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Capítulo 26.

Ryosuke: 

Horas antes..

Golpeaba al hombre atado a la silla por quinta vez en la mañana, mis hombres lo habían atrapado tratando de robarme dinero de las casas de apuestas. Lo peor es que es uno de los míos. 

Dentro de mi organización la traición es la muerte, nadie puede siquiera pensar en querer traicionarme de esta manera. 

Me limpie las manos y parte de mis rostro. 

—No lo entiendo Nishimura —me reí—, estás en un puesto enorme en mi organización, eres uno de los que maneja mi dinero, la fábrica y demás.. Me traicionaste y eso merece la muerte. 

—Señor no.. —la voz le temblaba— no me mate.

—¿Que no te mate? —le tomé del cabello— Nishimura ¿entiendes la gravedad de esto? Has robado dinero de mis casas de apuestas, eso para los Yakuza es una maldita traicion alta y tu mas que nadie lo sabe. 

El no respondió, solo lloraba como un enorme marica, eso no me importaba en lo absoluto, para mi la lealtad es importante, la lealtad dentro de la Yakuza es importante y si hay traición, hay muerte sin importar de donde venga.

Debe morir. 

Lo solté y me separé de el, Kyoto me paso la katana, Nishimura empezó a moverse como loco, yo sostuve la Katana en mis manos con fuerza y le corte el cuello, en cuestión de segundos, murió. 

—Limpien esto —le di la Katana a Kyoto—, tenemos dinero que recuperar. 

—Si señor. 

Tome la camisa y me la coloque y salí del almacén, el bastardo se había robado de mi casa de apuestas unos cien mil dolares, al menos habia soltado la lengua antes de matarlo. 

Me subí al auto con Kyoto, ya estaba por anochecer, iré a recuperar mi dinero e iré por mi mujer a su trabajo. Kyoto condujo hacia una casa de apuestas de los gringos, dentro de la misma hacen estafas y lavado de dinero, me molesta por que usan mis métodos para hacer sus mierdas. 

Lo peor es que usan el nombre de la Yakuza para eso. 

Malditos americanos. 

Al llegar, lo primero que hice fue sacar mi arma y cargarla, mis hombres iban detrás de mi y así ingresamos en la casa de apuestas que aún no abría, de una patada derribe la puerta y todos los presentes se alteraron. 

—Joder —rei al verlos asustados— ¿Por que tan asustados? —me rasque la cabeza con el arma. 

Le hice una señal a mis hombres para que empezaran a golpearlos a todos. Yo me deleite con la imagen frente a mis ojos, se sentía bien volver a las andanzas. 

Mi arma apuntó la frente de uno de ellos, yo solo ladee mi cabeza y le sonreí. 

—¿A donde crees que vas? 

—Yo...

—Tu haras silencio, mis hombres se están divirtiendo. 

El hombre frente a mi derribó mi arma e iba a golpearme pero le esquive el mismo, le di justo en la nariz dejándolo semi inconsciente, solté un suspiro ya cansado y tome mi arma del suelo, le quite el seguro y di un par de disparos al aire haciendo que todos quedasen en silencio. 

—Ahora que tengo su maldita atencion... Necesito saber en dónde está mi dinero —camine por todo el lugar que estaba hecho trizas— Cien mil dólares que me pertenecen. 

Nadie habló, nadie respondió, nadie hizo nada. 

—Si no hablan ahora, les juro que quemaré este lugar con ustedes dentro de el, creanme que no les va a gustar. Así que quiero mi dinero ¡Ahora! —alce la voz. 

Mis hombres rompieron todo lo que encontraban en el lugar, yo solo esperaba pacientemente mi dinero, el cual apareció intacto en una bolsa, mis hombres pusieron a todos los bastardos en fila y de rodillas. 

No era necesario que me dijeran quien les dio el dinero, el bastardo hablo por si solo. Cargue de nuevo mi arma y le disparé al primero en la frente, luego mis hombres hicieron el resto. Tome la bolsa con el dinero y salí del lugar para subirme al auto. 

El lugar empezó a arder en llamas, le indique a Kyoto a donde ir, a buscar a Jenn a su trabajo. Le marque a su teléfono pero no me contestaba. 

Seguir marcando, una, dos, tres veces más pero no me contestaba y yo, estaba temiendo lo peor. Ella siempre contesta, ella siempre lo hace. 

