Calvin Monteverde
Al regresar a la sala, encontré a mis hombres esperando. Todos armados y vestidos de negro, con rostros serios y miradas de acero. Uno de ellos, El fiero, me miró expectante.
—¿Cuál es el plan, jefe?
Saqué el papel con la dirección que Rafa me había dado y lo desplegué lentamente.
—Vamos por la chica, se llama Cindy, la quiero viva, muerta no me sirve, así que haremos nuestro trabajo bien, ¿Entendido?
Todos asintieron. El fiero, arqueó una ceja, pero no dijo nada. Sabía que cuestionarme no estaba en sus opciones. Los demás asintieron y comenzaron a revisar sus armas y equipo. La tensión en el aire era casi palpable.
Mientras los observaba prepararse, sentí el peso del cigarro entre mis dedos y el del arma en mi funda. Esta era la única jugada que me quedaba, y rezaba para que fuera suficiente.
Barrio: Brook, Leí al cruzar el letrero que me llevaba a unas calles en mal estado y ambiente cuestionable. El aire denso del barrio pesaba más que la noche misma, impregnado