Mundo ficciónIniciar sesiónEl amanecer rompía en tonos anaranjados sobre Ciudad Esmeralda, pero para Greeicy, el día comenzó con un sabor amargo en la garganta. El campus de la universidad bullía como un enjambre, y no tardó en notar las miradas. Algunas eran de curiosidad morbosa, otras de burla velada. Sus pasos resonaban sobre los adoquines del pasillo central mientras intentaba ignorar los murmullos.
—¿Ya la viste? —susurró una chica, entregando su móvil a otra—. Está en todos lados. ¡Hasta en los blogs de farándula!—“La falsa esposa de Montenegro”… qué título más rastrero —murmuró otra, sin disimular la burla.Greeicy sintió que algo se le revolvía en el estómago, pero siguió caminando, digna, sin bajar la cabeza. En su mesa habitual del aula, sus compañeros de clase ya la esperaban. Uno de ellos, Kevin, le tendió el teléfono con la pantalla encendida.—Greeicy… no queríamos mostrarte esto, pero creemos que deberías verlo.Ella lo tomó sin una palabra. En la