Mi ceño se frunce al escuchar sirenas, muchas sirenas. Kyoto giro hacia la calle en donde estaba el periódico, en el lugar habían muchas patrullas y personas con cámaras, al sentir que el auto se freno, me baje de inmediato para correr hacia allá, pero los policías no me lo permitieron. 

—No puede pasar señor, es una escena del crimen. 

—¿Que? Yo soy el dueño del periódico ¿que mierdas pasó? —me sorprendí por mi enorme tranquilidad. 

—¿Es el señor Tanaka? —asentí—, venga conmigo. 

Segui al policia con el corazon en la garganta, el me llevo hacia adentro del periódico, no inmute con la escena que había dentro, era el guardia de seguridad del edificio mutilado. 

Joder. 

—¿Lo conoce? 

—Si, es el guardia nocturno... —mire al policia— Espere ¿que sucedió?

—Al parecer entraron al lugar para robar, pero revisamos las cámaras de seguridad y no se llevaron nada, asesinaron al guardia e hirieron a la señorita Foster.. 

—¿Que? —jadee asustado— ¿Dijo... Foster? ¿Jenn Foster? 

—Si ella..

Lo tomé de la camisa con mucha fuerza y empecé a zarandearlo. 

—¡¿Ella está bien?! 

—Señor cálmese... Ella esta herida pero..

—¡¿En que maldito hospital esta?! 

—En el centro... En el Saint Angel. 

No escuche nada más, corrí hacia afuera importándome poco llevarme a las personas por en medio, llegue al auto y le pedí a Kyoto que me llevara al hospital en donde estaba Jenn. Saqué mi teléfono y tuve que calmar el temblor en mis manos para llamar a Dak Ho. 

Ella tiene que estar bien. 

Tiene que estarlo. 

Le marque a Dak Ho, de inmediato me contestó.

—Dak Ho, tienes que regresar... Es Jenn. 

(...) 

Horas después.. 

No se cuantas horas habían pasado, pero había amanecido, dentro del hospital no me daban noticias de Jenn, por mas que quiera matarlos a todos, debo controlarme, no puedo dejar que la ira me consuma en este momento. 

Ahora pensaba en eso, en lo que había pasado en el periódico, ahora era noticia nacional, el rostro de Jenn y de aquel guardia eran la primera plana de las noticias y los periódicos. Lo peor de todo esto es que creen que fueron los Yakuza, ya que es el mismo modus operandi que usamos nosotros. 

Todo esto es una total m****a, la Yakuza no tiene nada que ver con esto. Aquí hay algo más.

Mia me dijo que los padres de Jenn vienen en camino, era de esperarse que se enteraran, Jenn está en las noticias. 

Mire hacia la entrada del hospital, Dak Ho venía a grandes zancadas y al estar frente a mi, me dio un golpe preciso en la cara haciendo que cayera al suelo. 

—¡Tenias que hacer una cosa, una sola maldita cosa y era cuidarla! 

Me toque el labio, el bastardo me lo había roto. Como pude me puse de pie y el me tomo de la chaqueta con fuerza, su mandíbula estaba apretada y sus ojos reflejaban molestia. 

—Si a Jenn le pasa algo, juro por Dios que voy a asesinarte lentamente —murmuró duramente. 

—No es mi culpa lo que paso —me solté de el—, yo estoy igual de molesto que tu...

Volvió a golpearme dejándome sin aire. 

—¡Cállate bastardo! ¡Tu deber era cuidarla en mi ausencia y mira en dónde está! 

—¡Ya basta! —exclamó Mia—, no es el lugar para hacer esto señor Kang, se que esta mal, pero debe calmarse. 

Kyoto me ayudó a ponerme de pie, Dak Ho y yo nos miramos con odio, ninguno tiene la culpa de  lo que acaba de pasar con Jenn, yo estoy incluso hasta más molesto que el, por que si, debí cuidarla, pero no sabia que esto iba a pasar. 

—¿Familiares de Jenn Foster? 

Dak Ho y yo nos acercamos al médico. 

—¿Como esta mi mujer? —pregunto Dak Ho.

—La señorita está bien, llego con una enorme herida en su costado izquierdo, pero afortunadamente no daño algun organo interno, si perdió un poco de sangre, pero está estable. 

