Las minivacaciones terminaron con Barak comprando todo un hotel gracias a que sus hijos hicieron de las suyas y para él fue más fácil adquirir el lugar para que sus diablitos fueran dueños y señores de todo.
Por supuesto fue pelea con Lia, ella no estaba de acuerdo en que hiciera algo tan fuera de lugar, pero cuando Barak dice algo se hace sin importar las represalias que se pueda tener y no tuvo opción más que aceptar lo que ese cabezota quería.
Un mes había pasado desde el estrepitoso viaje, Clément se aseguró de que la boda fuera lo más pronto posible y, por lo tanto, ya estaban a un día de la boda.
Lianett estaba muy estresada, pues todo era ostentoso y había muchos preparativos que supervisar. Clément había estado siempre a su lado apoyándola, pero aun así ella se sentía muy abrumada.
—Si no te relajas. —Julieta la miró tras darle un sorbo a su café. —Aparte de darte diarrea, te dará un derrame. —Su broma no fue bien recibida, Lia rodó los ojos.
—Gracias por tus palabras t