Mundo ficciónIniciar sesiónEl reloj de la pared marcaba las once de la mañana, pero para Violeta el tiempo había dejado de tener sentido. Llevaba horas en la sala de espera, con los codos apoyados sobre las rodillas y las manos entrelazadas, mirando un punto fijo en el suelo.
Las palabras del médico aún resonaban en su mente como un eco imposible de acallar.
Amnesia temporal.
Dos palabras que, si bien significaban esperanza, no traían consuelo.
El doctor había explicado que el golpe en la cabeza había afectado parcialmente la memoria de Liam, y que existía la posibilidad de que los recuerdos regresaran poco a poco. Pero también estaba la otra posibilidad, aquella que ninguno de los presentes se atrevía a mencionar en voz alta: que nunca los recuperara.
Violeta apenas asintió cuando el médico terminó de hablar, como si entendiera, aunque su mente estuviera flotando lejos de all