El aire que tenía acumulado en mis pulmones salió por completo, al menos ella está bien. 

—¿Podemos verla? 

—En unos minutos una enfermera vendrá, ahora la están trasladando a una habitación. 

—Que sea la mejor —dijo Dak Ho—, dejenla en una habitación adecuada. 

—Claro señor, permiso. 

El hombre se retiró, yo me sentía un poco más aliviado. Pero aun no salia de mi mente de que pudo ser peor. 

—Tu y yo hablaremos —me señalo— ¿Donde estabas mientras hirieron a nuestra mujer? 

—Resolvía mis asuntos ¿esta bien? —murmure— iba justo a su hora de salida, cuando llegué al periódico me encontré con todo el circo de las patrullas, asesinaron al guardia y están usando la marca de los Yakuza. 

—Maldita sea —murmuró.

—Es alguien que me quiere joder y está usando a Jenn, voy a descubrir quién fue y te juro que lo voy a asesinar... 

—Yo se quien lo hizo —lo mire—, fue mi padre. 

—¿Que? Tiene que ser una jodida broma ¿cierto? 

—No lo es, me amenazó con asesinar a Jenn, no me dijo directamente que fue el, pero me lo dijo, que la asesinaría y luego me llamaste. 

—Si veo a tu padre le voy a atravesar una bala en la frente —le di en el pecho—, ¿me escuchaste? Me importa una m****a si es tu padre.

—No tienes por que decirmelo idiota —me dio un manotazo—, creeme que estoy con las mismas ganas de matarlo que tu. Por ahora, debemos cuidar de Jenn. 

—Y que sea la última vez que me golpeas así bastardo —dije entre dientes—. Ya es la segunda vez que te la paso. 

Mi hombro chocó con el suyo, seguí a la enfermera que venía hacia mí, me limpie el labio para que ella no me viera así, la enfermera me dijo que subiera al piso ocho y así lo hice, al estar en dicho piso pregunte por Jenn y me dijeron en qué habitación estaba. 

Al estar en la puerta me dio miedo entrar, no quise hacerlo, asi que tome una larga respiración y entre, lo primero que vi fue a Jenn acostada en aquella camilla, tenia una mascara de Oxigeno al igual que la sangre. 

En mi vida he visto muchas escenas sangrientas, cuerpos desmembrados, sangre por todos lados, incluso yo mismo asesinando personas, pero verla a ella asi, acostada ahí, me hacia sentir el peor de los hombres. 

Ella no merecía estar a mi lado, por mi culpa ella esta acostada en esa camilla. 

Con cautela me acerqué a ella y tome la silla para asi sentarme en ella, mis manos temblaban, aun asi tome la suya que estaba fría y deje un beso en ella. 

No estaré tranquilo hasta que el bastardo de Kang este tres metros bajo tierra. 

(...) 

—Tenga señor Foster —le di el café al padre de Jenn. 

Llegaron hace unas horas, todo había sido un desastre, sus padres enloquecieron sobre todo el, quien estaba preguntando quien le había hecho eso a Jenn. 

Según lo que investigó Dak Ho, las personas que entraron al periódico iban por Jenn, se vieron algunos de ellos entrar a la oficina de Jenn y luego salir con una Katana en mano. Se habían hecho pasar por la Yakuza, aunque Dak Ho me dijo que su padre le había dicho que no tenía nada que ver. 

No le creo una m****a, si llega a pisar Estados Unidos, no dudare en asesinarlo.

—Ustedes llevan horas despiertos —nos dijo la señora Jenna—, deberían descansar un poco. 

—No, no se preocupe —respondí—, para nosotros la prioridad es Jenn. 

—¿Que te paso en el rostro? —me pregunto el señor Foster. 

—Me pelee con alguien que quiso pasarse de listo, no fue nada grave pero estoy bien. 

—¿Alguna noticia? 

—Las investigaciones siguen —dijo Dak Ho—, mandé a pedir a los mejores investigadores para esto, tienen que hacer justicia por el señor Dixon y Jenn. 

—Dios, mi niña —la madre de Jenn tomó la mano de ella— ¿Por que le hicieron esto? 

—Yo quisiera saber lo mismo —su padre bufo—, mi niña es buena, espero que encuentren al culpable de esto. 

