Luca
El sonido de la lluvia golpeando los ventanales se mezcla con el zumbido del sistema de seguridad. No es una tormenta como la de hace dos noches, pero hay electricidad en el aire. Como si el cielo también supiera que algo se está pudriendo desde adentro.
Estoy solo en la sala de monitoreo, a esta hora no debería haber nadie más despierto. No desde que ella —Isabella— cruzó mi puerta y me obligó a ver algo que llevo evitando desde hace semanas: que su dolor es más profundo que su orgullo.
Y que yo estoy jodidamente enamorado de cada parte rota que intenta esconder.
Tecleo