí, desde que nos perdimos. Desde que su familia me llevó de su lado y ellos no se dignaron siquiera a buscarme.

Jiwon me miro, en esa mirada había un poco de preocupación, lo hacía por mí, sabía que el verlo a el me iba a afectar, pero por dentro me mentalizaba de que no dejaría que esto me afectara.

—Recuerda que eres más que ellos Jenn.

—Lo soy.

Beso mi mejilla brindándome tranquilidad, Seok Jun había ingresado primero. Toda la crema y nata de Seúl había sido invitada, claro, para el mundo y la sociedad, la familia Kang eran los empresarios más aclamados y adinerados del pais y parte del mundo.

Las puertas se abrieron dejándonos entrar, de inmediato las miradas se posaron en mi. Los murmullos se hicieron presente entre las personas, Jiwon y yo avanzamos hacia Seok Jun.

El hombre sonrio con evidente orgullo hacia mi y extendió su mano que gustosa tome.

—Ella es mi diamante, Jenn —me presentó ante un par de hombres algo mayores.

—Un placer conocerlos —hice una reverencia.

—Por Dios, su coreano es fluido —dijo uno de ellos—, es hermosa.

—Claro que lo es, es mi obra maestra —Seok Jun me elogio—. El es mi hijo, Jiwon, llegó hace dos años de Canadá.

—Un gusto verlos —hizo una reverencia.

Ellos empezaron a hablar, yo fruncí un poco el ceño ya que sentí algo quemarme la espalda, voltee solo un poco, mi cuerpo se paralizo por completo al ver a Dak Ho, junto a el estaba Ryosuke.

Ambos me miraban como si estuviesen viendo un fantasma. En cambio yo, sentí como mi corazón estaba por salirse. Mire a Jiwon y el me sonrio. Me aparté un poco de el y empecé a caminar lejos de las personas por que sentia que me estaba ahogando.

Al estar afuera, senti un tiron en mi brazo, Dak Ho estaba frente a mi.

—Jenn —empezó a jadear—, joder, eres tu.

Me solte de el como pude, no puedo permitirme que me toque, su tacto me quema y no de la mejor manera.

—¿Como es que..?

—¿Como termine aqui? —le hablé en coreano y el se sorprendió— pregúntaselo a tu familia.

Ryosuke tomo mi mano y me llevó hacia otro lugar lejos del ruido y las personas. Dak Ho cerró aquella puerta y mis piernas se debilitaron al verlo quitarse el saco, eso me trajo recuerdos de hace tres años.

Al estar frente a mi, me tomó del mentón con sus manos, sin esperar tiempo me besó. Mis muñecas fueron inmovilizadas por Ryosuke quien besaba mi espalda y parte de mi cuello haciendo que mi piel se erizara por completo, sentí una de sus manos subir por la abertura de mi vestido.

Entonces, volví a la realidad. Como pude me solté de ambos, le di un pisotón a Ryosuke y una bofetada a Dak Ho.

—No me vuelvan a tocar, par de imbéciles.

No caería ante ellos, se lo jure a mis hijos, que seria fuerte y pienso cumplir ese juramento.

—Jenn —mire a Ryosuke, sus lágrimas resbalaban por sus mejillas—, estas... Estas viva —se acercó a mi—, por Dios, estas viva.

Me tomo del rostro y empezó a tocarme y a sollozar. No estaba preparada para verlo a el asi, esta delgado y ojeroso. Apreté las manos para resistirme a tocarlo, no podía hacerlo.

—Lo estoy —quite su mano de mi mejilla.

—¿Como es que terminaste aquí? —escuche a Dak Ho, aun no salía de su asombro.

—¿De verdad lo quieres saber? —lo mire.

—¿Dónde están mis hijos? —Ryosuke me sostuvo de los brazos e hizo que lo mirara— ¿Donde están?

—Suéltame —me safe de el—, ese no es su asunto... No merecen que sepan sobre mis hijos.

—¿Como que no? Son mis hijos también, tengo derecho a saber en dónde están.

—No lo sabrán por que ustedes hicieron su vida sin mi y mis hijos —los mire a ambos—. Y tu Dak Ho, me has decepcionado, vas a casarte..

—Yo... Yo pense que estabas muerta, maldita sea, te enterré... —estaba jadeando— Esto es una total m****a.

—Claro que lo es —respondí tajante—. Y los culpables de esto es tu familia Dak Ho.

—¿De que hablas?

—Tu abuelo —me acerque a el—, el bastardo de tu abuelo me secuestró aquel dia en el hospital, me trajo a Corea y me encerró en el sótano de su casa.. Estuve ocho meses encerrada en ese lugar —sonreí entre lágrimas—, No bastó con eso, si no que me Quitó a mis hijos, me abrió el vientre y los sacó de mi, se los llevo a algún orfanato, llevo tres años buscandolos.

El rostro de Dak Ho se desfiguro al escucharme, se había tambaleado un poco mientras negaba una y otra vez, seguramente tratando de procesar las palabras que habían salido de mi boca.

