Jenn:
Gangnam, Corea del Sur.
—Ten —recibí la comida— Estas en forma —sonrio orgulloso.
—Tu me entrenas Seok Jun, claro que lo estoy... Y gracias.
—No hay de que —sonrio—, por cierto, más tarde llega la información, lamento haberme tardado.
—No te disculpes Seok Jun, se que no es sencillo buscar información y más si es de los Kang.
—Si, pero se que la información que llegara sera confiable.
—Tu y la confianza hacia las personas —me rei.
—Oye, se que en este mundo no se debe confiar en nadie, eso me queda claro, pero hay que tener aunque sea una pizca de confianza para poder atacar como se debe, se que suena malo pero confiaste en las personas equivocadas y terminaste del otro lado del mundo.
—Tienes razón —murmuré.
Confié en las personas equivocadas y todo eso me llevo a esto.
—Confio en ti y en Jiwon, son las únicas personas en las que confío ahora.
—Y nosotros en ti, has sido útil, no dude un segundo en tenerte aqui, me ire, tengo asuntos.. Te veo en la cena.
Le asentí, empecé a comerme la comida, estaba algo hambrienta. Miraba las redes como siempre, no habia algun cambio en el periódico en el que trabaje, lo único de que me alegro es que Mia haya obtenido mi puesto y que le este yendo bien.
Me sentía un poco mal al saber de que no puedo comunicarme con mis padres, los extraño demasiado.
Han pasado tres años desde que me morí por así decirlo, para los que me conocían y mis padres, estoy muerta. Existe una lápida con mi nombre grabada en ella, para todos deje de existir.
Sobre todo para ellos.
Dak Ho hizo su vida, tiene a alguien a quien quiere y sigue siendo el dueño del imperio Kang en Estados unidos, a diario miraba aquella foto con esa rubia hermosa que estaba a su lado, trataba de convencerme de que había pensado en mi, de que no me habia olvidado, pero me decepcione al saber que si lo hizo.
Quizá sea lo mejor.
Honestamente no se por que me sigo torturando con ello, quizá por que dentro de mi, quería que hubiese una esperanza de volver a estar juntos. Pero se que no podríamos hacerlo, es hijo de esa familia, la culpable de que no estén mis hijos a mi lado.
Son tres años, tres años de que los apartaron de mi, aun asi, no pienso rendirme hasta conseguir a mis hijos y cuando lo haga, me iré lejos de ellos, lejos de esa familia.
—Jenn.
Voltee hacia la voz de Jiwon, estaba recargado de la pared de la sala.
Me puse de pie y fui hasta el para darle un fuerte abrazo, hace tres meses que no lo veía.
—¿Me extrañaste?
—Mucho —me aparte de el— ¿como te fue?
—No tan bien, odio estar en reuniones pero en fin.. Aquí tienes —me entrego el sobre.
—¿Es.?
—Lo es.
Me regresé al sofá y de inmediato abrí la carta, tuve que calmarme para leerla lentamente, hace mucho que no lloraba y me prometí no hacerlo, pero me es imposible leer cada letra que había en ella.
Ellos estaban bien, habían sufrido por mi por tres años pero estaban bien. Había dudado en enviarles una carta pero tenía que hacerlo, ya no podía soportar que siguieran pensando que estaba muerta.
Al final de la carta decían cuanto me amaban, dejaron un numero de telefono para que los pudiera llamar cuando quisiera.
—Gracias Jiwon.
—No hay de que —se sentó a mi lado—, son las personas mas increíbles que pude conocer —sonrio—, tu padre tiene una enorme granja.
—Lo tiene, le encanta el campo —limpie mis lagrimas—, en serio gracias por llevarle mi carta, no podía continuar con esto sin decirles que estaba viva.
Me tomé un año para hacer esto, pensaba que si les decía o daba señales de mi, ellos irían por mis padres asi que no lo hice, entonces Jiwon me convenció de hacerlo que el mismo le llevaría la carta y les contaría lo que sucedió, para eso, debía decirles la verdad de mi relacion con ellos y lo que eran.
Fue duro, pero tenía que hacerlo.
—¿Como lo tomaron?
—Tu papá estaba molesto —suspiro—, pero luego se calmó para calmar a tu mamá, lo único que quieren es que regreses, yo les explique que no puedes, no hasta que encuentres a tus hijos. Lo entendieron, por eso enviaron la carta junto a las fotos. Llámalos cuando te sientas lista.
—Lo haré, por ahora no... Pero lo haré —mire la carta—, pero me alegra que esten bien. Me siento aliviada.