—De eso nos encargamos nosotros —respondí—, no descansaremos hasta encontrar al culpable. 

Voy a despedazarlo uno a uno. Trozo por trozo. 

—Buenos dias —entro el doctor—, la policia está afuera, el detective vino a hacer unas preguntas. 

El maldito de Thomas Hills junto a uno de sus bastardos entró a la habitación, el doctor se retiro. Al verme sonrio de lado, luego miró a Jenn y este se puso muy serio. 

—¿Usted está a cargo? —el padre de Jenn le estrechó la mano. 

—Claro señor Foster, estaré a cargo de la investigación... Conozco a Jenn y me tome el caso personal. 

—No —dijo Dak Ho, se cruzó de brazos—, deje muy en claro a quienes quería para hacer esta investigación, pedi a detectives más calificados. 

—Estoy calificado señor Kang, mi equipo lo está.. 

—Lo dudo —respondió tajante—, Señores Foster ¿podrían dejarnos a solas un momento? Hablaremos de algo personal, prometo que se los dire. 

Ambos se miraron entre si, aun asi, salieron de la habitación dejándonos con el a solas. 

—¿Crees que vamos a dejar el caso de nuestra mujer en tus manos, hijo de puta? Tu que has estado acosando a Jenn por meses.. 

—¿De que estas hablando Dak Ho? 

—Pedí que lo vigilarán las veinticuatro horas del dia —se poso frente a el—, ayer me dieron el reporte de todas estas semanas y este bastardo ha estado rondando el trabajo de Jenn e incluso se metió en su departamento. Si creíste que estarías a cargo del caso, estas equivocado Hills. 

Saque mi arma y se la puse en el costado de su cabeza, su compañero sacó la suya y este levantó la mano hacia su compañero para que bajara el arma. 

—Hijo de puta —mascullé—, estoy a nada de vaciarte el arma en la puta cabeza. 

—¿Creíste que no me daría cuenta de eso? —Dak Ho sonrió de lado—, estas obsesionado con Jenn. 

—Ustedes no pueden tenerla, ustedes son un peligro para Jenn —dijo serio—, son unos malditos matones. 

—Creeme Hills que tu eres peor que nosotros —hice presión de mi arma en su cabeza—, no sabes cuándo rendirte. 

—Tu —Dak Ho le dio con el dedo en el pecho—, dejaras el caso de Jenn en manos de profesionales, te quiero lejos de ella, muy lejos, si quieres seguir respirando claro está. 

El solo se hizo a un lado y salió de la habitación, yo guarde mi arma. Puede que lo haya amenazado pero el no conoce a Hills, ese bastardo no se va a rendir con Jenn. 

—¿Ahora si me explican? 

—Vera señor Foster, el oficial Hills es un policia corrupto —dijo Dak Ho—, ademas de que extorciono a Ryosuke, es el menos calificado para llevar el caso de Jenn. 

—No puede ser, espero que se mantenga lejos de mi hija. 

Yo espero lo mismo. 

(...) 

A la mañana siguiente... 

Ninguno ha dejado el hospital desde que Jenn está aquí. Sus padres fueron a descansar un poco al departamento que tenemos en el centro de la ciudad, la habitación estaba llena de flores y globos en donde le deseaban buena salud a Jenn, todos del equipo del periódico. 

La prensa ha estado rondando el pasillo buscando alguna foto o declaración de Jenn, ya era oficial, nuestra relacion fue mostrada al mundo. A pesar de que a mi me diera igual la prensa, a Dak Ho si, ya que el es una figura publica por así decirlo. No es que le moleste el hecho de que estemos con ella, si no de los comentarios que hacen hacia Jenn en las revistas y periódicos amarillistas. 

Todos la atacan a ella, todos dicen que ella es la inmoral y eso me molesta un poco, cuando en el mundo existen cosas peores, nuestra relacion es como cualquier otra, solo les importa la vida de los demás y no la suya propia. 

—El periódico  hoy vendió muchos ejemplares —dijo Mia—, la noticia de su jefa de redacción y el homicidio en el mismo, ha sido noticia. 

—¿Han entrado al periódico? 

—Si, pero la seguridad que enviaron ambos ha servido de mucho —ella sonrio un poco— ¿De verdad la Yakuza hizo esto? 

Me tense al escucharla, se que no tienen nada que ver, pero no puedo evitar sentirme mal por eso. 