—Asi es Dak Ho, tu abuelo estuvo detrás de todo esto, todo este tiempo —hice una pausa—. Mi intento de asesinato, mi secuestro... Y se que cambio mi ADN para hacerme pasar por muerta ¿que se siente Dak Ho? —me miro— ¿que se siente que la persona en la que mas confiaste haya hecho todo esto conmigo y tus hijos?

—Lo que dices, tiene que ser falso.

—¿Crees que miento? —pregunte incrédula— ¿De verdad crees que miento? ¡Tu abuelo me lanzo al rio Han para que muriera! —le grité— ¡Tengo una enorme cicatriz en mi vientre! ¡¿Crees que miento hijo de puta?!

—¡Eso tiene que ser mentira..

Mi mano se volvió a estampar en su cara pero esta vez con mucha mas fuerza, logré abrirle el labio, el me miraba asombrado ante mi acción. No lo podía creer, aun después de verme frente a el, se niega a creerme.

—Es imposible —mire a Ryosuke—, el no estaba en Estados Unidos cuando desapareciste... Había una nota que decía que no soportabas el peso de estar con nosotros, ahora apareces tres años después del brazo de otro hombre, no entiendo una m****a.

—Por lo visto ninguno me cree, lo suponía —me rei—, si regresé es por que tengo un poderoso motivo, que es buscar a mis hijos... Cuando sepan la verdad, espero verlos de rodillas ante mi pidiéndome perdón por no haberme creído.

Antes de salir, me quede quieta y tomé el pomo de la puerta, mire a Dak Ho.

—Quiero que sepas, que no voy a descansar a hasta que tú familia pague por todo lo que me hicieron, y si te interpones en esto Dak Ho, te juro que te arrastro junto con ellos, más te vale no meterte en mi camino, la Jenn que ustedes conocian murió el mismo día en que me arrebataron a mis hijos, y no descansaré hasta que todos paguen.

Salí de aquel salon, me sente en un sillón a tratar de calmarme y limpiar mis lágrimas, nadie puede verme así, ellos no tienen que verme vulnerable.

—Jenn ¿estas bien? —Jiwon se agacho— ¿te hicieron algo?

—Nada, no me hicieron nada —me ayudo a ponerme de pie—, necesito un trago y saludar a algunas personas ¿vienes conmigo?

—Claro que si preciosa.

Tome una fuerte y larga respiración, al estar entre los invitados, el ambiente se sentía realmente tens. Seok Jun se acercó a nosotros.

—Siganme.

Lo seguimos hacia la mesa en donde estaba el abuelo de Dak Ho, habían pasado tres años sin verlo y vaya que el anciano sigue de pie. Al verme su sonrisa se borro y de inmediato puso cara de miedo.

—Hola padre —dijo Seok Jun en tono de burla—, hace muchos años que no te veia, la empresa de mi hijo fue invitada al compromiso, te presento a Min Jiwon, mi primogénito y mi futura nuera Jenn.

—Seok Jun, no es necesario que me presentes —tome la palabra—, el señor Kang y yo nos conocemos ¿no es así? hal-abeoji (Abuelo) —le sonreí.

—¿Qué significa esto Dak Ho? ¿Por que este hombre esta aquí? ¿Quien es esta mujer? —habló la señora, que supongo que es la abuela de Dak Ho.

El señor no respondió nada, no decia nada. Solo se mantenía en silencio, su mirada no se despegaba de la mia y mas satisfecha no pude estar al verlo así de nervioso y asustado.

—Lo siento si no me he presentado señora Kang, soy Jenn Foster, la ex pareja de Dak Ho.

—Por Dios —susurro—, tu.. Tu deberías estar muerta ¿que significa esto?

El abuelo de Dak Ho se puso de pie y se fue, mi mirada lo siguió hacia Dak Ho, quien se lo llevo lejos de la mirada de todos junto a Ryosuke.

La Reunión siguió como si nada, los invitados siguieron en sus asuntos, mientras que yo me divertía con la situación.

Dak Ho salió junto a su abuelo y este fue hacia su prometida, sabía que era lo que pasaria despues. El anciano tomó el micrófono y llamó la atención de todos. No escuche nada, solo miraba a Dak Ho quien le sonreía a su prometida y la llevaba hacia el medio del salon, todos aplaudían mientras que yo trataba de no quebrarme ante lo que veía.

Por mas que me doliera, por que me rompía, debía soportar esto. El ver como Dak Ho le colocaba el anillo a la rubia que sonreía como si se hubiese ganado la lotería. Todos los presentes aplaudían eufóricos por dicho momento.

Cuando dejaron de aplaudir, tome una copa y camine hacia ellos antes de que todos los fueran a felicitar. Me di la vuelta hasta así quedar ante toda la multitud, puse mi mejor sonrisa y alce la copa.

—Quisiera hacer un brindis —sonreí y mire a Dak Ho—, por esta hermosa pareja, que se, que se ama y que están en la dulce espera.