—Eso me alegra —me sonrio.
Jiwon y yo nos volvimos cercanos, el fue quien me salvó la vida junto a Seok Jun aquella noche en la que fui tirada al rio Han. Desde entonces mi lealtad está con ellos, nadie más.
Se lo que son, lo que hacen y aunque no posean el poder de los Kang, tienen los medios para buscar a mis hijos.
Lo que mas me sorprendió de todo esto, es que Jiwon es hermano de Dak Ho, son hijos de la misma madre, eso para mi fue un golpe duro por que había pensado que ellos estaban con los Kang, pero resulta que no, que ellos eran los desterrados de esa familia. Seok Jun por que fue hijo de una sirvienta y fue tirado a la calle cuando era un niño.
Desde entonces se dedicó a trabajar para destruir a esa familia, además de que le quitaron a su esposa.
Seok Jun es un hombre enorme, me hace recordar a Dak Ho, por que tienen la misma altura y físico, claro, es su tío. Seok Jun es un hombre bueno, divertido y buen cocinero, ama comer y pelear, es lo que mas sabe hacer, me trata como su hija, me sorprende que sea alguien tan brillante sabiendo lo que es, el Dragón.
—Señorita —uno de los hombres de Seok Jun entró—, llegó.
Le asentí y me puse de pie junto a Jiwon, caminamos hacia la oficina de Seok Jun, el estaba adentro mirando los papeles.
—¿Que tienen?
—Trajeron toda la información de las personas que trabajan o trabajaron en la casa de los Kang los últimos tres años —acomodó los papeles—, son todas esas personas. Míralos bien y dinos a quienes reconoces.
Empecé a mirar cada una de las fotos que había en la mesa, jamás se me olvidarían sus rostros.
—El, ella, ella, el —señale a cada uno de ellos—, el también. Son las únicas personas que recuerdo, que pude verlos a la cara.
—Bien, tenemos sus direcciones, tu decides por quien ir primero.
—Por el —señalé al sujeto—, el se fue con Areum aquella noche. Si no funciona, iremos por los demás, necesito respuestas ahora.
—Lo traerán mañana mismo, enviaré a mis hombres a buscarlo.
Le asenti, he pasado años tratando de buscar una informacion que me lleve a Areum, ella sabe en donde están mis hijos.
(...)
Al dia siguiente.
No dormí nada pensando en ese hombre, se que Seok Jun cumplira con su palabra de traerlo.
Desde hace tres años no he dejado de pensar el rostro de mis hijos, se que es una niña y un niño, mi corazón me lo dice y a diario anhelo poder abrazarlos y decirles cuanto los amo. Ni siquiera supe cómo eran sus rostros, me los imaginaba. Sus ojos como los de Ryosuke, sus sonrisas como la de Dak Ho.
Pese a que todo es difícil, no puedo perder las esperanzas de que los encontraría. Me carcome la dia de saber que esten bien.
Se que debí buscar en los orfanatos, pero necesitaba una información exacta en donde estaban o al menos en donde estaba Areum, es la única manera de encontrarlos.
—Buenos días —Seok Jun estaba comiendo— se nota que no dormiste nada.
—No lo hice ¿Jiwon?
—Salió un momento a la empresa, viene mas tarde... Ve a cambiarte, iremos al almacén.
—¿Lo tienen?
—Así es, ve y cámbiate.
Rápidamente subí a cambiarme, al quitarme la ropa, me mire al espejo y aquella enorme cicatriz que adornaba mi abdomen me recordaba que no debía rendirme y que debía hacer pagar a la familia Kang por haberme hecho esto a mi y a mis hijos.
Ya lista baje, Seok Jun me esperaba en el auto y así nos fuimos hacia el otro lado de la ciudad.
Debía admitirlo, Corea del Sur es un pais hermoso, tiene cosas lindas por ver, pero en mi situación, no me apetece conocer nada, no he podido hacer mi vida correctamente sin tener a mis hijos presente.
Aprendí coreano en tres años, Jiwon me enseño el idioma ya que no podia comunicarme con nadie a mi alrededor puesto que no todos hablaban inglés, fue un poco complicado el idioma pero al fin pude entenderlo y hablo fluido, aunque para mi eso de los dialectos es complicado, ya que cada provincia habla distinto.
Llegamos al otro lado de la ciudad, el almacén era enorme y a su lado había una pequeña casa en donde se quedaban parte de los hombres de Seok Jun, al bajar todos lo recibieron con una reverencia, yo solo salude con la mano, aun no me acostumbraba a esto.