—Por que si me lo preguntan, no lo creo. 

—¿Que te hace estar segura de ello?  —pregunté. 

—La forma en que mataron a Dixon, se que los Yakuza desmembran a sus víctimas, pero si estas tienen deudas u otro tipo de cosas, pero Dixon era un hombre mayor sin deudas, con un nieto y una esposa... No tiene lógica, es un imitador o imitadores —miro a Jenn—, además de que fueron por Jenn, eso es extraño. 

—Tienes razon, por eso se está abriendo una investigación, por que esto no es obra de la Yakuza si no de alguien que está imitando, hay muchos factores. 

Lo que dice Dak Ho tiene un poco de sentido, se que los de mi organización no harían algo como esto. Ellos saben que no deben siquiera tocar a la mujer del líder, ya despues hablare con ellos para que me busquen pistas, aunque Dak Ho me dejo en claro que pudo haber sido su padre, pienso que hay más personas en esto. 

Puede ser el.

Hanna.

Areum.

Thomas. 

Alguno de ellos pudo haber sido. 

—Tengo que ir al periódico, vendré más tarde, cualquier cosa pueden llamarme. 

—Gracias Mia. 

Ella salió de la habitación, luego entró el médico que atiende a Jenn junto con otro y una máquina, fruncí el ceño al ver lo apurados que estaban por conectar eso. 

—¿Pasa algo? —Dak Ho y yo nos pusimos de pie. 

El doctor con mucho cuidado le quito las sabanas y le subió la camisa, la enorme gasa en su costado cubría la herida. Yo miraba todo sin entender un carajo que es lo que estaba pasando.  

—Le hicimos unos estudios a la señorita Foster, uno arrojo un resultado alarmante —respondió su médico—, antes de dar cualquier diagnostico, necesitamos verificar que todo este bien. 

No estaba entendiendo una m****a.

El otro médico le colocó algo en el vientre y le puso otra cosa blanca en el mismo, mire a Dak Ho y este sonreía, yo estaba perdido en el limbo sin entender. 

De pronto, un pequeño pero sonoro sonido se hizo escuchar en toda la habitación. 

—¿Es lo que creo que es Doctor? 

—Así es señor Kang, la señorita está embarazada. 

Yo me senté de golpe en el sofá al escuchar las palabras del doctor, Jenn está embarazada, voy a ser papá.

Joder.

Seré papá. 

—¿Esta bien? —el doctor se acerco a mi—, esta palido. 

—Mi bebé ¿está bien? —le pregunté en un susurro. 

—Sus bebés están más que bien —escuche al otro doctor—, sus latidos son fuertes y todo está en completo orden. 

—¿Dos? —mire a Dak Ho quien se sentó pero lentamente en el sofá— ¿Escuche bien? 

—Así es, la señorita está en la espera de gemelos. Le hicimos unas pruebas de sangre cuando llego, hasta ahora nos dimos cuenta de los resultados de la prueba de embarazo, por suerte nos dimos cuenta y vinimos hacía acá... La pérdida de sangre pudo haberle causado un aborto, pero por suerte no fue así. 

—Sus gemelos están bien y en perfecto estado. 

—Mierda —dijimos el y yo al unísono. 

—Estaremos monitoreando a la señorita y a sus bebés, vendremos en dos horas, ya para entonces, tiene que estar despierta. Y felicidades. 

Los vi salir pero dejar la máquina dentro de la habitación, mi vista se fue hacia Dak Ho quien parecía perdido en sus pensamientos, supongo que asimilando lo que acabamos de escuchar. 

No pensé que esto seria asi de rapido, es que es demasiado rápido, si a penas estábamos planeando vivir juntos, ahora llega esto de sorpresa, cayó como un balde de agua fría para ambos, ahora que lo pienso, Jenn pudo haber perdido a nuestros bebés. 

Joder. 

—Ryosuke —me miró—. Seremos papás ¿sabes lo que eso significa? 

—Si, que tenemos que poner a Jenn y a nuestros hijos a salvo —el asintió.

—Ahora más que nunca... 

Ahora más que nunca debemos poner a salvo a Jenn, lleva en su vientre a nuestros hijos. Ya esto es más grande que nosotros, aunque a mi, me hace ilusión de tener lo que algun dia soñe. 

Una familia. 

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