Dak Ho palideció al escucharme, mientras que ahora su prometida, me miraba con odio, se aferró a Dak Ho como una gacela indefensa que está apunto de ser atacada por una fiera Leona sedienta de su sangre.

—Por mi dulce y querido Kang Dak Ho, que la felicidad llegue a ti amor mio —alce la copa hacia el—, y cuida a tu bebé.. Que no corra con la misma suerte de los nuestros.

Los murmullos no se hicieron esperar, derrame el líquido ante ellos y lance la copa haciendo que rompiera en pedazos ante su mirada.

Camine hacia la salida, Jiwon venia detras de mi y me detuvo.

—No pensarás irte sola ¿o si?

—No pensaba hacerlo —le sonreí un poco— ¿esta mal si me llevas a esa cita ahora? Necesito respirar un aire distinto.

—Ya se a donde llevarte.

(...)

—¿En serio? ¿Tteokbokki? —reí.

—Hey, este es el mejor Tteokbokki de todo Seúl, esto acompañado de Soju y carne de cerdo, es lo mejor.

—No lo dudo —comí un poco—, de verdad esta buenisimo.

Ambos estábamos sentados en un puesto de comida callejera, muchos nos miraban extraño ya que estamos demasiado arreglados para comer aquí.

Esto era realmente delicioso, al igual que el pollo agridulce que Jiwon había pedido.

—No planeo emborracharme Jiwon.

—Tranquila, no pensaba hacer eso —sonrio— ¿como te sientes?

—Aunque no lo creas, un poco liberada... Aunque sigo pensando en mis bebés. Pero lo que mas me tiene pensando es que, Dak Ho siguió adelante con su compromiso a pesar de lo que le dije —suspire—, no me creyó.

—Sabía que algo asi pasaria Jenn —nego—. El respeta y adora a su abuelo, supongo que para el es un golpe algo duro de que su abuelo haya sido el culpable de todo.

—Lo se, pero aun asi me decepciona —murmure— Ryosuke tuvo sus dudas, pero esperaba que me dijera: Yo te creo. Pero no lo hizo...

Vi el dolor en su rostro, pero esperaba que me dijera que me creia y vendría conmigo a buscar a mis hijos, pero eso no sucedió.

—Sería tonto de mi parte decirte que les des tiempo pero no —ambos reímos—, no pienso dejar que ellos regresen a ti, me esforzado estos dos años en que te fijes en mi, estoy teniendo un progreso.

—¿Progreso? —rei— ¿que te hace creer eso?

Me tense al ver que acercó su rostro al mío, miro mis labios, luego a mi.

—Por que en la cocina, te puse nerviosa... Eso quiere decir que no te soy indiferente.

—Basta Jiwon —lo empuje y el rió—. Deja de decir tonterias.

—No lo son preciosa, me gustas mucho —me guiño un ojo—, soy mejor que ese par.

—Vaya, que egocéntrico eres.

La verdad, estar en su compañía me hace bien, es la única persona que me ha apoyado y cuidado estos tres años. Me hizo olvidar por un momento todo lo que había pasado anteriormente.

(...)

Después de caminar un buen rato por Seúl, habíamos regresado a la casa. Al estar adentro me quite los tacones sintiendo alivio en mis pies. Me quite el saco de Jiwon y se lo di.

—Gracias por la comida Jiwon.

—No hay de que, luego te llevaré a comer más comida Coreana que se que te encantará.

Se quedó en silencio y luego me miró con un poco de intensidad.

—A la m****a...

Me tomo de la nuca para unir sus labios a los míos, me costo un poco seguirle pero pude hacerlo, empecé a corresponderle el beso. No se como lo hizo pero me alzo con el enorme vestido puesto, caminó un poco y empezó a subir las escaleras.

Al estar arriba me bajo y me empotro contra la pared, tomó mis manos y las subió por encima de mi cabeza para seguir besándome. Al soltar mis labios se fue a mi cuello.

—Quiero que seas solo mia Jenn —susurro en mi oído—, no sabes cuanto te deseo.

—Jiwon —solté un jadeo.

Quería pedirle que se detuviera, pero mi cuerpo y mi mente no reaccionaban.

Abrió la puerta de su habitación, ambos entramos sin dejar de besarnos, al separarse un poco de mi, se Quitó el suéter que traía puesto junto con el cinturón, volvió a quedar frente a mi y delineo mi cuello y parte de mis pechos con sus dedos.

—Eres hermosa —nos miramos—, maldita sea, eres una hermosa obra de arte Jenn.

Mis palabras no salian, mi cuerpo respondia por si solo ante el toque de Jiwon en mi piel. Por mas que me negara ahora, quería que me tocara, que me besara y me hiciera suya.

—Voy a poner a todos a tus pies —se arrodilló ante mi y acaricio mi pierna—, te daré el mundo Jenn y la cabeza de cada uno de los que te han lastimado. Eso lo juro. 

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