Al entrar al enorme almacén, lo primero que vi fue al sujeto sentado y amarrado a una silla, me quite la sudadera y me acerque a el. Al verme palideció.
—Por lo visto me recuerdas ¿no es así?
—Yo..
—Tu me diras algunas cosas, me dirás en donde esta Jeon Areum.
—No —negó—, no lo se.
Me acerque a la mesa en donde habian armas y cuchillos. Opte por vendarme las manos para golpearlo.
—¿Sabes? —me envolvía las manos con tela— pase por mucho viviendo aquí en Corea, tuve que hacer cosas que jamas pense que haria —lo mire—, si no hablas, dejaré que el —señale a Seok Jun— te despedace.
Me acerque al sujeto y tome su cabello.
—¿Donde esta Jeon Areum?
—No lo se... Ella está de viaje desde hace meses.
Una bofetada fue dada a su rostro y lo patee haciendo que cayera al suelo.
—¡Habla bastardo!
—Calma —Seok Jun me tomó de los hombros—, no puedes romperle las piernas, no hasta que hable, recuerda que debes hacerlo lentamente.
—No puedo hacerlo Seok Jun —sentí mis ojos llenarse de lagrimas—, ella es la única que sabe dónde están mis hijos.
—Lo se, calma ¿si? Estas algo alterada, dejame manejarlo, le sacare la verdad en unos minutos.
Le asentí, salí del cuarto para subir hacia la casa, me recargue en la isla de la cocina. Sentia que podia explotar, tres años, tres malditos años buscando a mis hijos y no he podido dar con su paradero.
Aun guardaba las esperanzas, solo quiero saber en donde estan para poder regresar con mis padres.
—Pensé que estabas abajo —Jiwon apareció comiéndose una manzana.
—Déjame en paz Jiwon.
—Uy pero que genio —se posó a mi lado—, tengo noticias de ellos —lo mire—, no te va a gustar.
—Dimelo.
—El japonés se ha vuelto mas rico de lo que ya es, pero no ha hecho algún movimiento fuera de lugar, Kang, viene a Corea en una semana, al parecer se va a comprometer con alguien.
—Lo sabía —solté una risa seca—, los dos hicieron sus vidas como si nada.. Mientras que yo me podría en ese lugar.
—Ya no lo necesitas Jenn —sonrio—, eres parte de nuestra organización, la única mujer en ella de hecho —inclinó su cabeza hacia mi— y la única que me interesa.
—Para con eso Jiwon —puse mi mano en su cara, el rio—, te dije que no me interesa estar con ningún hombre.
—Por que sigues amando a ese par —bufo—, han pasado tres años Jenn. Tres años en los que no les importaste en lo más mínimo —me miro—, Dak Ho se casará, Tanaka vive la vida de millonario ¿y tu? Llorando por ellos.
Sus palabras dolían, claro que dolían y lo que dice tiene mucha razón. Ellos se rindieron y jamas me buscaron, he pasado los últimos tres años de mi vida buscando a mis hijos y no hay una sola pista de ellos.
Mis hijos.
June y David, mis pequeños.
—Odio admitir que tienes razón —murmuré.
—Lo se —rio un poco—. El compromiso de Dak Ho sera anunciado en una semana ¿te gustaria ir?
—¿Que?
—Es momento de que todos sepan que Jenn Foster sigue viva y que ahora cuenta con los medios para destruir a los Kang —sonrio ampliamente—, claro, si ese sigue siendo tu objetivo.
—Claro que lo sigue siendo —dije firme—, toda la familia Kang tiene que desaparecer.
Ellos, todos ellos tienen que pagar por todo lo que me hicieron. Su padre, su abuelo. Toda esa familia debe desaparecer de la faz de la tierra, pero antes, tengo que encontrar a mis hijos.
Seok Jun apareció lleno de sangre.
—¿Y?
—Murió, el bastardo no soltó la lengua... Lo siento Jenn.
—Mierda —suelte con frustración— ¿hasta cuando seguire en esto?
—Papá.
—No pude hacer nada Jiwon, mírame, estoy lleno de sangre —resoplo—, escucha Jenn —lo mire—, te prometí una cosa en aquel lago en donde te encontré casi muerta, que iba a encontrar a tus hijos y yo mis promesas las cumplo.
Ellos son las únicas personas que pueden ayudarme a encontrar a mis hijos. Nadie más. Mis hijos son lo único bueno que ellos dejaron en mi.
Cuando encuentre a Areum y me diga en donde esta el anciano y mis hijos, la asesinare. Ella me hizo vivir un infierno dentro de ese lugar y juro por Dios que le hare pagar cada lágrima que he derramado durante estos tres años.
