Mundo ficciónIniciar sesiónUn encuentro fortuito, un embarazo inesperado y la historia de una asistente y su jefe. Catarina Vergara acepta la invitación de su amiga para asistir a una fiesta, principalmente para evitar la boda de su prima, quien la ha traicionado al iniciar una relación con su exnovio. Durante la velada, vive un breve pero intenso encuentro con un desconocido que termina en un momento de pasión. Como consecuencia, queda embarazada de un hombre del que apenas conoce unos cuantos detalles y al que probablemente nunca más volverá a ver. El recuerdo de aquella noche permanece en su memoria hasta que comienza a trabajar como asistente de Alessandro Mellendez, un atractivo pero exigente CEO de una importante empresa. Lo que Catarina no sabe es que Alessandro está buscando a una mujer que desapareció misteriosamente después de un encuentro fugaz, sin imaginar que ella podría ser precisamente esa persona.
Leer más"Melissa"Estaba renuente a dejar el hospital, principalmente porque aún no podría llevar a mis hijos a casa, ninguno de ellos estaba en condiciones todavía y ya habían pasado casi dos semanas desde que nacieron. Pero el tío Álvaro no estaba de acuerdo conmigo.—Mel, tienes que irte a casa, al menos para dormir mejor que en una cama de hospital. —El tío Álvaro trataba de convencerme por milésima vez, mientras yo estaba entre las incubadoras conversando con mis hijos.—¡No me voy, tío! ¿Para qué me voy a casa a dormir? No voy a dormir, no si me quedo pensando que ellos están todavía aquí mientras yo estoy allá. Puedo pasar el día aquí con ellos, ¿no puedo? —Él asintió. —Entonces listo, duermo aquí también, porque si puedo estar aquí con ellos todo el día, no voy a perder ni un segundo de eso.—¡Mel, esta situación puede alargarse por meses, querida! —El tío Álvaro decía las mismas cosas todos los días y todos los días escuchaba las mismas respuestas.—¡No importa! Además, es mucho
"Melissa"Todo había salido bien hasta ese momento. Mis seis hijos estaban vivos y eso me mantenía enfocada, ellos necesitaban sobrevivir, un día a la vez. Pero eran fuertes y decididos, lo sentí en mi vientre durante treinta semanas y dos días. Treinta semanas y dos días, ya sabía que esos niños serían del tipo que viven en la oficina del director en la escuela, que no hacen nada como se espera y que yo necesitaría esos collaritos con GPS para encontrarlos por la casa.—Querida, ¿cómo amaneciste hoy? —El tío Álvaro entró a mi cuarto todo sonriente.—Ansiosa, ¡quiero tocar a mis hijos, tío! Ya han pasado cuatro días desde que me cortaron por la mitad para que esos malcriados nacieran y todavía no han querido saber de mí. —Me quejé y el tío Álvaro soltó una carcajada.—¡Mel, ellos necesitan ponerse fuertes! —Argumentó y yo arrugué la nariz.—Ves eso, Cat, ahora ellos son el centro de atención. —Me quejé y Catarina sonrió.—Acostúmbrate, ya nadie te va a visitar, ahora las visitas
"Fernando"Dos días después del baby shower de las chicas Mel despertó sintiendo dolores. Llamé a mi tío de prisa, todavía era muy temprano, pero ya estaba en el hospital, desde que ella fue internada llegaba más temprano al trabajo y a veces dormía ahí mismo.—Querida, ¡llegó la hora! —Mi tío habló con calma, con una sonrisa tranquilizadora para ella—. Nuestros bebés quieren venir al mundo.—¿Ya? —Lo miró alarmada—. Rayos, bebés, ¡mamá dijo treinta y dos semanas, no treinta semanas y dos días! —Refunfuñó hacia el vientre.—¡Va a salir todo bien, abejita! —Le susurré al oído, pero me estaba muriendo de miedo.—Va a salir, ¿verdad? —Buscó la certeza en mis ojos y me esforcé por darle mi mejor sonrisa.—¡Va a salir! —Garanticé, pero por dentro pedía que la palabra tuviera el poder de la promesa que hacía.—Claro que va a salir todo bien, tu médico es el mejor, ¿olvidaste? —Mi tío bromeó con ella y consiguió una risita.—¡Es verdad! —Sonrió—. Entonces, Álvaro Molina, ¡vamos a saca
"Melissa"Estaba mirando a Heitor y pensando en cuál sería la mejor forma de contarle que había sido el blanco de otra apuesta de los amigos. Esos hombres vivían apostando, cualquier cosa era razón para que empezaran a apostar quién acertaría. Todavía me acordaba de la noche en que decidieron apostar con los amigos de Levy una cena en nuestra compañía. No tenían límites, aunque esta vez tenía que darle el crédito de la broma a Catarina y Fernando, esos dos eran los peores para armar una travesura.—Mini Yo, ¿está lista? —Le pregunté a Adele, ya que tuve que dejarle a ella el encargo de terminar el entrenamiento de Luna.—¡Listísima! Nuestra mariposita está lista para volar sola. —La Mini Yo me sonrió con la confianza de quien había hecho un buen trabajo.—¡Las voy a llenar de orgullo a las dos! —Luna habló toda animadita.—¿Qué están tramando ustedes tres? —Heitor miró entre nosotras ya bastante receloso.—Heitorcito, es triste el dolor del parto, ¡pero necesito despedirme de ti
"Melissa"Estaba lista y animada para mi cuarto baby shower, las chicas se habían esforzado y montaron una mesa linda de comiditas, otra de dulces y pastel y esparcieron sillas por el cuarto. Además de nuestro grupo, también estaban ahí el grupo de papás, mi pareja tiernita Enzo y Luna, Hana y Rafael, Hebe y Eduardo, Ivy y Vinícius y algunos pocos amigos más, siguiendo las orientaciones del tío Álvaro.Cada uno que pasaba por la puerta cortaba un pedazo de una cinta colorida que estaba amarrada ahí, después se la entregaba a Catarina que ponía el nombre de la persona y la medida de la cinta. Todavía no había entendido aquello, pero dijo que sería divertido.La tarde fue pasando entre conversaciones y juegos, las chicas habían organizado varios y el primero fue la carrera del cambio de pañal, cada uno de los maridos recibió una muñeca y tenían que cambiarle el pañal lo más rápido posible, con las chicas llorando detrás de ellos como si fueran bebés. Cronometré el tiempo y fui sustitu
"Melissa"¡Mi día comenzó tan bien! La pequeña celebración que Nando hizo me había llenado de ánimo, estaba feliz, así como yo, y los dolores y toda la incomodidad y preocupación, todo eso era insignificante en ese día, habíamos pasado por la fase más crítica, la que habría hecho todo mucho más difícil si mis bebés hubieran decidido nacer antes.—¡Buenos días, queridos! Hoy es un día muy especial, ¿verdad? —El tío Álvaro entró al cuarto con una gran sonrisa y vino enseguida a darme un beso—. Sabía que lo lograrías.—No lo habría logrado sin ti, tío. Sin ninguno de ustedes que han sido tan increíbles conmigo. —Le sonreí.—Eso es porque eres absolutamente increíble con todo el mundo. —Sonrió y se volteó hacia Catarina—. Cat, no te enojes, pero el equipo del hospital es completamente fanático de Mel.—¿Qué significa eso, Álvaro? —Catarina se puso las manos en los costados redondos de su propio cuerpo y cuando vio la puerta abrirse se le cayó la mandíbula—. ¡Hasta tú, Molina!El tío
Último capítulo