Mundo de ficçãoIniciar sessãoEl sonido de las máquinas en la habitación era constante, casi hipnótico. El bip suave del monitor cardíaco y el murmullo de los ventiladores médicos llenaban el silencio. Afuera, el sol comenzaba a filtrarse por las ventanas del hospital, tiñendo las paredes blancas con tonos dorados.
Violeta estaba sentada junto a la cama de Liam desde hacía horas, con los ojos cansados y las manos enlazadas sobre las sábanas. No había querido moverse ni un solo instante desde que lo habían ingresado.
El médico había dicho que tenía una contusión craneal moderada, producto del golpe que había recibido. Que su cuerpo estaba estable, que todo indicaba que despertaría pronto. Pero ese pronto se sentía como una eternidad.
Su corazón se encogía al verlo así, inmóvil, con una venda en la frente y