(...)
Miraba la invitación que le hicieron a la empresa de Jiwon para el compromiso de Dak Ho, iba a casarse, se casaría con esa mujer.
No iba a mentir, me dolía ver esto en mis manos, por que pese a todo lo que ha pasado, sigo amando a ese par y me duele de que Dak Ho se vaya a casar, esto para mi es un golpe muy muy bajo.
Ryosuke solo se hundia en el dinero me pregunto ¿el hará lo mismo que Dak Ho? ¿Estará con alguien mas? Si es asi, es mejor saberlo ahora, asi tengo los pies sobre la tierra y me enfoco solo en encontrar a mis hijos, ya ellos hicieron su vida, yo no puedo seguir estancada en esto.
—Sabía que estabas aquí —Jiwon se sentó a mi lado— ¿sigues mirando eso? —me quito la invitación—, eres masoquista.
—Quizá, quiero asimilar que va a casarse —lo mire—, asi la caida dolerá menos.
—Ya no debería dolerte —suspiro—, tu eres demasiado para ellos Jenn.
—Lo dices por que quieres que me quede contigo.
—No sere hipocrita —rió—, me gustas desde que te conocí, me preocupo por ti... Ya no quiero que sufras por ese par que no vale la pena.
—Lo se, pero es inevitable Jiwon —mire hacia el cielo—, enamorarse duele, aun mas de la persona equivocada.
—No me ha pasado —volví a mirarlo—, pero si quiero enamorarme de ti, se que has sufrido, pero se que dentro de ti hay una buena persona.
—Eres muy lindo Jiwon, pero ahora no me interesa una relacion... He pasado por mucho y solo me importa encontrar a mis hijos.
—Te prometí que te ayudaría y cumplire mi promesa... Cuando encontremos a los pequeños, los llevaré lejos de aquí para que nadie más los lastimen —tomo mi mano—, espero que te des cuenta de lo valiosa que eres para mi.
Beso mi frente y sentí como mi corazón estaba por salirse. Hace mucho que no sentía seguridad, que no podía confiar en nadie mas que no fuese yo misma, pero Jiwon me ha cuidado y me ha enseñado a ser fuerte.
Mas de lo que ya soy.
(...)
Al dia siguiente..
Golpeaba el saco de boxeo una y otra vez, estaba por salir el sol, fue una noche como las demás, otra sin poder dormir bien. Pensando en que quizá debí arrepentirme de haberlos conocido, haberlos rechazado cuando supe quienes eran y lo que hacían.
Pero ya no habia tiempo para arrepentimientos, por que gracias a ellos, tuve a mis hijos, la única razón por la que sigo viva.
Al terminar me quite los guantes y me sequé el rastro de sudor, salí del gimnasio y me dirigí hacia la cocina, me detuve al escuchar las voces de Jiwon y Seok Jun.
—¿Lo que dices es cierto papá?
—Sabes que no miento hijo, la chica con la que se va a casar Dak Ho, esta embarazada.
—Esto va a destruir a Jenn —murmuró.
—Lo se hijo, no se lo digas ¿si? Ya ha tenido suficiente con eso del compromiso, sabes que es como mi hija y no quiero que este mal.
—No puedo mentirle papá, odia las mentiras y si lo hago, perderá la confianza que nos tiene... Mira que nos costó mucho que confiara en nosotros.
—Tienes razon ¿se lo diras tu o yo?
—Yo se lo dire, se que le dolera, pero es mejor serle honesto papá.
Me senté de golpe en el escalón al escucharlos. Mi pecho se oprimió con fuerza y las ganas de llorar habían venido a mi, que se casara dolía, pero saber que espera un hijo con ella, duele aun mas.
Jiwon se detuvo al verme sobre el escalón y se acerco mas a mi.
—¿Lo escuchaste? —le asentí—, lo siento Jenn.
—No —tome aire—, no lo sientas, era lógico que el iba a rehacer su vida con alguien mas ¿no?
—Lo se pero..
—No me digas nada más Jiwon —limpie mis lagrimas—, está hecho, se han olvidado de mi y es válido.
Claro que no lo es, para mi no lo es por que aun los amaba, aun soy débil ante ellos y saber que se casara con ella y espera un hijo, es como una puñalada en el corazón, por que la toco, la beso, la acostó en nuestra cama.
No deberia sentirme asi, pero me siento traicionada por las personas que mas amaba en el mundo. Tengo que ser fuerte y continuar con mi vida como si ellos jamás estuvieron en la mía.